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Martes, 9 de marzo de 2010

DEPORTES › CENTRAL RESCATó UN EMPATE EN LA PLATA ANTE GIMNASIA

Un punto para no caer más abajo

Tras ir en desventaja producto de un gol en contra de Valentini, el equipo de Cuffaro llegó a la igualdad de tiro libre. Sigue en zona de promoción pero impidió que el Lobo lo supere en el promedio en la lucha por no descender.

1 Gimnasia: Sessa; Ormeño, Maldonado, Agüero, Iriarte; Castro, González, Aued, Encina; Pérez, Stracqualursi. DT: Diego Cocca.

1 Central: Galíndez; Chitzoff, Valentini, Burdisso, Santiago García; Gómez, Zárate, Paglialunga, Núñez; Caraglio, Figueroa. DT: Ariel Cuffaro Russo.

Goles: PT: 23m Valentini (C) en contra. ST: 14m Núñez (C).

Cambios: PT: 29m Zelaya por Figueroa (C). ST: Desde el inicio Bangardino por Sessa (G), 24m Ballini por Zárate (C), 29m Messera por Iriarte (G), 31m De León por Caraglio (C) y 39m Casas por Aued (G).

Arbitro: Rafael Furchi

Cancha: Gimnasia y Esgrima


A pesar de que el equipo llegaba con siete partidos sin ganar, ayer Central se hizo con un empate que trae réditos esperados: el canaya mantiene la diferencia con Gimnasia y Esgrima en la tabla de los promedios y su entrenador consiguió extender su labor al frente del plantel. Lo perdía el auriazul y estuvo a 45 minutos de que su crisis explote. Como ocurrió ante Colón, la responsabilidad mayor (ganar el primer partido del torneo) pasó para la fecha siguiente, donde ahora en Arroyito los auriazules recibirán a San Lorenzo con su ya impostergable misión de sumar por primera vez tres puntos en un partido.

Parecía ser un equipo más estable Central. Eso llevó a Gimnasia a no poder encontrarse el dominio que buscaba, ante la necesidad de sacar diferencias en su estadio frente un rival por la permanencia. Pero así como el canaya era de juego equilibrado, la decisión de dejar atrás aquello de atacar con tres delanteros le redujo su poder ofensivo, más aún teniendo en cuenta que Figueroa y Caraglio son goleadores que juegan en trayectos cortos, que persiguen el desequilibrio en el mano a mano o en una maniobra en sector reducido del campo, puesto que carecen de atributos para romper la marca en una corrida. De esa manera el auriazul agudizaba su dependencia a lo que podían hacer por los costados Gómez y Núñez, devenidos en obligados abastecedores de los delanteros.

Lo que sacó de situación a Central fue un yerro de Valentini, que jugó en reemplazo del descompuesto Braghieri. Un centro bajo de Aued no tenía destino en ningún jugador del lobo, pero Galíndez no pegó el grito para esperarla, Valentini se tiró a cortar con tan mal pie que terminó metiendo la pelota por sobre el cuerpo de su arquero, el pegarle imperfectamente al balón.

Más tarde, y ya con Central en desventaja, Figueroa pidió el cambio por una molestia muscular, lo que agravó aún más los problemas del canaya. Para peor el tanto no sirvió para propiciar la recuperación. No hubo una sola combinación colectiva que acercara a los auriazules al gol. Todo era centros al área como fin de jugada, alejando en eso cualquier efecto sorpresa al fondo tripero.

Si bien en aquella primera parte el local comprometió a Galíndez en algunos avances, en el complemento sería menos el trabajo del uno canaya, y de allí empezó a crecer el equipo. En ataque, además, el despliegue de Zelaya trajo movilidad, lo que llevó a que aparezcan en los platenses algunas dudas defensivas. El que se equivocó fue Maldonado a salir a cortar fuera del área, y a destiempo, a Zelaya, cometiendo una infracción frente al arco que Núñez aprovechó con remate bajo y cruzado para señalar la igualdad.

El punto le era útil a Central, y quizá por eso al equipo le faltó ambición para ir por todo cuando el partido ofrecía posibilidades. Es que la obsesión de Gimnasia por la victoria empujó a Cocca a meter hombres de cualidades ofensivas, dejando al lobo con tres defensores.

Pero así como Central no se atrevió a avanzar en línea hacia el campo rival, la defensa cerró filas, no volvió a equivocarse, y así el partido se debatió entre las urgencias del local y la serenidad de los visitantes. En alguna corrida de Gómez Central pudo dar con otro gol. Pero al talentoso juvenil lo dejaron sólo en sus proyecciones. Es que por entonces a Cuffaro Russo el punto le servía para luego defender ante Manuel Usandizaga su permanencia al frente del primer equipo.

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Con gran despliegue, Jonathan Gómez fue uno de los abanderados de la recuperación canaya.
 
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