Domingo, 22 de agosto de 2010 | Hoy
OPINIóN › PANORAMA POLíTICO
Por Pablo Feldman
En el cierre de la semana se reunió la mesa de conducción del Partido Socialista y elaboró un documento con diez puntos que pondrá a consideración de sus aliados para ver si desde ese punto de partida se puede intentar una construcción política más sólida que la basada en los egos de los referentes y las necesidades de las candidaturas. Desde ya que los "intérpretes" de ese programa son tanto o más importante que la elaboración de la plataforma, pero ya se conocen experiencias en el país de rejuntes electorales que pasaron de largo las ideas y proyectos. De modo que es un presupuesto básico y necesario, nada más y nada menos. Lo interesante es que en comunicado del partido menciona como a eventuales aliados al Proyecto Sur y a la Coalición Cívica, además del GEN, y la Unión Cívica Radical. Los dos primeros, reniegan de la perspectiva de un acuerdo con socialistas y radicales a la vez. El que quiere a los radicales no puede ver a los socialistas, y viceversa. Pero eso está dentro del esquema tradicional y por lo que reza el documento por ahora una mera expresión de deseos esas prácticas deben quedar en el pasado. La enumeración contempla cuestiones de la política nacional, que no siempre aparecen clarificadas. Un ejemplo es que se ratifica lo de la aplicación de retenciones segmentadas como instrumento de la política económica. Lo que dijo Hermes Binner y levantó tanto revuelo la semana pasada. Y la "actualización de los haberes jubilatorios" que no es lo mismo que el 82% que votaron la semana pasada sin saber de dónde provendrán los fondos en el caso de que prospere la iniciativa. Probablemente los socialistas sobreactuando sus "diferencias" con el kirchnerismo votaron a sabiendas que la Presidenta lo va a vetar. En privado los más encumbrados dirigentes del partido de la rosa saben que es inviable, y que la recomposición de los haberes de los pasivos es un hecho sin precedentes, insuficiente tal vez, pero superior al de cualquier otra gestión.
Se agrega el tema de la boleta única para la elección de Presidente y legisladores nacionales y otros puntos que no parecen ofrecer aristas conflictivas con los eventuales y futuros socios. Más aún, si le preguntan a Pino Solanas o a Elisa Carrió y hasta a Cletos Cobos, todos dirían casi lo mismo sobre esos 10 puntos. Pero a nadie se le ocurre imaginarlos juntos en un armado electoral. Ni siquiera a los socialistas, que a más de uno de estos nombres prefiere ni siquiera escucharlo. Algo parecido se advierte en la UCR, no en vano Ernesto Sanz sostuvo que "es mejor que Carrió haya hecho esto ahora y no más adelante o en el gobierno", exageró el senador de la UCR que también adscribiría a los 10 puntos pero que no iría a tomar ni un café con algunos de los autoproclamados candidatos.
En Santa Fe, por razones que Rubén Giustiniani desconoce hace política en el Olimpo o el Senado que es más o menos lo mismo el voluntarismo del documento que lleva su firma se trasunta en hechos. Tal vez más por necesidad que por convicción, socialistas, radicales, ex lilitos (alguno actual) y demoproresistas, hacen realidad puntos menos ambiciosos que los 10 del documento pero tangibles y verificables. Probablemente haya sido eso lo que finalmente vio el senador que ahora empezó a hablar de la gestión de Binner en sus recorridas por la provincia (mañana está en Casilda) y en los programas de televisión que lo invitan. Comenta "off de record" con sus anfitriones una encuesta que lo da delante de sus compañeros, dice que Antonio Bonfatti tiene un bajísimo nivel de conocimiento y que Miguel Lifschitz está algunos puntos debajo suyo en las preferencias. Tal vez sea así, pero entre los consultados no debe haber estado el gobernador que no se imagina que será Giustiniani quien lo suceda, sino alguien realmente compenetrado con la gestión, el día a día de Santa Fe, Rosario y los cientos de localidades a lo largo y a lo ancho de la provincia. En cualquier caso, esas "preferencias" se tendrán que transformar en votos a la hora de las internas abiertas en las que quedará definido el nombre del candidato de cada partido. Y más allá del avance que represente una elección abierta simultánea y obligatoria, no deja de tener peso el "aparato" que en el caso de socialismo es importante pero no tanto como el de la provincia que no conduce precisamente Rubén Giustiniani. Si no que le pregunte a los peronistas, que esperan saber qué cuernos va a hacer el Lole. El senador no fue a la Bolsa de Comercio aunque lógicamente estaba invitado y se ahorró los primeros planos que brindó la Televisión Pública de más de un productor agropecuario, agente de bolsa o financista que fue "paseado" por la Presidenta de la República durante 50 minutos.
Ni Binner se salvó aunque hubiera podido si hubiera preparado el discurso ya que le dejó picando una a la Presidenta: "Acá no hay riquezas naturales", dijo Binner que tampoco lo perdonó. Pero lo más interesante fue la contundencia de cifras que hundía cada vez más en sus butacas a los asistentes que en algunos casos se sintieron aludidos hasta la vergüenza, propia y ajena. El Lole no quería estar ahí, y no estuvo. Sí muchos de sus seguidores, más o menos seguidores o seguidores a veces. No vale la pena extenderse en los nombres, basta ver el protocolo y hacer un poco de memoria. Lo que parece que ha dejado claro una vez más el discurso de Cristina Kirchner es que en Santa Fe el FPV va con sus candidatos y que no hay el más mínimo espacio para ninguna alquimia con el reutemismo. Ni siquiera se imagina una interna abierta en el Partido Justicialista ya que sea cual fuere el resultado que defina la fórmula a gobernador, las listas de diputados y senadores irían intercalando "tirios y troyanos", o para ser más gráfico: Juan Carlos Mercier y Arturo Gandolla. Uno ex ministro de la dictadura, el otro exiliado.
En este contexto, la selección de candidatos es un acertijo por ahora indescifrable. Se sabe que lo de Rafael Bielsa es como un "tiempo compartido", es decir siete días por año, y a veces un poquito más, pero hasta ahí. Por tanto el candidato del FPV es y será Agustín Rossi, el del reutemismo Ricardo Spinozzi, y lo que falta definirse es qué harán los "peronistas históricos" como Jorge Obeid u Omar Perotti que intentan eludir el dilema de kirchneristas o antikirchneristas, por ahora sin suerte.
Esta situación es la que hace tan atractiva la candidatura del Socialismo/UCR. Tanto que Mario Barletta que probablemente ganaría su reelección en la ciudad capital haya pensado "jugar" en serio su candidatura. Lo ayudan algunos de sus correligionarios que salen a "hacer puntos" nominándolo, pero será sin dudas un referente determinante para la interna abierta y la conformación del binomio. Es difícil pensar que a los intendentes de las principales ciudades de la provincia se le puede ganar una elección y más una interna si se ponen de acuerdo y levanta el perfil de la gestión como parecen indicar los números de la encuesta que tiene Giustiniani y que no difunde, por lo menos ese ítem.
Pero todo puede pasar, tal vez el "aura" del senador siga encendida y se presente, y gane. Cómo saberlo, sólo podría despejar el enigma una elección. Por si hace falta, esta última referencia corresponde a Carlos Reutemann.
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