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Viernes, 21 de junio de 2013

Lo raro en la mira

 Por Liliana Viola

Modestamente morboso, pero habrá que sumar un interrogante más al omnitransmitido caso de Angeles Rawson: ¿cuántas veces fue pronunciada la fórmula "familia ensamblada"? O para decirlo con los términos que impusieron los últimos días: cuál habrá sido el móvil de periodistas y de todo un elenco de expertos forenses que revolearon los ojos y buscaron un guiño cómplice en la audiencia con esa palabra clave mientras avanzaban sobre conjeturas como, por ejemplo, que la familia ensamblada no advirtió que las llaves y el morral estaban en la casa, no reaccionó a tiempo sobre la ausencia de la niña, no sufre lo suficiente. En la familia ensamblada parece germinar la semilla de la muerte, y si no es la alevosía será la negligencia, pero el desorden que descalabra los lazos sin sangre es caldo de cultivo. Justo ahora, que nuevas leyes la apañan y la multiplican, desde el matrimonio igualitario a la Ley de Fertilización Asistida.

Término mediático, que no tiene traducción en otras lenguas, familia ensamblada es una manera argentina de poner en dos palabras otra etiqueta más simpática y comediante que la que provocó la ley del divorcio ya hace años en el resto del mundo, "los tuyos, los míos y los nuestros". A pesar de la cantidad de grupos que pueden entrar en esta categoría, nadie dice "venite a comer con tu familia ensamblada" ni elige la palabra para nombrarse o siquiera pensarse en la vida fuera de la tele. Aquí fue el gancho para abrir la tranquera de un juzgamiento que hubo que sacar desde muy hondo, incluso desde la prehistoria de la misma sociedad. Vía a libre entonces, sobre todo cuando el morbo cruzó la frontera del noticiero al programa de chimentos, a las sospechas de incestos cruzados, discusión sobre quién es propietario del lugar de residencia, qué marido era mejor, si el primero o el segundo, qué calidad de hijos (se los llegó a medir en términos de capacidad mental) aportó cada uno a la ensamblada. Familia ensamblada suena a reparación de taller mecánico y tiene un tufillo a prótesis médica. En este caso, aunque parecía atenta descripción, no fue otra cosa que la acusación encubierta: se machacó en relación con la sospecha tanto como se habría repetido "peruano, boliviano o paraguayo" de haber nacido alguno de los presuntos culpables en esos países, o como se insistió con "inseguridad" (y sí, es una sensación sensacionalista) cuando el foco de la policía sociomediática cayó sobre otros raros: los manipuladores de basura, desde cartoneros a operarios de la Ceamse. Cuando la sospecha iba directo a los miembros de la familia, la ensamblada tuvo su pico de citas. El diario La Nación, bajo el título de "Quién es quién en la familia", reforzaba en el copete "La adolescente que apareció muerta en el predio de la Ceamse en José León Suárez vivía en una familia ensamblada." ¿A qué viene el dato? Cuando Sergio Opatowski, su esposa y el hijo de él pero no de ella, se corrieron unos centímetros de la mira, la "familia ensamblada" gozó de una suerte de reparación de apuro y Clarín titula "Un familia ensamblada que siempre se mostró muy unida". ¿A qué viene el dato? La ensamblada se ha convertido en una aclaración obligatoria y así es que se pueden hallar hoy descripciones tan rebuscadas como ésta: "la joven no regresó a la vivienda, en la que estaba durmiendo en una de sus habitaciones uno de los hijos de la 'familia ensamblada' (La Gazeta)". Quienes vivimos en familias ensambladas solemos olvidar que podrían existir más palabras que madre, padre y hermanos para nombrar a los que integran nuestra familia, a veces porque es muy largo decir el hijo de mi mujer, a veces porque es cierta la palabra hijo, aunque sea el hijo de mi mujer. Opatowski se refiere a Angeles como "mi hija" mientras la prensa, sin el menor respeto por esa relación autopercibida, lo llama padrastro, término ceniciento que supuestamente el término ensamblada venía con toda su corrección a renovar.

Padres y madres de familias ensambladas pueden violar y matar a sus hijos e hijas y éstos entre sí y viceversa. Sencilla y lógicamente porque son madres, padres, hijos. Como pasa en las mejores familias.

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