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Miércoles, 26 de septiembre de 2007

CIUDAD › DESALOJO Y HALLAZGO DE UN CADAVER EN LA BARRANCA

Pobreza en la costa rosarina

En el procedimiento se encontró el cuerpo de una mujer que podría corresponder al de una persona desaparecida en el derrumbre por las intensas lluvias de marzo pasado.

El cuerpo de una mujer que estaba desaparecida desde marzo, cuando las inundaciones generaron un derrumbe en la zona de barrancas, fue hallado ayer durante un operativo de desalojo y limpieza que efectuó la Municipalidad en asentamientos de la costa del río Paraná. El cadáver fue hallado por la mañana debajo de piedras y maderas en las barrancas del Parque de las Colectividades, a la altura de la calle Moreno, tras lo cual fue remitido a la morgue judicial para ser sometido a una autopsia. También fueron hallados "entre cinco y siete personas, incluídos dos niños, que habitaban en el lugar, algunos con HIV. Incluso uno de ellos está afectado además de un cuadro de meningitis y hepatitis y se niega a salir del lugar", según indicó una médica del Sies que llegó hasta el lugar en medio de un amplio operativo que incluyó la presencia de personal de la Municipalidad, Bomberos Zapadores, policía y Prefectura. Entre las personas halladas el lugar estaba Rosa Peralta, la joven que había perdido a su pareja en marzo cuando se derrumbó la barranca sobre su precaria vivienda, quien se había alojado ahora a metros de la anterior junto a su madre y su hijo.

El operativo fue ejecutado por personal de la Dirección de Control Urbano municipal para cumplir con una orden judicial de desalojo contra un pescador que permanecía en el lugar pese al peligro constante de derrumbes. Los operarios que fueron en busca del pescador, que tiene

familiares con vivienda en otro sitio de la ciudad, hallaron a pocos metros del lugar un asentamiento precario en el que vivían varias personas con niños. El grupo también fue desalojado en resguardo de su salud porque ya que el sitio es inhabitable por el riesgo de derrumbes. Una médica del Servicio Integrado de Emergencias Sanitarias (SIES) que asistió al grupo informó que entre las personas desalojadas había varios afectados por Sida y al menos un caso de meningitis.

Según detalló el titular de Control Urbano, Osvaldo Laffatigue, "es un operativo de desalojo de un pescador al que se le dio muchísimas oportunidades de irse por su propia voluntad. Ahora el juez determinó que debía retirarse. El motivo principal es la falta de seguridad. La barranca está debilitada, en cualquier momento se cae. El riesgo que se corre es muchísimo. Ahora que bajamos nos encontramos que allí también está viviendo la viuda de un muchacho fallecido en la casa de al lado (durante las inundaciones de marzo pasado) con su hijo. El muchacho tiene unos 25 años, la chica unos 16 y la criatura tiene entre un año y un año y medio".

El funcionario aclaró que "esta gente tiene donde vivir. Peralta, que es la chica con la criatura, tienen a la mamá y a la abuela que viven en la zona de Juan B. Justo al 8600. Estas eran las últimas personas que vivían aquí".

Pero lo más sorprendente sobrevino cuando la grúa municipal comenzó a retirar restos de las casillas que el 30 de marzo cayeron por la inundación provocada por un temporal de agua y viento, entre piedras y maderas apareció el cadáver de la mujer.

El hallazgo remitió a un episodio anterior ocurrido durante el temporal de fines de marzo en el que desaparecieron tres personas, entre ellas un pescador que fue encontrado muerto a las pocas horas del derrumbe por un equipo de rescate: Era Marcos Anchával. Mientras el cuerpo de José Colomé fue encontrado el sábado 31 de marzo. La mujer, cuyo cadáver sería el encontrado ayer, estaba desaparecida desde entonces.

Ante el hallazgo del cadáver, la policía dio intervención a la justicia de instrucción de turno, que a su vez ordenó la realización de la autopsia.

Pero los hallazgos no terminaron en el cuerpo: Durante la remoción de escombros el personal municipal constató que a 20 metros del lugar había una casilla de madera, chapa y cartón en la que vivían entre cinco y siete personas. El grupo fue revisado por una médica del SIES que constató que varios de padecían HIV, y uno de ellos estaba afectado por meningitis.

El hombre se negó a ser llevado a un hospital hasta que los profesionales médicos lograron convencerlo para no complicar su cuadro sanitario.

El operativo, que comenzó por la mañana, se estiró hasta cerca de las 17 ya que hizo falta una grúa para retirar una losa de unos cuatro mil kilos que impedía a los equipos de trabajo llegar a los restos de esta persona.

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Personal del SIES removió los escombros del derrumbe para examinar el cadáver hallado. Allí vivía un grupo de personas cuando la casilla se derrumbó en marzo. Ayer los desalojaron.
 
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