En la ciudad formoseña de Clorinda, se decidió "priorizar" a los argentinos en los centros de salud al momento de inmunizar contra la enfermedad que volvió a aparecer en la región luego de décadas de no registrarse casos.

"Debemos priorizar a los argentinos", expuso el ministro de Desarrollo Humano de Formosa, Aníbal Gómez, quien negó que se discrimine a los ciudadanos del vecino país: "Siempre estamos colaborando con los amigos paraguayos, a diario sus mujeres tienen hijos en nuestros hospitales o bien son atendidos por dolencias de las más variadas, esto es una situación especial", justificó.

Muchos de esos paraguayos que no encontraban la vacuna en su país se organizaban en pequeños grupos y viajaban a la cercana ciudad formoseña de Clorinda -menos de 30 kilómetros por ruta y a menos de 500 metros cruzando el río Paraguay- donde pedían ser inmunizados en el hospital de la ciudad, donde era significativo el número de argentinos que concurrían para ser vacunados.

La cantidad de gente desbordó al personal del centro de vacunación, por lo que la dirección del hospital dio la órden de hacer presentar el documento nacional de identidad argentino a las personas que piden ser inmunizadas.

La medida se aplicó todo el día viernes hasta que se quedaron sin dosis. El gobierno de Formosa espera en las próximas horas una partida de vacunas a ser remitidas por Nación, las que, una vez recibidas, según fuentes del Ministerio de Desarrollo Humano, serán destinadas a los puntos fronterizos y también al oeste de la provincia.

En ese contexto, Asunción recibió hoy desde Brasil más de 800 mil dosis de vacunas contra la fiebre amarilla, que destinará a atender la demanda de los ciudadanos paraguayos, que vienen reclamando a sus autoridades la provisión de ese medicamento.

Allí, la creciente del río Pilcomayo, sumado a importantes lluvias, ha favorecido la proliferación de mosquitos, entre ellos el hoy temido Aedes Aegypti, transmisor del dengue y de la fiebre amarilla.

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