rosario

Jueves, 2 de abril de 2009

PSICOLOGíA › LA RELACIóN ENTRE FREUD Y LOU ANDREAS SALOMé

Una "entendedora por excelencia"

 Por Vanina Escales*

Lou Andreas Salomé sigue viaje con su amiga Frieda y ya en Viena conoce a Freud, personalidad clave en su más ferviente vocación: el psicoanálisis. Entre ellos no existirá nunca la atracción sexual (afirma la autora). Ambos se admiran y son capaces de permanecer largas jornadas discutiendo teorías sobre los adelantos en los estudios de Freud. El llama a Lou Andreas Salomé la "entendedora por excelencia" y le recomienda especialmente a su hija Anna como amiga y confidente. De esta manera, Lou se vuelve un apoyo significativo para Freud, que ve en ella un ser sensible y al mismo tiempo reflexivo y brillante.

Se desata la Primera Guerra Mundial. Europa se agita. Hay insuficiencias de todo tipo, sobre todo de dinero y de seguridad. Freud ayuda a Lou y decide enviarle alguna suma porque la considera artífice de su éxito en la ciencia del psicoanálisis. Pero, entretanto, también el flagelo de la enfermedad arrecia y el maestro cae preso del cáncer. Una larga y fructífera amistad llega a su fin. Ambos han ganado recuerdos imborrables y un acervo intelectual valiosísimo, que Salomé capitaliza en el transcurso del tiempo.

Fue Paul Bjerre quien hizo que coincidieran en una cita Salomé y Freud. Al padre del psicoanálisis le llamó la atención el entusiasmo de Lou por ponerse en contacto con todo lo concerniente a su teoría. En Mirada retrospectiva, ella recuerda: "Se rió mucho de mí por la vehemencia con que me empeñaba en querer aprender su psicoanálisis, porque por entonces todavía nadie pensaba en institutos de enseñanza, como los que después se plantearon en Berlín y Viena, para hacerse cargo de las nuevas generaciones".

Freud sabía, como cualquier intelectual europeo medianamente atento, que Lou y Nietzsche habían tenido un período de estudios en común; esto despertó su interés. Era un lector atento del filósofo alemán y tal vez conocía, aunque más no fuera por referencia, el libro de Lou sobre Nietzsche, escrito varios años antes.

Terminado el congreso (psicoanalítico de Weimar, septiembre 1911), Lou regresó a Göttingen y se dedicó casi un año a estudiar de manera autodidacta las publicaciones sobre psicoanálisis, preparándose para viajar a Viena. Le escribió al maestro pidiéndole autorización para participar de las reuniones que éste organizaba todos los miércoles. Desde 1902, Freud venía convocando a jóvenes médicos en calidad de discípulos, los que luego formaron la primera sociedad psicoanalítica llamada Psychologische Mittwoch﷓gesellschaft.

*Investigadora, crítica cultural y periodista argentina. Fragmento del libro "Lou Andreas Salomé, la seducción de la inteligencia", publicado en Colección El Sexo Fuerte.

Compartir: 

Twitter

 
ROSARIO12
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.