La actitud negacionista respecto de los genocidios es típica de déspotas y de magnates. En efecto, no hay casualidad sino causalidad. El origen de su poder de dominación y de sus riquezas está asentado sobre esos crímenes de lesa humanidad.

La conquista de América por la Corona de Castilla, los imperios británicos, francés, belga. La expansión norteamericana se erigió sobre cadáveres. Africa. Asia. Latinoamérica fue el escenario de esos procesos de acumulación originaria de capital amasados en sangre y lodo. La actitud negacionista persiste.

Mientras tanto, aquí, el primer mandatario lo expresó banalizando la cifra de detenidos desaparecidos en la República Argentina. No es casualidad sabe porque lo hace. Se sustenta aun en el consenso por apatía y en la complicidad objetiva de los terratenientes; los banqueros.

La burocracia sindical y los políticos siempre dispuestos a salvar sus poltronas y sus privilegios. No hay palabras inocentes ni excesos verbales. No hay palabras inocentes. Hoy como ayer. Solo la lucha nos hará libres de la perversión capitalista.

Carlos Solero
Miembro de APDH Rosario