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Domingo, 16 de octubre de 2016

CULTURA / ESPECTáCULOS › VUELVE A ROSARIO EL BAJISTA CAMERUNéS RICHARD BONA PARA TOCAR EN EL TEATRO VORTERIX

Sonidos que vienen de raíces primas

Uno de los más virtuosos en la escena del jazz actual trae de regreso su vuelo polirrítmico que lo lleva a indagar en la herencia que la música africana dispersó por el orbe. De allí el hallazgo que lo acompaña: el sexteto Mandekan Cubano.

 Por Edgardo Pérez Castillo

El extraordinario bajista Richard Bona regresará este jueves a Rosario. La sorpresiva llegada del músico camerunés se da en el marco de su gira sudamericana junto al Mandekan Cubano, grupo conformado por los también talentosos Osmany Paredes (piano), Luisito Quintero (percusión), Roberto Quintero (percusión), Rey David Alejandre (trombón), Dennis Hernández (trompeta) y Ludwig Afonso (batería), junto a quienes editó Heritage. Allí, el también compositor y cantante continúa investigando la herencia que la música africana legó a distintos ritmos, un proceso que ha caracterizado a su riquísima discografía, y que aquí se focaliza en la música afrocubana.

"Es una música linkeada y conectada con mis raíces, fue natural tener una profunda conexión con esa música", apuntó Bona a Rosario/12, correo electrónico mediante, al momento de referirse al proyecto con el que el próximo jueves, a las 21, actuará en el Teatro Vorterix de Salta 3519. "Nuestras culturas comparten mucho en lo referido a música, comida y religión, así que quería contar mi parte de la historia y cómo fue moldeada por la convergencia de ambas --apuntó Bona--. Es difícil expresarlo con claridad, porque es más un sentimiento, pero veo que tiene una herencia mundial, que se comparte, y me siento honrado de ser parte de eso".

‑ ¿Cómo se dio la reunión con Mandekan Cubano?

‑ Por intervención divina... La comunidad latina en Nueva York es enorme y me encanta ir a pasar el rato a los shows, entonces me fui encontrando con ellos a lo largo de los años. Me mantuve en contacto con los muchachos y quería armar una especie de "supergrupo" con los mejores músicos de Cuba y Sudamérica, así que más o menos así fue como comenzó. ¡Y disfruto cada momento!

‑ Siempre menciona que aprende de los músicos con los que toca. ¿Qué aspectos lo sorprendieron de los músicos de Mandekan Cubano?

‑ Definitivamente aprendo cosas nuevas con (y desde) ellos cada vez que estamos juntos, pero en realidad nada me resultó una sorpresa. Quiero decir, todos son extremadamente talentosos, individuos profundamente musicales con los que amo zapar. Cada día es una nueva aventura.

‑ ¿Qué es lo que más disfruta de la música cubana?

‑ El timing y el sentimiento de la música cubana son distintos al de cualquier otra. La polirritmia le agrega toda una nueva capa de complejidad, pero es también un lenguaje balanceado, muy sofisticado. Y están las partes individuales, que hacen a la belleza del conjunto... Pero las palabras ni siquiera pueden empezar a hacerle justicia.

‑ En algún punto, Heritage habla sobre la relevancia de estas músicas, pero también sobre la historia, sobre los esclavos africanos. A pesar de que la abolición de la esclavitud es de larga data, todavía hay personas alrededor del mundo que viven en condiciones de esclavitud. ¿Recordar ese pasado es una forma de alentar a la gente a que piense sobre las condiciones de este tiempo?

‑ Es de suma imprtancia estar atentos al pasado para no repetir los errores de ayer. Como artista, siento un alto grado de responsabilidad para sacar a la luz aquello que quedó en la oscuridad. Es mi deber cargar con la antorcha del amor, el respecto y la unidad a través de mi música.

‑ En el pasado, para los oprimidos la música era un modo de encontrar libertad. En la actualidad, cuando el mercado musical se declara en crisis, ¿es posible componer libremente, sin los condicionamientos del mainstream?

‑ Definitivamente ayuda buscar las devoluciones, la crítica, pero también es necesario mantenerse verdadero respecto a quién sos como músico. Tenés que hacer lo que es correcto para vos y tu música, si ves un camino claro, entonces hay que tomarlo. Definitivamente, mucha gente ahí afuera va a tener algo para decir respecto a que tu música no está "encajando", pero muchas veces siento que son como un tipo que te quiere enseñar a nadar, pero que nunca estuvo en el agua. Nadie conoce tu arte de la manera en que vos lo conocés.

‑ A lo largo de sus discos es posible encontrar las raíces africanas en distintos tipos de música. ¿Planea nuevas investigaciones relacionadas con la influencia africana en otros estilos musicales?

‑ Sí, ¡absolutamente! En este momento estoy trabajando en algo de música flamenca, y siempre estoy investigando nuevos estilos para incorporarlos en mi sonido. No me gusta encerrarme en una caja por el hecho de atarme a un género. ¡Tengo que abrir mis alas y diversificarme! Si no, nunca voy a saber cómo mejorar o cómo volverme más creativo.

‑ Usted es claramente un embajador de la música africana. ¿Siente que la música de Africa, los artistas africanos, tienen a nivel mundial el reconocimiento que debieran tener?

‑ Definitvamente no creo que tengan el reconocimiento mundial que merecen. La alabanza a los artistas africanos llega por oleadas, pero nunca es lo suficientemente estable como debería ser. Desafortunadamente seguimos atascados en el ciclo de ser tratados de manera diferencial, pero prefiero no enfocarme en eso. Si lo hago, corro el riesgo de enojarme, de desanimarme, por lo tanto mi mente sólo está puesta en seguir moviéndome.

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El multiinstrumentista se rodeó de un combo que sorprende, el Mandekan Cubano.
 
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