UNIVERSIDAD › ¿COMO SERA LA UBA DESPUES DEL SHUBEROFFISMO?

Los planes de los candidatos

 Por Javier Lorca

La respuesta a cómo será la Universidad de Buenos Aires después del shuberoffismo depende, claro, del resultado que arroje la asamblea que volverá a reunirse hoy. Tras 16 años bajo el mandato del radical Oscar Shuberoff, la universidad más importante del país –con un presupuesto anual de 300 millones de pesos y más de 250 mil alumnos– enfrenta dos alternativas centrales para su Rectorado: o gana el ex decano de Medicina Guillermo Jaim Etcheverry, apoyado por un heterogéneo frente ideológico, o triunfa Aldo Ferrer, el candidato que logró consensuar el radicalismo a último momento. En esta nota se desgranan los proyectos que traen ambos sectores y, también, las propuestas de los candidatos con pocas chances (ver aparte).
u Si el nuevo rector resulta ser Guillermo Jaim Etcheverry, se develarán muchas incógnitas, nacidas del silencio que él ha mantenido en la campaña. Nunca definió públicamente cuál es su proyecto para la UBA, pero sí han definido sus ideas sus principales impulsores, un bloque que incluye profesores y graduados independientes, justicialistas, de derecha, radicales (de Medicina), entre otros. La mayoritaria lista de profesores que lo apoya –encabezada por los ex decanos de Veterinarias y de Sociales, Aníbal Franco y Fortunato Mallimaci– se basa en una premisa: “No al continuismo”. El slogan apunta a Shuberoff. El bloque ha hecho hincapié en cambiar “un conjunto de prácticas de gobierno que han merecido un claro repudio dentro de la comunidad universitaria y fuera de ella”, y en “asegurar la transparencia de todos los actos de la gestión, vinculadas a las cuestiones científico-académicas y económico-financieras”. Para fijar una instancia de control, proponen convocar anualmente a una asamblea universitaria y “descentralizar funciones que hoy cumplen el Rectorado y el Consejo Superior”. Como principios básicos, anunciaron que defenderán “la universidad pública, autónoma y gratuita, cuestionando cualquier estrategia velada que conduzca al arancelamiento”. No obstante, quienes rechazan a Jaim desconfían de su defensa del ingreso irrestricto. Un compromiso fuerte del bloque es reformar el estatuto de la UBA. Además de haber presentado el proyecto para que el primer punto de la asamblea sea limitar las reelecciones de rector, este grupo anunció que buscará discutir las formas de nombrar profesores eméritos y consultos, la edad jubilatoria de los docentes y modificar el régimen de dedicaciones exclusivas. También proponen terminar con el sistema actual de elección de autoridades: “El rector y los decanos de la universidad deberían ser elegidos en forma directa, con la ponderación que corresponda a cada claustro”, opinó el decano de Agronomía, Fernando Vilella.
u Frente al silencio mantenido por Jaim Etcheverry, los proyectos impulsados desde el bloque radical se basan en explicitar su defensa de los principios reformistas: gratuidad, libre ingreso, autonomía. En especial, los operadores radicales enfatizan su defensa del cogobierno, deslizando que “un rector como Jaim implicaría el gobierno de los profesores”. El flamante candidato del sector, Aldo Ferrer, definió: “La universidad pública argentina tiene una gran tradición de institución abierta, accesible y gratuita. El financiamiento debe venir esencialmente por el refuerzo del apoyo presupuestario que debe fundarse en una mejora sustantiva fiscal del Estado”. El economista anunció que su programa para la universidad consta de tres áreas: “La de vinculación con la sociedad, la de organización interna y la de inserción internacional. A la universidad hay que integrarla a la sociedad en varios niveles: en principio, con una reflexión sobre el país, el mundo y la ubicación del país en el escenario internacional –explicó–. Después, hay acciones hacia el interior de la universidad... y, finalmente, está el tema de la dimensión internacional. La UBA tiene un gran reconocimiento externo y allí tenemos que establecer vínculos de capacitación, de formación recíproca, de intercambio de alumnos y profesores, de proyectos deinvestigación”. El punto débil de la candidatura de Ferrer, sobre el que han apuntado sus enemigos políticos, es el apoyo que le brindan desde el entorno de Shuberoff: en teoría, él tendría más dificultades que una virtual gestión de Jaim para cortar las criticadas prácticas de gobierno instauradas en los últimos años.

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