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Domingo, 17 de enero de 2016

CULTURA / ESPECTáCULOS › FAN, LA GRAN MUESTRA CON TODAS LAS FOTOS DE ROCK DE NORA LEZANO EN EL MUSEO MACRO.

Yo te prefiero fuera de foco inalcanzable

Gustavo Cerati, Charly García, Fito Páez y el Flaco Spinetta son sólo algunas de las estrellas de rock que fueron retratadas con arte y originalidad por Nora Lezano, quien repasa más de 20 años de carrera en esta muestra que trajo a la ciudad.

 Por Beatriz Vignoli

Una exposición de fotos y video de Nora Lezano, Fan, puede visitarse hasta el 1 de marzo en los pisos 6 y 7 del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, Macro (Oroño y el río), de jueves a domingo de 17 a 21. Otra versión de la muestra se vio en 2015 en el Centro Cultural Recoleta. La experiencia será diferente si se comienza por el piso 6 o el 7. A ir con tiempo: son cientos de fotos y una proyección.

En el piso 6, se despliega un montaje de 52 fotos enmarcadas, que imita (e incluye, en una) una pared de fan, atiborrada de estrellas. Si se sigue el mapa adjunto, se tendrá un panorama de 21 años de rock en Argentina (de 1993 a 2014), con músicos nacionales y extranjeros, retratados en estudio o en shows. Cada retrato es único. Muchos surgieron de la creación conjunta entre fotógrafa y modelo. Muy profesionalmente, consigna nombres, lugares y fechas esta colaboradora de los suplementos "Radar" y "No" de Página/12, y de la Rolling Stone, Los Inrockuptibles y otros medios gráficos o compañías discográficas.

En la misma sala 6 hay una carta de Andrés Calamaro, fechada en octubre de 1993 y dirigida a una Nora Lezano que recién empezaba y aún vivía en la localidad de Tapiales (partido de La Matanza, Provincia de Buenos Aires). El músico le agradece una foto del 11 de agosto de 1993 donde "se ven las manos en vez de verse la boca y los ojos"; según él, es "un retrato 'anónimo', digno de un poeta o algo por el estilo". La carta da una clave para apreciar estas obras de arte del retrato donde la fama es lo de menos; lo que importa es lograr una buena fotografía.

Los más conmovedores son los retratos dobles. Desde uno de 2009 donde posan Ricardo Mollo y Diego Arnedo (el dúo Divididos) bajo una mancha de humedad que parece humo saliendo de las dos cabezas, hasta el retrato de pareja de Laurie Anderson y Lou Reed donde lo único en foco es la mano de él abrazándola a ella, pasando por la angelical novia de Dee Dee Ramone sentada con el veterano punk rocker en el pasto, o uno de Gabo Ferro con su mascota perruna donde se ven los dientes de los dos, Lezano parece haber fotografiado algo invisible.

Al fondo del piso 7, Nora Lezano presenta su primer videoclip, protagonizado y dirigido por ella, con la participación del músico Gustavo Cerati (1959-2014). Con su corte de pelo á la garçon, ella da su breve recital en un escenario. Los acordes del riff de Soda Stereo que ella rasguea en la guitarra eléctrica son los de Música ligera. La letra no se oye pero opera desde un segundo plano en la memoria de los fans: "De aquel amor de música ligera nada nos libra, nada más queda".

El gesto es una suerte de homenaje y despedida a una juventud rockera. Le sigue una proyección de fotos que arman un álbum personal de camarines, sofás de hotel, fiestas y piletas, donde se la ve crecer a Nora Lezano entre sus retratados del rock: seduce, festeja, sonríe, ríe y trabaja. El cabello de Nora es todo un dato. Al principio tiene trencitas, después una melena que va buscando su forma, y finalmente es una mujer bella con un corte de pelo que realza sus rasgos, tanto o más glamorosa que las estrellas cuyo ascenso y desgaste ha registrado.

En su libro La cámara lúcida, el semiólogo estructuralista Roland Barthes define como "noema" de la fotografía el "esto ha sido". Muchos de los retratados (Cerati, Lou Reed o el Flaco Spinetta hecho crisálida con un gorro plateado y una remera multicolor) ya no están. Por otra parte, la secuencia de fotos proyectadas en el piso 7 arma un backstage que abre el campo visual sobre los retratos del piso 6: algo así como un making of de las otras fotos, revelador de complicidades entre la retratista y retratados/as que son de una gran entrega mutua.

Muchos de los encuentros son piel a piel, intensamente emotivos, y sin embargo ella mantiene un profesionalismo en medio del rocanrol. La proyección termina con Cristian Aldana (El Otro Yo) en la bañera, dando una idea de la cercanía física entre ambos artistas. Se ven tomas descartadas de una sesión con Cerati y sus hijos, jugando los tres con una guirnalda transparente de luces; juego en el que Lezano participa. Hay una parte del álbum donde Fito Páez toma la cámara para que Nora se luzca, y otra con Charly García donde ninguno disimula el afecto mutuo, la admiración entre artistas. A medida que va cobrando protagonismo en su álbum, la fotógrafa se permite lucir remeras con leyendas significativas como "Chica sin nombre" (en negro sobre rosa).

El texto de remera es un clásico. Una de las fotos impresas de Charly García parece salida de una canción suya. Se lee "normal" sobre una espalda anónima y Charly se burla de la palabra, irguiendo el dedo medio como diciendo "y no presumas más de ser un humano normal", mientras con la otra mano de uñas pintadas de negro sostiene un trago. La piel de los músicos de rock no disimula el paso del tiempo; el cotillón del glamour les va quedando anacrónico, no así los emblemas del éxito que luce Fito Páez: el desayuno en la cama del hotel, el buen traje y la copa de vino tinto, o la bata roja con sillón al tono.

Algunos de los más bellos ganan el plano a puro encanto personal, como Soledad Pastorutti o Zorrito Von Quintiero; otros, en su madurez, se envuelven en pudorosas sombras, tal el caso de Celeste Carballo de perfil a contraluz como un camafeo del siglo diecinueve, o de un Nito Mestre adulto que podría haber sido pintado por Rembrandt.

Claudia Puyó es pura cabellera y ojos; Slash, rulos, pucho y anillos. Robert Plant toma café y David Byrne simula atender un bar. La guitarra es el principal atributo. Están los y las que se desnudan. Las poses inexplicables. Los exteriores grunge. Las instantáneas audaces, como el notable botomless de Emir Seguel (guitarrista, cantante, fundador y letrista de El Exilio Universal). Y pelotas literales: tal la serie de poses futboleras del grupo Los Piojos. Los tatuajes son elocuentes, como el "100% negro cumbiero" de Pablo Lescano (Damas Gratis). Fuera del palo del rock estrictamente hablando, también se puede ver a Pity Alvarez echado entre chatarra de autos o a la Mona Jiménez firmando un autógrafo de un vehículo a otro.

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El cabello de Nora es todo un dato. El corte realza sus rasgos y es tanto o más glamorosa que las estrellas retratadas.
Imagen: Andrés Macera.
 
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