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Viernes, 10 de enero de 2014

LUX ESCRIBE UNA CARTA POR EL DIVORCIO DE RICKY MARTIN

Propuesta decente

Querido Enrique Martín Morales “Ricky Martin”:

En primer lugar quiero felicitarlo por su onomástico Nº 42 y decirle que luce tanto o más sexy que cuando lo contemplé eróticamente por vez primera en el programa de TV Ritmo de la noche. Fue ardor a primera vista que me apagó a fuerza de matafuegos el portero que está siempre con miedo de incendio. Como cantaba usted entonces: “Yo no sé lo que pasó, sólo sé que sucedió” o “sin querer me he vuelto a enamorar, o será que siempre ocurre a mi edad”, amé su rostro matizado de acné adolescente, y quiero confesarle, no sin timidez, que su strip-tease al compás de la canción “Fuego contra fuego” está asociado a mis primeros campamentos bajo la sábana.

En segundo lugar, quiero expresar mi tristeza, mi consternación y mi profundo apoyo en este triste momento que debe estar pasando debido a su separación. Y si se me dibuja una sonrisa de costadete, es puro nervios. Y si se me cae la baba, son lágrimas de comisura. Todavía recuerdo las primeras imágenes de aquel amor que circularon en las revistas a orillas de una piscina. Carlos González extendiendo una toalla bajo el sol, los torsos atléticos de ambos muchachos semidesnudos. Siempre imaginé así el amor y el placer, como las imágenes de amor en la playa en la miniserie El pájaro canta hasta morir. He tenido ensoñaciones y fantasías pensando en ustedes. A su vez quiero felicitarlo por dejar en evidencia que si los homosexuales nos casamos, también nos divorciamos, contra toda esa plaga rosa que deja ver que lo nuestro es el amor eterno. Llegó la hora de presentarme. Mi nombre es Lux y soy periodista muy afamadx en mi país. Sin embargo, me siento algo infravaloradx en mi trabajo, nunca me dan una tapa ni una nota importante. Si mi presente es boyar, mi futuro iba a tener un puerto rico. Mi propuesta, contra todo lo que las chusmas foráneas creen, no es entretenerlo hasta que encuentre un nuevo amor : me ofrezco a cuidar de sus hijos, Mateo y Valentín, de forma gratuita, tan sólo ser niñerx cama adentro. Póngale las connotaciones que yo le pongo. Ahora que se encuentra solo y teniendo en cuenta sus incontables compromisos laborales, estimo que podrá valorar como positiva mi generosa oferta de ayudar en su vida. Y, en fin, “nubes y flores de muchos colores, nieves de fresa y de todos sabores... con esas cosas yo soy muy feliz”: estoy ensayando canciones y puedo ser su novicix rebelde; tengo maletines y paraguas y pociones mágicas como Mary Poppins; puedo criar a los chancles como María Leal en Grande pa; soy tan graciosx como The Nanny. Y quién sabe, si algún día, “le dijo que lo quiero en la oscuridad y yo sé que lo puedo conquistar” y termino, como ellxs, casándome con el padre de los hijos que crié. Y protagonizamos una comedia musical en Broadway que cuente nuestra historia. O simplemente vivimos juntos la vida loca.

Saludo calurosamente,

Lux

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