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Viernes, 22 de marzo de 2013

A quién le importa

 Por Mario Pecheny

La Iglesia Católica se merece un papa como Jorge Mario Bergoglio, y Bergoglio se merece ser papa. Ahora bien, Bergoglio no se ha caracterizado por apoyar los derechos de las mujeres, tampoco el uso de preservativos para prevenir la transmisión del VIH, la provisión estatal de anticonceptivos o el acceso a abortos seguros. No ha sido un paladín de la defensa de los derechos humanos.

Entonces, me preguntan (si no me hubieran preguntado, no habría esbozado una respuesta): ¿Cuál es hoy el panorama de los derechos sexuales en la Argentina, ante el nuevo papa?

Hoy, el aborto legal, seguro, gratuito, en el sistema de salud, es una de las deudas centrales de la democracia en nuestro país. También sigue pendiente la titularidad y ejercicio efectivo de derechos de las travestis, de los varones trans. Es necesario hoy garantizar que las personas intersex vean respetada, en cada momento de su vida, su integridad corporal, sexual y reproductiva. Además, un mercado de trabajo signado por el sexismo misógino y excluyente debe ser reformulado, de modo tal que haya trabajos dignos para todas y todos, y que nadie se vea forzado a hacer un trabajo que considera indigno porque no lo queda otra opción. Que nadie esté en situación forzada de prostitución, que las trabajadoras sexuales tengan reconocidos los derechos laborales y todos los demás derechos que se merecen, todo eso falta. La anticoncepción de emergencia no está universalmente disponible, tampoco la ligadura ni la vasectomía. La mortalidad materna sigue siendo injustificadamente elevada, y las diferencias regionales en materia de indicadores son doblemente injustificadas. Se criminaliza todavía la pobreza, más cuando es joven y cuando fuma, y los gatillos siguen disparándose demasiado fácilmente. La investigación del paradero de Julio López no es prioridad para nadie, y tampoco lo son las denuncias de inteligencia interior. El extractivismo hace estragos. El Holocausto es un mito para un consignatario de un memorando ratificado por el Congreso, al tiempo que Chávez está bastante activo junto con los niños que escriben desde el cielo. Subrayo esto porque Maduro lo hizo responsable de que habemusémos papa latinoamericano. Y los sueldos del Conicet no son los que se anuncian en los discursos oficiales. Hoy hay, pues, muchas deudas pendientes, el listado no es exhaustivo.

Retomando el hilo. Nixon, presidente norteamericano, firmó la paz con la China comunista. ¿Quién lo hubiera pensado? Nixon hizo la paz con el demonio porque era insospechable de querer el comunismo. Sólo Nixon podía hacer la paz con China, dicen. Y hay quienes piensan que algún Nixon puede ser progresista, que sólo algún Nixon puede hacer esos movimientos imposibles. But Nixon is still Nixon, también dicen. Del mismo modo: un papa is still un papa. ¿Por qué esperar otra cosa?

Ahora con Bergoglio, ya sin Ratzinger. ¿Cambia algo el panorama de los derechos sexuales en Argentina? Nada. En materia de derechos ciudadanos, no importa nada lo que diga, piense, haga o deje de hacer un papa con DNI argentino.

La presidenta Cristina Kirchner y quienes integran la Cámara de Diputados y el Senado, quienes se candidateen a elecciones y el pueblo elija, quienes forman parte de los servicios de salud y los tribunales, sí importan. Ellas y ellos siguen hoy con Bergoglio, como ayer sin Bergoglio, condenando a las mujeres a abortar en la clandestinidad, siguen explícita e implícitamente expulsando a las y los trans, en suma siguen siendo cómplices de la violentación de cuerpos y almas.

¿El Papa? ¿A quién, seriamente, le importa? Yo no lo voté. Ninguno de mis conciudadanas ni conciudadanos tampoco (salvo quizás uno solo, Sandri). El tema no debería siquiera ser tratado en un corto artículo como éste.

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