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Lunes, 8 de junio de 2015

CIUDAD › EL ESTABLECIMIENTO DE CULLEN Y SAAVEDRA SIGUE ABIERTO Y CUESTIONADO

"El Irar es inhumano y degradante"

El defensor general Gabriel Ganón presentó un hábeas corpus para que se modifiquen las condiciones de detención en el instituto donde hoy están recluidos 36 menores de edad.

 Por Lorena Panzerini

Ante la "violencia y permanentes violaciones a los derechos humanos de los adolescentes privados de su libertad", en el Instituto de Rehabilitación del Adolescente (IRAR), el defensor general de la provincia, Gabriel Ganón, presentó un hábeas corpus para que se modifiquen las condiciones de detención. Actualmente, hay unos 36 chicos de entre 16 y 17 años privados de su libertad. Frente a ello, la jueza de Menores Carolina Hernández llamó a una mesa de diálogo y abrió el recurso a prueba, que empezó por un pedido de informes a las áreas involucradas. "El establecimiento no cumple con los estándares establecidos", advirtió Ganón; quien agregó: "Sigue siendo lo mismo de siempre: una constante de trato cruel, inhumano y degradante, en el que se prometieron tantas cosas, incluso el cierre; y no lo hicieron".

No es la primera vez que se presenta este recurso por los adolescentes con problemas con la ley penal alojados en el instituto. De hecho, es el segundo que presenta el Servicio Público de la Defensa Penal. El objeto que motivó la presentación surgió de una inspección realizada el mes pasado por miembros de la Defensoría Provincial de Santa Fe, luego de recibir una serie de denuncias sobre las condiciones en que se encontraban los jóvenes allí alojados. Las anomalías detectadas se vinculan con "deficiencias estructurales del instituto, que generan violencia y violaciones permanentes a los estándares constitucionales de Derechos Humanos para los jóvenes privados de su libertad".

En cuanto a los puntos señalados en el hábeas corpus interpuesto por Ganón, la Defensoría destacó los problemas de "sobrepoblación, condiciones del albergue de menores en celdas de ingreso, el estado de las condiciones edilicias, la alimentación, el servicio de sanidad y el suministro de agua potable, entre otros".

En lo referido a sobrepoblación indica el recurso , si bien al momento de la visita se encontraban alojados 36 internos, existen épocas en que ese número se incrementa a más de 50, situación que cae en el hacinamiento liso y llano. Esto genera que muchos jóvenes que son expulsados de determinados sectores, deban habitar espacios no aptos para ser ocupados, como el Salón de Usos Múltiples, la sala lavadero, entre otros.

Sobre las celdas de ingreso, Ganón aclaró que allí la estadía de los menores debe ser transitoria, ya que no puede exceder las 48 horas. Sin embargo, durante el monitoreo realizado, integrantes de la Defensoría se entrevistaron con jóvenes que relataron que estuvieron encerrados allí "más de una semana". Para el funcionario "el aislamiento en celdas de ingreso importa un trato cruel, inhumano y degradante que debe ser eliminado", por lo que consideró "conveniente la clausura definitiva" de ese sector. Además, los chicos allí alojados "experimentan una grave reclusión por falta de contacto con otros internos y con el mundo exterior; la imposibilidad de recreación; la alimentación insuficiente; la carencia de elementos básicos de higiene; y riesgos de daño psíquico".

Respecto de la comida, el escrito señala que el alimento que les brinda el Instituto a los menores, es "escaso, sin variedad y sin valor nutricional". Similar situación padecen con respecto al suministro de agua potable, debido a que tal como denunciaron los jóvenes el agua "no es apta para su consumo". Además, cuentan con una sola canilla para todo el sector, lo que hace insuficiente su provisión para todos.

De acuerdo a lo que informó el servicio médico en la visita, la institución cuenta con enfermeros de turno las 24 horas. Sin embargo, el establecimiento "no tiene una médica de guardia permanente, sino que el servicio es pasivo, se brinda sólo por la mañana y no son atendidos todos los jóvenes", alertó Ganón.

Y la higiene es otro problema. "La limpieza de las celdas es realizada por los jóvenes con productos que provee el Servicio Penitenciario, pero que resultan insuficientes tanto por su cantidad como por su calidad, ya que parecen estar diluidos. De la limpieza de los pabellones se encarga el Servicio penitenciario todas las mañanas, pero los chicos manifestaron que no se retiran los tachos de basura a tiempo, lo que provoca la proliferación de moscas y roedores. La situación más crítica la observamos en el pabellón A, en el cual podía verse lauchas muertas y restos de comida en el piso. El estado general del pabellón era realmente penoso".

Con todo, en la audiencia oral celebrada la semana pasada en el Juzgado de Menores Nº 3, Hernández resolvió abrir la causa a prueba, y requirió informes sobre todas las cuestiones expuestas por Ganón y sobre la actual situación en IRAR.

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El defensor Ganón recordó que el gobierno había prometido cerrar el instituto y no lo hizo.
 
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