En sintonía con los preceptos que nutren a la Ley de Salud mental sancionada en 2010, en la Colonia Psiquiátrica de Oliveros han apostado a un trabajo de desmanicomialización que encuentra, entre sus numerosas aristas, un activo equipo de trabajo vinculado con lo artístico y cultural. Desde allí se impulsó Oliveros, la película, docu-ficción dirigida por Roberto Chanampa que tiene como protagonistas ya no sólo a los internos de la institución, sino además a los habitantes de la localidad ubicada a 55 kilómetros al norte de Rosario, fomentando así también la integración entre unos y otros. Esta tarde (a las 18), el film se proyectará gratis en el Cine El Cairo de Santa Fe 1120, donde a partir de las 17 podrán retirarse las entradas, mientras que el lunes a las 10 tendrá su proyección en la propia Colonia.

La historia (o, mejor, su disparador) es simple: un grupo de pacientes que busca escapar de las lógicas manicomiales, del encierro y las rutinas, encuentra reparo en una casa de campo abandonada, donde pasa las noches. Hasta allí llegará otro grupo, niños con sus propias problemáticas y necesidad de libertad. "Un día los dos grupos se encuentran y, a partir de ahí, se desarrolla la historia. Lo interesante es que estos dos grupos van mostrando en el documental, con entrevistas, con pedazos de ficción, una narración muy simple, muy directa", explica Chanampa, integrante del equipo de trabajo que desarrolló la idea y el proyecto, y que completan Gandharí Benigno, Mara Graciosi, Hernán Camoletto y Fernando Ferraro.

"El proyecto surge de los trabajadores del área cultural de la Colonia, somos cinco trabajadores de distintos talleres que habíamos tenido algunas experiencias más caseras, siempre con el objetivo de utilizar herramientas artísticas y de producción para suspender un poco la lógica manicomial y el padecimiento --remarca Chanampa, quien asumió la dirección audiovisual--. Si un paciente está padeciendo por cuestiones subjetivas, mucho más lo hace sufrir el encierro en el manicomio. La idea de los talleres es suspender momentáneamente, poder propiciar un sujeto más creativo y, a partir de una producción, que estén mucho más activos".

Pensado originalmente como una ficción, el proyecto viró luego hacia el formato documental, formatos que terminarían combinándose, permitiendo así un doble juego que habilita a descubrir a personas y personajes. "Nos dimos cuenta que iba a ser doblemente rico: se va a ver una película dentro de la película, que es un recurso conocido, pero que nos resultaba eficaz. Así se puede ver al personaje y al actor. Se puede ver ese doble juego", apunta Chanampa, que destaca además la participación de los habitantes de Oliveros, quienes se sumaron a partir de una convocatoria abierta.

Financiada con aportes de los ministerios de Salud e Innovación y Cultura, Oliveros, la película se registró íntegramente en esa localidad, y buscará iniciar ahora un circuito de funciones por fuera del recorrido comercial. "Pensamos a este trabajo como una herramienta de concientización frente a esta problemática --admite el director--. La intención es ponerlo en discusión en ámbitos visibles, en escuelas primarias y secundarias, en capacitaciones para enfermeros, corredores alternativos, facultades. Cuando circule un poco más el año que viene buscaremos usarlo como material disparador. Esta instancia de exhibición nos está abriendo un panorama muy interesante, básicamente para acompañar todas las otras acciones, para aportar desde la cultura un pequeño grano de arena".