soy

Viernes, 6 de junio de 2014

MúSICA

Barbarísima

Como alguna vez lo hicieron Boy George con Culture Club, el Bowie mutante de la era glam y la diva drag de la High Energy Divine o el héroe disco Sylvester, un vez más el pop les canta a la androginia y la ambigüedad. Jef Barbara, con su prominente flequillón, rouge obligatorio y sus sombras flúo, vuelve tras esos pasos con nuevas canciones sensibles.

 Por Gustavo Lamas

Su nombre –mitad chico, mitad chica– da una pista rápida de por dónde viene la mano: su manera de draguearse y el impacto visual no son moneda corriente en el firmamento del pop actual, sobresale en la avalancha de imágenes que nos pone a disposición la red de redes todos los días. Jef Barbara maneja el background musical de sus treintilargos formateado por el pop de los ‘80, y los cantautores franceses –de Jacques Brel a Serge Gainsbourg– que mamó en su francófona Montreal natal.

Dale dale con el look

La ecuación del pop puede cerrar perfectamente sumando mitad imagen y mitad música. Sin embargo, tantas veces la imagen impactante subestima la buena música que puede caber detrás de ella. En este caso, al profundizar, nos topamos con un puñado de buenas canciones, compuestas en un mundo particular, único, lleno de referencias a los héroes del pop, sofisticación y sensibilidad. Veamos qué nos dice él mismo sobre esta obsesión por la imagen: “Al principio de todo, la ropa y el maquillaje fueron una exageración de uno de mis costados. Tiene que ver claramente con mi amor e inspiración en la música glam y sus extravagantes vestuarios. Al principio utilizaba eso para mis performances artísticas, pero finalmente ingresé al mundo de la música y uní todo en un solo estilo. Jef Barbara es un concepto, es definitivamente el mundo sobre el que quiero fantasear y es lo que estoy constantemente tratando de crear. Así es como me visto para salir. También en los videos despliego todo mi glamour y digo cosas en mis canciones sobre ese mundo fantástico. Todo forma parte de una fantasía que despliego como lo hacían las estrellas andróginas del glitter rock y los pop stars de los ‘70 y ‘80”.

En su última gira europea presentando su disco Soft to the Touch fue invitado a tocar en una fiesta de la revista Vogue, y si uno mira su look parecería que encajara en el mundo de la moda y se adaptara a él. Sin embargo, piensa todo lo contrario: “No me considero una persona fashion. Siempre trato de presentarme con un estilo personal mucho más de seguir el último grito de la moda del mes. En París alguien me dijo que me parecía mucho a la Whitney Houston de los ‘80 y este tipo de comparaciones, para mí, son un halago”.

Obsesión pop

Antes de lanzarse como solista, su discografía revela un par de EPs con su primer proyecto Jef & The Holograma y Barbara Blanca un recomendado EP junto a Kid Casablanca en el que participa el célebre cantautor Stevie R. Moore. Recién en 2010 editó su primer álbum solista Contamination, y el año pasado Soft to the Touch. Si en su primer disco las máquinas de ritmo y los sintetizadores tomaban la posta en un mar de referencias entre baladas y canciones más cercanas a la pista de baile y resonaba el synth pop de los ‘80, en su último disco apuesta por la base rítmica tracción a sangre y un guitarrista afilado sin perder la frescura y el groove cadencioso para arropar sus nuevas canciones.

El disco debut Contamination tiene claros guiños a Gary Numan, Prince, Ultravox, ABC y, según sus propias palabras, está dedicado a aquellos que aman bailar en la oscuridad, pero detrás hay un concepto y un modelo a seguir relacionado con su obsesión por ciertos discos taquilleros de los ‘80: “Contamination es, en cierta manera, un collage de diferentes sonidos. Para mí ésa es la fórmula correcta contra el aburrimiento. Estoy obsesionado con la pretensión de la música pop mainstream de esa década y me gusta comparar este disco con los discos de esa época en los que podías encontrar un gran abanico de diferentes estilos adaptados, en un coherente contexto pop. En ese sentido puedo pasar del soft rock al synth disco de temas como ‘Wild Boys’ a canciones como ‘Flight 777’, donde uso la rítmica minimalista del krautrock. Me gusta jugar con diferentes géneros. No tengo limitaciones. Puedo oscilar entre la música francesa de cabaret y la disco music. Mi idea es hacer una obra coherente utilizando diferentes géneros, y mi modelo es Faith de George Michael, donde vos te podés encontrar con una canción bailable y a la siguiente una con onda jazzy cabaretera, y funciona”.

Para tener una idea sobre qué tipo de cosas canta Jef Barbara en sus canciones, en las que alterna entre el inglés y el francés, se puede tomar de ejemplo de “Crocodile Tears”, una canción que, en realidad, es de las pocas que no escribió él sino su colaboradora Dominique Vanchesteing y se trata de una canción de amor que dice: “Seca ya tus estúpidas lágrimas de cocodrilo, ya habrá otros chicos, no temas más”. Esa idea acerca de dejar de sufrir porque allá afuera hay un montón de otros chicos que podrán amarte es un resumen bastante exacto del tipo de cosas que reconoce que le interesa volcar en sus letras.

En su último disco, Soft to the Touch, aunque nunca abandona las melodías y los sintetizadores que él mismo ejecuta, el plan madre fue deshacerse lo más posible de los secuenciadores y las cajas de ritmo para encontrar el aura de los músicos tocando en vivo en el estudio. “About Singers”, el tema que abre el álbum, es un claro ejemplo del terreno más orgánico y rocker por el que se anima a transitar: un bajo medio desorientado, que se va ensamblando con la voz, en una balada que desemboca en un mar de guitarrazos y distorsiones en la que celebra a sus héroes favoritos de la canción: Bryan Ferry, Ziggy Stardust, Jobraith y Brett Smiley. Para reforzar la idea del “en vivo”, en pleno solo del guitar hero agregaron gritos del público. El resto del disco retoma la senda en búsqueda de la canción perfecta pop de FM, y logra redondearlas mejor que en su debut como en la pegadiza “I Know I’m Late”, “Chords” –junto a Laetitia Sadier de Stereolab– o “Florida is the Future”, que lo encuentran cercano al pop que cultiva el último Ariel Pink más prolijo de estudio y los franceses Phoenix de los primeros discos.

Manifiestos barbaristas

A Jef le gusta describir su contexto como el mundo post-sida, donde el desenfado y la alegría pueden volver a permitirse luego de la noche oscura. Y así como no oculta sus influencias de la Nouvelle Vague francesa de los ‘60 o el synth pop de los ‘80, no duda en reivindicar a los cuatro vientos su identidad y volcarla en sus canciones: “No estoy buscando convertirme en un vocero o activista por los derechos de los gays. No quiero ser un elocuente pop star y prefiero hacer mi aporte desde lo que dicen mis canciones tras la idea de compartir con los demás lo que me pasa en soledad. Si escuchás ‘Wild Boys’, ése es mi aporte, como alguna vez los hicieron Divine o Lou Reed en ‘Take a Walk on the Wild Side’, donde cuenta las historias de los personajes trans que participaban en la Factory de Warhol”.

“Yo reconozco que es algo casi subversivo cantar manifiestos gay como ‘Les homosexuelles’ o ‘Wild Boys’, y eso es simplemente parte de mí. Yo creo un mundo de fantasía pero, sin embargo, todas las anécdotas que cuento no son enteramente ficción. Tomo lo que tengo, con lo que crecí y lo exploto en un sentido artístico y teatral. Pero eso soy más allá de toda esta fantasía, 100% homosexual y no doy vueltas sobre el asunto.”

Video Star

A pesar de su costado retro, Jef comprende como pocos esta época en la que consumimos música sin parar a través de YouTube y otros portales de videos. Ya no se trata de los superclips megaproducidos de dos o tres simples por disco y la rotación por las cadenas de clips que ahora se dedican a los reality shows. Su plan es abarrotar la red con diferentes videos que, en algunos casos, los hace él mismo o, como para el último disco, convoca a diferentes directores amigos. Por eso hace poco escribió en su muro de Facebook que Beyoncé le había robado su idea tras sorprender a la industria con su último álbum homónimo, que incluye hasta más videos que canciones. Pero lo de Barbara es bastante más humilde que la megaestrella millonaria del R’n’B. En su clips aparece como protagonista indiscutido y muestra sus mil caras y facetas: bailando con su sombra en la pared, maquillándose frente al espejo, micrófono en mano forzando el playback de la canción enfundado en brillos, paseando por su ciudad en taxi (“Song for the Loveshy”), protagonista de un corto arty de suspenso (“Crédit d’amour”), al frente del power trío que lo acompaña, mientras se suceden imágenes de Miami Beach (“Florida is the Future”) o en el clip de su hitazo “I Know I’m Late” en el que aparece en un jardín de infantes rodeado de niños, un clip provocador y políticamente incorrecto en el que le hace un guiño por partida doble a Lewis Carroll y a Michael Jackson.

Jef Barbara toca en el cierre del festival Asterisco en la fiesta Brandon, junto a Carisma y Dr Trincado. Sábado 7 de junio 1 am. Niceto Vega 5510

Compartir: 

Twitter

 
SOY
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.