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“Somos la capital de la desnutrición, no vamos a ser la capital del arancelamiento y la muerte de la universidad pública.” Así se plantó la Federación Universitaria de Tucumán ante la propuesta del rectorado de instalar un bono contribución para que los estudiantes financien becas y parte de los gastos de la casa de estudios local. También la Federación Universitaria de Argentina rechazó la iniciativa difundida esta semana.
Como informó este diario, el rector de la Universidad Nacional de Tucumán, el contador radical Mario Marigliano, anunció su idea personal de promover el aporte “voluntario” de los estudiantes con mayores recursos para alimentar un plan de becas y mejorar el financiamiento de programas de investigación, un sistema que ya funciona en la universidad más antigua del país, la de Córdoba. El anuncio llegó con los 57 mil alumnos de la UNT en plenas vacaciones. Tras reunirse, la mayoría de las agrupaciones estudiantiles resolvió oponerse de plano.
“Si el rector no retrocede en esta postura, los estudiantes vamos a echarlo a él y a todos los burócratas que manejan las cajas negras de la universidad. Todas las agrupaciones estamos de acuerdo en esto”, sentenció el presidente de la federación regional, Martín Lus, de Franja Morada. Después de ciertos titubeos iniciales –cuando una consejera superior consideró aceptable la contribución voluntaria–, la agrupación vinculada al radicalismo se definió contra la idea de Marigliano. “El arancel no va a pasar. Aceptar la propuesta del rector sería abrirle la puerta al arancelamiento compulsivo”, dijo Lus.
También la Federación Universitaria Argentina sentó posición. “Rechazamos enérgicamente aquellas propuestas que pretenden resolver la asfixia presupuestaria de nuestras universidades mediante el pago de contribuciones estudiantiles que, aunque disfrazadas de voluntarias, tienen como finalidad la instalación del arancel en la enseñanza superior”, indicaron, a través de un documento, el presidente y el vice de la FUA, Emiliano Yacobitti y Ariel Kreiman, ambos de Franja Morada.
En diálogo con Página/12, el mismo Yacobitti abundó: “Al neoliberalismo sólo le falta ir contra la educación pública. Con este tipo de propuestas se está tanteando si la sociedad está dispuesta a defender a la universidad como salió a defender sus ahorros. Mientras, el Estado está extorsionando a las universidades: no les envía el presupuesto y las empuja a tomar medidas como ésta. Se está haciendo lo mismo que se hizo con las empresas públicas. Primero las desfinanciaron y desprestigiaron para después poder privatizarlas”, advirtió.
Con un argumento similar los docentes tucumanos se opusieron al “bono voluntario”. “Estos intentos de arancelamiento responden a una postura liberal, que pretende la privatización de la salud y de la educación”, dijo el secretario general de la Federación de Docentes e Investigadores de la UNT, Manuel Márquez. Para el dirigente gremial, los llamados bonos voluntarios terminan siendo obligatorios: “Esta tendencia privatista, si se concretara para toda la UNT, seguiría expulsando más alumnos”.
La cuestión de los bonos despertó otros reclamos en la UNT. Desde varios flancos –la JUP y la Franja, por ejemplo– se le reclamó al rector que antes de exigir la colaboración de los estudiantes en el financiamiento aclare “las irregularidades que existen en la universidad”. Además, el titular de la federación tucumana aseguró: “Los decanos de la UNT cobran su sueldo aplicándose la antigüedad docente al cargo de decano. Así, algunos cobran cerca de 6 mil pesos. Y eso se aprobó en el Consejo Superior con el voto en contra de todas las agrupaciones estudiantiles. El problema no es el presupuesto, sino el modo en que lo distribuyen. Si la universidad tiene más presupuesto que la capital de la provincia”.