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Lunes, 27 de julio de 2009

CULTURA / ESPECTáCULOS › "FUNNY GAMES U.S.", UNA REMAKE DE MICHAEL HANEKE

Víctimas de su propio entorno

 Por Leandro Arteaga

El realizador alemán Michael Haneke (1942) no deja de ser sinónimo de controversia, de buen cine, de escándalo, de obsesión cinematográfica. Recordemos títulos como La profesora de piano (2001), donde Isabelle Huppert recreara el personaje tortuoso de la novela de Elfriede Jelinek, o la notable Caché, escondido (2005).

En Funny Games (1997), Haneke nos narra el sometimiento y sadismo al que es expuesta una joven familia adinerada en sus vacaciones. La gran casa, el yate, el golf, el perro, serán elementos que encontrarán una resignificación, una vez estén en manos de dos jóvenes -todo lo presume también ricos y dispuestos a jugarles -y, sobre todo, jugarnos el peor de los momentos. Porque el espectador será asistente preferencial del juego macabro.

En el Festival de Cannes de aquel año, Funny Games provocó la ira de muchos críticos, mientras que el realizador supo señalar, durante su producción, que si el film se volvía un éxito lo sería debido a una mala comprensión por parte del público. Lo que ocurre es que Funny Games tematiza la violencia, en un contexto -tanto social como cinematográfico en el que ésta ocurre de manera cotidiana, sin crítica, sin reflexión y, de parte de tantos films como fervientes espectadores, con suma devoción.

Todo esto porque el último film de Haneke -sólo disponible en DVD es, precisamente, una remake de aquél título, diez años después y filmado ahora en Estados Unidos, con los protagónicos de Naomi Watts y Tim Roth. La nueva Funny Games US no es tan novedosa si se la mira desde lo formal, ya que propone una reelaboración, prácticamente, de toma por toma respecto del original, pero sí significa una preocupación temática aún presente. Es decir, desde lo cinematográfico Funny Games US comparte cartel actual con títulos en serie como Hostel o El juego del miedo. Lo que el autor preconizara una década atrás posee, profética y lamentablemente, una misma y peor vigencia.

Y es cierto que su contenido puede ser malentendido. Pero también es cierto que su realizador posee una predilección por las situaciones perversas, abismales. Sirva esto de llamado de atención al espectador desprevenido, pero también como elemento de análisis a la hora de juzgar, precipitadamente, sus películas: no hay, en los films de Haneke, sadismo gratuito.

Y por último, no olvidar el detalle fundamental que supone la procedencia social de absolutamente todos los personajes de Funny Games. Uno de sus mejores momentos tendrá que ver con la mascarada que los torturadores llevan adelante para explicar la razón social de sus maldades: drogas, padres abusivos, matrimonios distanciados, etc. La cachetada final, además, la recibirá el espectador. Allí donde éste espera la resolución acostumbrada, la película tira por la borda toda convención y resuelve como quiere. Rasgo que, en un cine -el norteamericano tan trillado como prefabricado, no deja de resultar elogiable.

Puntaje: 7 (siete) puntos.

Funny Games. (Funny Games U.S.).

EE.UU./Francia/Inglaterra/Austria/Alemania/Italia, 2007

Dirección y guión: Michael Haneke.

Fotografía: Darius Khondji.

Montaje: Monica Willi.

Intérpretes: Naomi Watts, Tim Roth, Michael Pitt, Brady Corbet, Devon Gearhart, Boyd Gaines.

Duración: 111 minutos.

Sólo disponible en DVD

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El film narra el sometimiemto al que es expuesto una familia
 
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