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Lunes, 23 de noviembre de 2009

DEPORTES › FUTBOL. CENTRAL Y ÑULS EMPATARON 2 A 2 EN UN PARTIDO CON 27 MINUTOS HISTóRICOS

De emocionante a mezquino

Con cuatro tantos en la primera media hora, el encuentro regaló emociones ausentes en otros clásicos. Pero después, los dos temieron perder y se quedaron con lo hecho: los auriazules bajaron al rival y los leprosos atrás del líder.

 Por Alejo Diz

Fue un clásico de los que no se encuentra en las estadísticas. De esos que ningún astrólogo puede anticipar. De aquellos en los que se sabe que está por pasar algo pero nadie sabe bien qué es. Se animaron a jugar un partido grande, a la altura de los hinchas, de la expectativa y del que esperan los aficionados por el fútbol que no tienen el corazón en ninguno de los equipos. Lástima que todo eso duró apenas 27 minutos, donde hubo violentas sacudidas emocionales, gritos separados por segundos, angustias que enmudecieron, sensaciones que cambiaron de tribuna y le dieron al Ñuls-Central de ayer rasgos de juego histórico. Pero como el fútbol es por 90 minutos, luego hubo tiempo para que aparezcan las especulaciones, el temor invadió el campo de juego y se impuso el empate, que dejó a los leprosos ahora corriendo de atrás al líder (Banfield), y a Central con el gusto de bajar al rival de barrio de la punta con el punto que se llevó. Nada más.

Al clásico le sobró más de una hora de juego. Luego de que Central sacara del medio por segunda vez, todo se encaminó por la senda del mal juego, porque apareció el pavor por perder, los defensores de Ñuls ajustaron las marcas, los delanteros de Central se desentendieron de todo, los leprosos no salieron a jugar el complemento con la misma ambición, y hasta Cuffaro Russo se dio el gusto de meter en cancha a Martín Astudillo, a quien la sombra del retiro lo persigue hasta en los días nublados, como se lo vio ayer, en el rato que estuvo en cancha.

Pero si nos quedamos con la primera media hora de juego, hace muchos años que el clásico no desparrama emociones varias para una y otra tribuna. Ocurrió que Ñuls salió a jugar con prepotencia, haciéndose cargo, o intentándolo, de su protagonismo de privilegio en el torneo. Sensini paró a ocho jugadores en campo del rival. Cuffaro Russo hizo lo mismo: ubicó a ocho de sus jugadores en terreno de Central.

Las embestidas no eran pronunciadas, pero a poco de iniciado ya Broun le tapó un remate de gol a Formica. El partido se abrió con roles claros en los conjuntos, cuando en un santiamén los técnicos debieron borrar pizarra y hacer nuevos dibujos. Es que Méndez la aguantó ante tres rivales, abrió para Gómez, y Núñez, como cabezazo en área chica, marcó el primer tras centro del habilidoso diez de Arroyito.

En las tribunas los leprosos se tomaban la cara, suspiraron hondo buscando fuerza, cuando escucharon otro grito y sus jugadores sacando del medio. Lo que no habían visto es que a segundos de la diferencia, Méndez abrió otra vez para la derecha y Chitzoff, en su primer remate el arco rival desde que llegó a Central, venció la resistencia de Peratta con fuerte derechazo de primera, incluso a pesar de que el balón fue al primer palo, allí donde estaba el arquero.

Por entonces el gris del cielo se hizo más intenso. La amenaza de lluvia hizo prender las luces del Coloso. Fue allí, con lo noche próxima a caer sobre los leprosos, cuando Ñuls reaccionó, siendo Achucarro el que hacía las cosas bien en cada aparición, una de las cuales derivó en un centro bajo y toque alto de Boghossian para descontar. Habían pasado sólo tres minutos de los goles auriazules.

Entonces Ñuls volvió a creer. Mucho más cuando Zelaya, el quedar en carrera solitaria al arco, optó por definir débil en vez de ir a la búsqueda de Peratta. Entre Machuca y Schiavi no coordinaban una. Pero a Formica lo bajaron por la izquierda, y del tiro libre apareció Achucarro para desviar de taco, viendo Broun como la pelota, en rodar parsimonioso, pegó en el segundo palo y se le metió detrás suyo. Empató Ñuls. Los nubarrones se hicieron más plomizos, pero se recostaron ahora en el lado de Central. Se venía el segundo tiempo. Y allí todo se aclaró. Porque la tormenta nunca se desató, como los equipos, que jugaron atados por el pánico por perder, y perdieron los dos: Central, que coqueteó con la victoria y la dejó ir, y Ñuls, que zafó, pero jamás se lució como equipo que juega para campeón.

2 Ñuls: Peratta (5); Machuca (4), Schiavi (5), Insaurralde (6); Roselli (4), Bernardi (6), Barrientos (5), Vangioni (5); Formica (5); Achucarro (7), Boghossian (6). DT: Roberto Sensini

2 Central: Broun (6); Chitzoff (5), Braghieri (6), Burdisso (7), Ambrosi (6); Gómez (6), Méndez (7), Paglialunga (6), Núñez (6); Zelaya (4), Castillejos (4). DT: Ariel Cuffaro Russo

Goles: PT: 11m Núñez (C), 12m Chitzoff (C), 15m Boghossian (Ñ) y 27m Achucarro (Ñ).

Cambios: ST: 15m Astudillo por Núñez (C), 27m Dolci por Machuca (Ñ), 30m Gurrieri por Zelaya (C), 32m Quiroga por Vangioni (Ñ), 39m Dening por Formica (Ñ) y 41m De León por Castillejos (C).

Arbitro: Diego Abal

Cancha: Coloso del Parque

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Chitzoff festeja el segundo gol, un momento de gloria para los canayas, que ganaban 2 a 0.
Imagen: Sebastián Granata
 
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