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Sábado, 28 de noviembre de 2009

CORREO

Obras

El artículo "Cuando las obras vienen de la Nación" que con la firma de Rubén Milito publica Rosario/12 en su edición del 15 de noviembre, recuerda por su inocencia (solo aparente) las imágenes de "Sucesos Argentinos" de finales de los 40. En aquel mundo no había problemas, todo se deslizaba felizmente y nuestro país tenía un presente y un futuro que no hacía falta soñar ya que esos "testimonios" demostraban que el paraíso había llegado. Quien lea a Milito y tenga la inocencia (esa sí que real) de creerle, se enterará de que nuestra ciudad, gracias al generoso aporte de un Gobierno Nacional para el cual la palabra discriminación política no existe, vive una etapa de esplendor. Para semejante catarata de noticias felices y de millones de pesos de la nación que se vuelcan generosamente en el urbanismo de Rosario, Milito debió escamotear cuestiones tan objetivas como las que se detallan:

La reconstrucción de los muelles derruidos (que por jurisdicción corresponde a la Nación) fue comprometida por el entonces presidente Kirchner (con su habitual demagogia y desmesura discursiva) en una visita a Rosario que data de cuatro años atrás. Fueron necesarios casi tres años de trajines de los rosarinos para que la promesa se cumpliera en otro mandato presidencial. Sigue sin realizarse el estudio de impacto ambiental que corresponde a la obra de la hidrovía (oscuramente concesionada en la época de Menem y con sucesivas y saugerentes prórrogas donde las gestiones de Néstor y Cristina siguieron los pasos y las oscuridades de su denostado predecesor). Para encomiables estudios de entidades ambientalistas esos derrumbes como los producidos en las islas son en fundamental medida consecuencia de las no previstas y no evitadas secuelas de la mencionada obra. La reconstrucción de los muelles por la Nación es una obligación y no una dádiva.

En relación a las aclamadas obras en Avenida de Circunvalación (colectoras parciales, imaginado tercer carril, bochornosa reparaciones de "emergencia", se omite también la jurisdicción nacional de esas obras postergadas, ninguneadas o desastrosamente hechas durante años. Se omite el increíble número de muertes inocentes que se han producido en Circunvalación por la desidia y la constante postergación de obras en la misma. Se omite el trabajo de organizaciones no gubernamentales y legisladores de distintos partidos que vienen reclamando desde hace años y se omite asimismo que esas obras también constituyen una obligación de la Nación y no una dádiva.

El acceso de la Ruta Nacional 34 (ignoramos si la palabra "nacional" para Milito significa algo) es también otra tardía respuesta a una obra que se comenzó y se frustró por insuficiencia financiera de la empresa adjudicataria de la obra.

Angel D'Ambrosio

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