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Domingo, 19 de julio de 2015

CIUDAD › MARíA MAIDANA, LA MUJER QUE DENUNCIó A OTRA FAMILIA POR VENDER DROGA EN LA VíA HONDA Y LE MATARON LA NUERA

"En la comisaría 19º se me cagan de risa"

Quisieron terminar con la vida de su hijo, pero en el tiroteo murió su nuera e hirieron a su marido. El viernes le pegaron un tiro en la ingle a su sobrino de 14 años y el barrio explotó en una protesta contra la policía y la impunidad de la banda.

 Por José Maggi

La familia de María Marta Maidana vive un verdadero calvario desde que denunció a otra familia del barrio por vender droga con amparo policial: intentaron matar a su hijo, pero las balas terminaron con la vida de su nuera y lastimaron a su esposo. Sin embargo el detenido por orden del polémico juez Juan Carlos Vienna es su hijo. La historia no acabó allí, sino que el último viernes su sobrino de catorce años sufrió un brutal ataque: a escasos centímetros le gatillaron en los testículos, a la vista de todos en un comercio de boulevard Seguí al 5000. Esto provocó que el barrio se levantara y protestara quemando cubiertas y cortando el tránsito. "A la comisaría 19 fui varios días seguidos para que me pongan un patrullero y se me cagan de risa" asegura la mujer que no se explica como las denuncias anónimas que hizo al buzón de la vida la terminaron poniendo en la mira de los narcos. "Hace un rato me mandaron un mensaje unos vecinos que había dos autos negros polarizados con cuatro personas armadas por Felipe Moré y Uruguay. Llamé al 911 y no hicieron nada. Parece que me van a matar nomás", dice casi resignada durante el atardecer de ayer mientras habla con este cronista.

El barrio es Vía Honda, también conocida por ser uno de los lugares más pobres de esta ciudad, abandonada a su suerte, que recurrentemente vuelve a la tapa de los diarios. Como aquella vez que fue detenido un hombre que transportaba drogas en su carro, hecho que acuñó un ampuloso término: narcocarreros. O como la vez en que otro vecino dedicado al cirujeo, César Oviedo, militante del Frente Darío Santillán, muriera ultimado de un tiro en el pecho por un soldadito de un búnker. La seguridad de la zona se la reparten las seccionales 18 y 19, esta última a cargo de la zona en la que aguantó durante largos meses Ariel Maximo Cantero, el Mono Grande, o el Viejo, detenida por "casualidad" luego de maltratar a su caballo.

María Marta Maidana vive desde hace cuatro años boulevard Seguí 4980, en la cuarta casa sobre las vías del ferrocarril. "Todo empieza cuando denuncié a esta familia Luna, por venta de drogas, en el Buzón de la Vida de las fiscalías federales de Entre Ríos al 700 además de otras denuncias anónimas que también hice. No sé cómo se enteraron y empezaron con discusiones, me decían que yo era 'vigilanta' que me tenía que ir, que me iban a echar, que me iban a quemar la casa, y se la agarraron con toda mi familia".

"Hasta que el sábado 11 de julio, después del mediodía, este chico Willy Luna y mi hijo cruzaron palabras, y César lo invitó a pelear a puño limpio, pero este pibe sacó un arma y tiró un montón de tiros. Mi hijo salió corriendo pero una de mis nueras, Patricia Obregón que estaba parada en la puerta de mi casa recibió un tiro en la cara, y murió seis días después", relata Maidana.

Pero las balas no terminaron allí: El viernes al anochecer su sobrino Brian Guzmán, de 14 años, fue baleado cuando estaba en una verdulería de Seguí al 5000. "El chico contó que pasaron dos muchachos en moto, y que cuando lo vieron se bajaron y le tiraron de cerca, fue un tiro a los testículos. Le tiraron de cerca porque tiene la mano quemada con pólvora. Eran dos muchachos, a los que identificó como Willy Luna, y Jorgito Valdéz, que hace dos meses salió de la cárcel" relata sin pelos en la lengua María Marta.

El relato sobre lo que les ha tocado vivir desde el sábado 11, parece más acorde al far west, que a la pretendida segunda ciudad de Argentina.

"Pasan en motos, nos muestran sus armas, nos amenazan, disparan al aire y contra nuestra casa. Desde hace tres días tengo en mi casa a cinco familiares que denunciaron a los Luna. Está Marisol Perez, otra mujer con sus hijos, y ayer mismo tuve que sacar de mi casa a mi nuera con su bebé y a mi hija Soledad con su hijito", relata la mujer que parece no amilanarse frente a la situación extrema.

María Marta asegura que "está cansada de pedirle a la policía custodia", pero no tiene respuesta. Para colmo, su hijo César Andrés Maidana, está preso. "Se lo llevaron junto a su esposa y mi marido, a la seccional 18º, como testigos del hecho, pero después de una hora nos dijeron que en el HECA había una chica llamada Yamila que es la hermana de Willy, que estaba con un corte en la cara por un botellazo, aunque luego dice que fue un escopetazo, que dice le pegó mi hijo. Es increíble, porque fueron ellos lo que vinieron a insultarme a mi casa con sus armas, vino Jorgito, Willy y Patito, que es el que nos esta disparando desde el sábado 11".

Según la mujer los Luna quieren su casa. Por eso quieren que se vaya. Pero anoche (por el viernes) el barrio se indignó cuando vieron cómo balearon a mi sobrino Brian, y los propios vecinos salieron a quemar cubiertas y cortar el tránsito".

La mujer sostiene que "la gente se enojó porque Willy tiró indiscriminadamente, sin fijarse que había chiquitos y gente. Por eso después le quemaron las casas de la hermana y de la madre de Willy. Ya el año pasado la gente le había destruído el búnker donde vendían, así que ahora vendía a la vista de todos en las vías".

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María Marta no se explica cómo fue que se enteraron los narcos si ella hizo una denuncia anónima.
Imagen: Gentileza diario El Ciudadano
 
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