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Jueves, 10 de septiembre de 2009

PSICOLOGíA › ENTREVISTA A SARA VASALLO, AUTORA DEL LIBRO "ESCRIBIR EL MASOQUISMO"

El sujeto como resto de Otro

La psicoanalista argentina estuvo en Rosario, donde relató que el libro fue inspirado por la lectura de Kierkegaard, pero luego también abrevó en una tradición cristiana, para encontrar el plus de goce del que hablaba Lacan.

 Por José Manuel Ramírez*

La autora argentina Sara Vassallo estuvo en Rosario el mes pasado, para presentar su libro "Escribir el masoquismo" (Paidos). La psicoanalista, que reside parte del año en París, relató cómo fue la génesis de esta obra, y plantea alguna de las ideas fuerzas que desarrolló en su trabajo.

¿Cómo surge la idea de este libro?

-En un principio, con la lectura de Kierkegaard. La introducción que escribo en el libro es un trabajo posterior al trabajo con los autores. Reconozco que hay como un gesto un poco forzado, en esta introducción, de querer adaptar conclusiones puramente filosóficas a tesis freudianas y lacanianas sobre el masoquismo. Pero yo pienso que de ese forzamiento puede nacer algo. Los cuatro autores tratados (Kierkegaard, Dostoievsky, Pascal y Nietzsche), fueron lentamente adaptados a la problemática del masoquismo a partir de dos temas principales: que son el sujeto como resto del Otro, y después algo que es más confuso en mi mente pero que se fue delineando más claramente después de haber escrito el libro que es justamente la de una lógica del goce que yo reconozco, dado que yo tengo una educación cristiana, en muchos sintagmas, enunciados y textos cristianos. O sea, me di cuenta en un momento que en mi existencia el cristianismo me había influenciado mucho, aún a mi pesar, a pesar de que no lo reconocía así. Por ejemplo enunciados como felix culpa, o esa cosa que dice, San Pablo, "Qué tienes que no hayas recibido", de qué te vanaglorias si nada es tuyo. La lectura de estos textos paulinos, la lectura del libro de Badiou sobre San Pablo, toda una serie de lecturas que empecé a leer sobre la interpretación de la conversión de San Pablo, incluso esa interpretación tan genial que hace Nietzsche de la conversión de San Pablo, me hizo entrar en una problemática en donde me di cuenta que tenemos toda una tradición atrás donde ya se ha producido ese plus de goce del que habla Lacan en el Seminario XVI. Todo esto que estoy diciendo fue posterior a la escritura del libro, lo anterior fue más bien la cuestión del sujeto resto que lo leí muy claramente en Kierkegaard con el culpable no culpable.

¿Cómo piensa esa lógica del goce a la que se refiere?

-Como un lenguaje del inconsciente que se rige por ciertas reglas.

¿Y cuál es la relación de ese lenguaje al cristianismo?

-Uno puede reconocer en tradiciones cristianas un cierto tipo de goce, que es un goce de tipo masoquista donde el sujeto surge como resto de algo que él mismo no puede entender.

¿En otras religiones también puede ocurrir algo de eso?

-En la musulmana no la veo, en el judaísmo sí, en pasajes del antiguo testamento, de hecho de el Deus inconditus, el Dios oculto que está en Isaías es retomada por el cristianismo me parece que de otro modo, pero la fuente está ahí.

¿Se trataría de una problemática occidental según tu relación?

-Sí, del mundo occidental y cristiano, que por desgracia fue la fórmula usada por el general Videla para justificar lo injustificable. Justificó la represión, la matanza, con esa frase: "Nosotros actuamos en nombre de la civilización occidental y cristiana".

Pero volviendo sobre la pregunta inicial sobre cómo surgió este libro, decía que leí claramente en Kierkegaard la idea del sujeto como resto de lo especulativo, se da como algo que el sujeto no puede elaborar en sí mismo en términos especulativos, esto en su crítica a Hegel. Entonces, en Kierkegaard se da la elaboración de un sujeto que no es dialéctico, que tropieza en un momento de la comprensión de sí mismo con algo que no aparece en el enunciado. Hay un sujeto que se cae del propio enunciado y que se puede llamar un sujeto residuo de lo que él puede decir de sí mismo. Por eso yo digo en mi libro que el masoquismo primordial es un tropiezo de la dialéctica. En el masoquismo primordial se rebela al sujeto la imposibilidad de totalizarse a sí mismo, que lo constituye en resto y que al mismo tiempo, cotejado con la dialéctica de la superación de la contradicción de Hegel aparece como un tropiezo de la dialéctica hegeliana. Que es la idea principal del primer capítulo. En el masoquismo primordial, repetitivo, hay algo que vuelve en el sujeto a pesar de él. En el circuito de la pulsión hay algo que se repite de una manera ineluctable que deja un resto que es el sujeto mismo y ese proceso se lo puede rastrear en Kierkegaard en su polémica con Hegel.

Aparte de eso actuaron en mí influencias cristianas, tengo una formación cristiana, ¡qué le voy a hacer!, Son significantes en los que uno se formó. Son significantes marcantes, y después uno pasa al psicoanálisis y cree que pasa a Otro Amo, como diría Lacan, pasa a otro discurso y en el fondo pensándolo no es tanto otro discurso, en ese sujeto resto que no puede pensarse a sí mismo y que se entrega al Otro.

Cuando leía tu libro me hiciste pensar que Lacan, después de todo a veces parece un teólogo. Retomando lo que decía Ritvo hablando del filósofo y que los demás son teólogos. Que vos nombres a Dios, Ser o que lo nombre inconsciente incluso, en definitiva estás tratando siempre de lo mismo.

-Estás tratando de algo que en definitiva se formula de maneras distintas según las épocas. Y por ejemplo la antifilosofía de Lacan se parece muchísimo a los ataques pascalianos contra los filósofos. En Los pensamientos hay fragmentos muy conocidos de burla contra Aristóteles, contra Platón. Dice, esos filósofos que pretendieron hablar de los primeros principios y que escribieron libros tan ridículos como por ejemplo "De las primeras causas y de los primeros principios" como si la razón humana pudiera establecer un primer principio, cuando estamos bogando en este universo infinito que nos atrapa del cual no podemos determinar el principio ni la causa. La antifilosofía de Lacan se embreta perfectamente con la antifilosofía de Pascal, que es una antifilosofía de teólogo, no sólo de teólogo sino de científico, porque Pascal articula las dos cosas de una manera muy original.

*Coordinación Psicología Rosario/12.

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