Con la certeza de que no tenía chances de clasificar a la Promoción, Central empató en Jujuy con Gimnasia en tres tantos. Logró dar vuelta un 0 2, pero no pudo mantener la ventaja. Hizo un buen partido, pero como todo el torneo, cayó preso de groseros errores en la última línea. Carrizo, Delgado y Toledo anotaron los goles. La igualdad benefició a Belgrano de Córdoba que aseguró su puesto en la reválida.

Como en otras ocasiones, el Canaya salió a la cancha dormido y a los 13 ya se encontraba abajo en el marcador por dos tantos. Gimnasia no era apabullante, pero logró la ventaja gracias a los horrores de la última línea del equipo del Negro Palma. Para la próxima temporada, el Canaya deberá encontrar el equilibrio entre su rendimiento ofensivo y defensivo. Es inadmisible que disponga de numerosas y claras chances de gol cuando la inseguridad que exhibe la defensa derrumba el buen juego que pueda elaborar en ataque.

Tras un parate obligado (fuera de la cancha, la policía jujeña reprimió con gases lacrimógenos a un grupo de hinchas que pretendía ingresar), Palma movió el banco y mandó acertadamente a Rivarola a la cancha en reemplazo de Rivero. El cambio de esquema adelantó a Central en el campo de juego y aparecieron los encuentros fructíferos en la ofensiva. A los 38 minutos, Medina desbordó, tiró un centro atrás y Rivero la empujó al segundo palo para descontar. Diez minutos más tarde, el pibe Delgado clavó un bombazo en el ángulo derecho desde 30 metros.

Calmo, sin las presiones del Gigante, Central se convirtió en claro dominador de las acciones y merecedor de la ventaja. Un minuto después de fallar una chance increíble, Toledo clavó el tercero con un cabezazo tras un centro de Méndez. Sobre el final y dominado por el nerviosismo, el Lobo consiguió la igualdad gracias a una gran jugada individual de Benedetto. Mucho premio para el local porque Central hizo un mejor juego, pero al igual que otros partidos del campeonato, se quedó con menos de lo que mereció.