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Jueves, 15 de noviembre de 2007

PSICOLOGíA › JORNADAS ANUALES DEL INSTITUTO DE LA FAMILIA 2007

Rescate de la transferencia

Ese será uno de los ejes de los debates que se realizarán en Homo Sapiens la semana próxima. La relación entre paciente, analista e institución pensada por reconocidos psicólogos

 Por Nicolás Vallejo *

¿Cómo pensamos, psicoanalíticamente, la identidad, tanto la singular como la colectiva? Pregunta que ha cobrado un renovado vigor en los últimos años debido, probablemente, a las evidentes transformaciones contemporáneas. Sabemos, sin embargo, que este término no goza de prestigio entre los psicoanalistas.

Nunca tematizado conceptualmente por Freud es, pese a todo, una preocupación que recorre su obra de principio a fin: desde el proyecto de psicología de 1895 (el gran tratado sobre el yo, como lo llamaba Silvia Bleichmar), hasta el Moisés del 38 (donde se preocupa por los orígenes del judaísmo, es decir, por el "nosotros").

Entretanto, más de cuarenta años de producción ininterrumpida, proseguida con esfuerzo y tenacidad, elaborando acontecimientos dolorosos, privados y públicos. Para nosotros, hoy, que nos llamamos psicoanalistas, el legado es una obra inmensa, por momentos contradictoria, a la que no titubeamos de llamar "genial" y a la que "retornamos" permanentemente. Pero no siempre, ni todos, retornamos de la misma manera. Permanencia y cambio son los dos principios del "proyecto identificatorio" del que habla Piera Aulagnier; otra forma de abordar la "identidad", que intenta pensar al yo sustrayéndose de la falsa alternativa entre un yo autónomo adaptado y un yo puramente imaginario, mera instancia de desconocimiento (1).

Trabajo de filiación llama Laplanche, en la misma dirección, a la propuesta de Goethe citada por Freud en Tótem y Tabú: "Lo que has heredado de tus padres adquiérelo a fin de poseerlo". Desasimiento y conservación, como el duelo, que nos indica que "venir después", al decir de Pontalis, implica un trabajo de adquisición, donde lo "adquirido" no está determinado de antemano. Abarcar una historia, entonces, es considerar tanto lo que permanece como lo que cambia.

Las primeras jornadas del instituto se llamaron "Trabajar la clínica". Este título permaneció en todas y cada una de las jornadas siguientes. Esta decisión tiene que ver con lo que mencionábamos. Trabajo es otro de los términos que, aunque nunca adquirió el estatuto de concepto en la obra freudiana, no podemos dejar de considerarlo como tal; trabajo del sueño, trabajo de duelo, trabajo perelaborativo y, fundamentalmente, trabajo de análisis: "Poner a trabajar a un gran psicoanalista, es suponer que él mismo es trabajado por una exigencia, que se refleja tanto en la experiencia teorética como en su experiencia práctica. Exigencia en Freud, es lo que lo empuja a reafirmar, después de veinticinco años de teorización, el carácter irreductible de la pulsión y del proceso primario, bajo el término nuevo de pulsión de muerte" (2).

En el Instituto (institución analítica de intercambio entre pares y, también, institución de asistencia psicoanalítica) como decimos, "tenemos la clínica adentro", en la propia institución. Por lo tanto, "trabajar la clínica" exige a cada uno de los miembros de la institución; en todos y en cada uno de los espacios de intercambio "somos trabajados" por las exigencias de la clínica. Entre ellas, la transferencia insiste. Transferencia del paciente con el analista, pero también ¿transferencia del paciente, y del analista, con la institución? ¿Con qué institución? ¿Con la que permanece o con la que cambia? ¿Contratransferencia institucional?

Por mi parte, comparto la intuición de Laplanche de que cada vez se trabaja menos la transferencia. Se ha pasado, plantea, del análisis de la transferencia al análisis en transferencia. Esto supone una transferencia de base, que sería el terreno mismo del análisis. Parecería ser que es un concepto ya conquistado que, como un medio al que nos acostumbramos, solo lo notamos cuando nos salimos de él (situaciones fronterizas, pasión transferencial, actings, etc.).

Sobre las transferencias nos preguntaremos en estas jornadas 2007. Sabemos que el encierro endogámico, con las alianzas narcisistas que supone, no conduce más que al deterioro empobrecedor. Sabemos también que como todo grupo o como todo "nosotros" que lanza una propuesta, corremos el riesgo de quedar encerrados en nuestras propias opciones.

Participarán como panelistas: Liliana Scharovsky, Liliana Alvarez, José Giraudo, Laura Codina, Soledad Vallejo, Bárbara Sujmajier, Susana Vallejos, Federica Benassi, Cintia Ferris y quien suscribe esta nota.

Apostamos entonces al encuentro con otros. A que las jornadas ﷓que se harán los días 23 y 24 de noviembre en Homo Sapiens Libros﷓ nos permitan un intercambio productivo, invitando a todo aquel que sienta la posibilidad de compartir esta actitud metodológica, independientemente de los contenidos doctrinales (3).

1) Hornstein Luis: "Narcisismo" Paidos 2003.

2) Jean Laplanche, Editorial de la revista "Trabajo del psicoanálisis" N°1 (publicación dirigida por Silvia Bleichmar).

3) Silvia Bleichmar, Presentación de la revista "Trabajo del psicoanálisis".

* Psicoanalista. Integrante del Instituto de la Familia.

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