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Lanzamientos

GOOD BYE LENIN!,
de Wolfgang Becker.
Con Daniel Brühl, Katrin Sab y Ch. Khamatova.
2003, 118 min. AVH.

Uno de los mayores éxitos del cine europeo reciente, Good Bye Lenin! es una de esas películas que nacieron con una carta ganadora en la mano. Esa carta está guardada en su premisa argumental: una fanática militante stalinista de la ex Alemania Oriental queda en coma tras un accidente, y al despertar sucede que... ya no existen más ni la Unión Soviética, ni Alemania Oriental, ni el Muro de Berlín. Sabiendo que la mujer no lo soportaría, su hijo decide entonces crear para ella un mundo enteramente falso, en el que, se supone, todo aquello sigue tan lozano como otrora. Muy bien interpretada y narrada con gracia y fluidez, la película funciona como comedia absurda y, al mismo tiempo, como alegoría política. Puede ser que el director apueste demasiado sobre seguro, pero la cosa funciona y divierte.



INTACTO,
de J.C. Fresnadillo.
Con Leonardo Sbaraglia, Eusebio Poncela y Max von Sydow.
2001, 113 min. AVH.

La película que le permitió a Leonardo Sbaraglia ganar un Goya (a poco de su llegada a España) es una fábula llena de pretensiones sobre el azar, el mal, el dolor espiritual y varias mayúsculas más. Como corresponde a las pretensiones, en el elenco está Max von Sydow, haciendo de un sobreviviente de la aniquilación nazi, al mismo tiempo un demonio menor, que rige los infernales subsuelos de un casino. Allí tiene lugar una suerte de ruleta rusa que implica a la vez cierto pacto fáustico, en el que el participante debe sacrificar a quien más quiere. Sbaraglia hace de un muchacho tocado por la fortuna, y Poncela de algo así como su contrario: un hombre que transmite la mala suerte. Entre tanta ínfula existencial, es como que al director se le olvida que, al fin y al cabo, sólo se trata de una película. Y aburre.



LA VENTANA SECRETA,
de David Koepp.
Con Johnny Depp, John Turturro y María Bello.
2004, 95 min. LK-Tel.

Stephen King vuelve a plagiarse a sí mismo, pero eso no quiere decir que el resultado sea malo. Divertidamente excesivo, Johnny Depp hace de un novelista que, tras descubrir a su esposa en la cama con otro, entra en un bloqueo creativo de aquéllos. En medio de su crisis, hasta la cabaña en la que ha buscado refugio llega un extraño (John Turturro, mil veces más exagerado que Depp) que sostiene que el otro le plagió una novela entera. Y que, para cobrarse la deuda, está dispuesto a cualquier atrocidad. Otra vez el tema del doble (como en La mitad siniestra) y también las pesadillas del escritor (como en Misery) y la casa aislada (como en El resplandor). Todo esto disminuye, claro, el efecto de la fábula, pero no la anula como entretenimiento. El final, además, es tan perfecto como debe serlo en un buen cuento.



HEROES DEL INFIERNO,
de Don Siegel.
Con Steve McQueen, Bobby Darin y James Coburn.
1962, 89 min, b & n. En DVD. AVH.

Sale en DVD esta muy poco conocida película de guerra, de bajo presupuesto y en blanco y negro, dirigida por ese solidísimo cineasta de género que fue Don Siegel, autor de obras maestras de ciencia ficción (Invasion of the Body Snatchers), el policial (Harry el Sucio) y el western (El engaño). Sin llegar a esas alturas, Héroes del infierno es casi ejemplar en su sobriedad, concisión y aspereza. Cualidades que el héroe (encarnado por Steve McQueen) encarna hasta la enésima potencia. Anticipando el laconismo del Harry eastwoodiano, si McQueen pronuncia aquí más de una docena de frases (la mayoría de ellas reducidas a monosílabos) es mucho. La película narra una acción suicida emprendida por un pequeño pelotón en las postrimerías de la Segunda Guerra, y por allí aparece también el gran James Coburn.

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