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Sábado, 28 de mayo de 2016

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Trans

Si bien en los últimos años el colectivo trans ha avanzado sustancialmente en materia de derechos "formales" -la aprobación de la ley de Identidad de Género en 2012 es prueba de ello- las situaciones de discriminación, vulneración de derechos y exclusión siguen impactando de lleno en travestis, transexuales y transgéneros en toda la Argentina.

Tanto impactan estas formas de la violencia que en la actualidad el colectivo trans, como ningún otro colectivo social, presenta una expectativa de vida de tan sólo 42 años. Y gran parte de las 12.000 personas trans que se estima viven en nuestro país, están en situación de pobreza y pobreza extrema.

Asimismo, la tardía reglamentación del acceso a la Salud Integral del colectivo trans, que se produjo en mayo de 2015, ha demorado la implementación de los servicios necesarios para mejorar la calidad de vida de travestis, transexuales y transgéneros en nuestro país.

Salvo contadas excepciones -entre las que se encuentra la Provincia de Santa Fe-, el acceso a un proceso saludable de construcción de la Identidad de Género es una realidad lejana.

En relación al mundo del trabajo, diversos estudios realizados por entes públicos y organizaciones sociales han determinado que alrededor del 90% de la población trans no accede al mercado formal de empleo. Y dentro del segmento de las mujeres trans, una proporción similar ha encontrado en el trabajo sexual la única vía de subsistencia.

Claramente la discriminación social hacia las personas trans sigue expresándose en la negativa de las y los empleadores a tomar empleadas y empleados de este colectivo, negativa basada en prejuicios discriminatorios muy arraigados que aún no hemos logrado revertir. Es por ello que se deben tomar urgentes medidas afirmativas que nos permitan superar las barreras que aún existen para la inclusión real.

La aprobación de la Ley de Cupo Trans en Provincia de Buenos Aires en 2015 (pendiente aún de implementación), la de una ordenanza similar en la ciudad de Rosario (la semana pasada) y la media sanción que obtuvo esta iniciativa en la provincia de Salta (el pasado 17 de mayo), han vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de avanzar en esta materia. El Cupo debe ser una herramienta más en la cual el Estado demuestra claramente su voluntad de avanzar hacia la inserción laboral plena de travestis, transexuales y transgéneros, y debe servir como incentivo para que el sector privado asuma un claro compromiso y haga su parte.

Esteban Paulón

subsecretario provincial de Diversidad sexual

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