Pirulo de tapa

Pirulo de tapa

Europa se enfrenta a una crisis migratoria que pone en duda sus ideales de libertad y solidaridad. El mar Mediterráneo es una trampa mortal para miles de refugiados y los principales países de la Unión Europea quieren frenar el flujo y dificultar la entrada de los inmigrantes. Y mientras el debate por la crisis humanitaria crece, Francia y Bélgica, dos de los países con más inmigrantes y en los que hay una fuerte corriente de ultraderecha xenófoba, alientan estos días a sus selecciones de fútbol antes de que se midan mañana como semifinalistas del Mundial. Dos selecciones que están a un paso del partido más importante que el fútbol pueda ofrecer gracias, precisamente, a jugadores con sangre africana: casi el 80 por ciento de la plantilla de “Les Bleus” son hijos de inmigrantes y en Bélgica, la cifra roza el 48 por ciento.

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