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Sábado, 31 de marzo de 2007

CULTURA / ESPECTáCULOS › EL PRIMER PERONISMO EN LA VISION DE WALTER OPERTO

Nave con Discépolo como pasajero

Impulsado más por una afinidad artística que ideológica, el director Walter Operto decidió concentrarse en los textos de Mordisquito para llevar a cabo su homenaje a Enrique Santos Discépolo. Centrándose en los textos radiales que el poeta realizara en los primeros años de la década del `50, Operto convocó al actor Christian Alvarez y a su hija Natalia (bailarina y responsable de la dirección coreográfica) para desarrollar una obra que, a partir de los resultados obtenidos, derivó en la reelaboración del espectáculo que desde el primer sábado de marzo se lleva a cabo en Centro Cultural La Nave (San Lorenzo 1383), donde A mí no me la van a contar volverá a presentarse esta noche a las 21.30.

Y si bien son los textos de Discépolo los que alimentan a la obra, el peronismo es el que lógicamente atraviesa a la puesta, según distinguió Natalia Operto: "Para mí está muy bueno trabajar con este tema, es fuertísimo. Como bailarines estamos muy alejados de lo que es la política, la ideología o lo social, la danza en general es muy abstracta. Acercarme así a algo tan concreto está buenísimo, y creo que eso es lo que le gusta mucho a la gente, la posibilidad de revivir muchas cosas, pasar por los recuerdos, por un montón de ideas fuertes para la Argentina. En particular los textos son increíbles. Si bien es una cuestión social, política, él lo hace de una manera literaria que es increíble. Son textos súper elaborados, con una ironía y un manejo del lenguaje que son impresionantes".

Por su parte, Alvarez completó: "Algunos cuando hablan de ese período dicen que fueron los mejores diez años de la Argentina. No sé si fue tan así, pero sí que fue un momento fundante del siglo pasado, a partir de todas las reivindicaciones sociales, laborales, un montón de cuestiones que Discépolo toma desde el lugar más hermoso, que es el de lo popular. Sin ser partidario, sino adherente al peronismo, él habla de lo que ve como una alegría, la alegría de la gente que empieza a dignificarse, empiezan a generarse un montón de derechos que antes no tenía. Y Discépolo lo decodifica en esos textos en los que le habla al opositor recalcitrante que nada ve, diciéndole que la inmensa mayoría de la gente vive feliz".

Sin embargo, la presencia de esa fuerte marca política no hace de A mí no me la van a contar una puesta sólo apta para los seguidores del General. "Por suerte hay de todo, nos ha venido a felicitar gente que nos aclara que no es peronista --apuntó el actor--. Porque la gente también puede acercarse a este espectáculo a partir de la emoción. Porque si bien los textos son de un neto corte político, tienen una emoción que tiene que ver con la pasión, con la entrega, con jugarse por algo. Además están mezclados los tangos de Discépolo, que evidentemente están en el arraigo y en el imaginario popular. Y por suerte se ha conjugado en el espectáculo esto de la danza, del movimiento, sosteniendo esta cuestión textual y de neto corte político".

"Tiene que ver con una época, y más allá de que seas o no peronista realmente la gente siente alegría de rememorar ese momento de bienestar. Incluso los que son antiperonistas, como en el caso de mis padres, lo disfrutaron en el otro sentido, el artístico y literario que presenta Discépolo. Y también asumiendo que la realidad fue ésa, que fue un período de cierto bienestar, al margen de quién es peronista o quién no lo es", concluyó por su parte Operto, respecto a una puesta que desde el sábado 7 de abril retomará sus funciones semanales, y que apela a imágenes de la película El Hincha como respaldo escenográfico.

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