ECONOMíA › COMO LO VEN A KIRCHNER DESPUES DEL DISCURSO SOBRE “LAS CORPORACIONES”

Que sea como Lula, pero nunca como Chávez

La opinión empresaria oscila entre el entusiasmo y la fuerte desconfianza. Expectativas en las pymes y la UIA le abrió su crédito. Los grupos económicos se sintieron aludidos y “sorpresivamente” atacados.

 Por Cledis Candelaresi

Pequeños empresarios locales celebraron ayer la consagración de Néstor Kirchner con la esperanza de que el nuevo presidente electo les brindará amparo irrestricto a la temible competencia externa y, de ser posible, algún subsidio. Los grandes son más cautos y prefieren que el santacruceño despeje algunas incógnitas sobre la integración de su gabinete y programa de gobierno antes de abrir juicio. “Es importante que entienda que tiene que parecerse lo más posible a Lula y lo menos posible a Chávez”, recomendó el titular de Fiat, Cristiano Ratazzi, en alusión al giro promercado que el presidente de Brasil le dio a su gestión y al sesgo supuestamente estatista de la administración venezolana. En sus oídos debe haber resonado la dura advertencia que el gobernador sureño había lanzado en su discurso vespertino cuando prometió no ceder “a la presión de las corporaciones” ni gobernar “para ciertos intereses económicos”.
“¿Qué son las corporaciones?... Los bancos, la UIA, los sindicatos?”, se preguntaba ayer el director general de una privatizada, recordando que, en rigor, Kirchner hasta ahora no construyó ningún vínculo con ninguno de esos factores de poder. “Las corporaciones son todos”, interpretaba ayer un destacado dirigente de la Unión Industrial Argentina, única entidad que ya respaldó con un comunicado la consagración automática del candidato.
La UIA “considera que (Kirchner) cuenta con el absoluto respaldo y legitimidad para avanzar en las propuestas que expresó durante su candidatura a la presidencia”, reza el texto. Pero al margen de esas formalidades, ningún dirigente empresario tiene demasiado claro cuáles son las propuestas y por ahora confían en la gestión que hicieron ante Eduardo Duhalde para que éste les tienda un puente con su sucesor, a quien miran de reojo, con poca confianza en sus futuras decisiones y en su capacidad de construir un poder propio.
Desconfianza similar a la que reconoce sólo en privado la cúpula de la Cámara Argentina de la Construcción, básicamente quienes representan a grandes empresas como Techint o Roggio. A pesar de que Roberto Lavagna, quien continuará al frente del Ministerio de Economía, benefició al conjunto de contratistas del Estado con la posibilidad de reajustar el costo de sus contratos, reflejando el impacto de la inflación. Algo que miran casi con envidia las prestadoras de servicios públicos, operadas por grupos con predominio de accionistas extranjeros.
Otra es la visión de las constructoras más chicas, tal como expresa el propio vicepresidente de la CAC y propietario de una firma sanjuanina, Munir Madcur. “Hay que esperar que arme su gabinete y tome sus primeras medidas. Pero para las pymes, el primer discurso de Kirchner es auspicioso”, admitía ante Página/12 poco después de escucharlo. Animo posiblemente similar al que ayer embarcó a un grupo de empresas chicas, recuperadas y microemprendimientos a lanzar la Coordinadora de Acción Productiva derrochando expresiones de apoyo al próximo presidente.
Esa troupe patronal de hinchas de Kirchner es, sin embargo, un segmento empresario casi marginal. La gran mayoría está expectante, con más inquietud que esperanzas, aunque on the record ensayen un aval. “Hay ejemplos exitosos de gobiernos de centroizquierda, así que no vale la pena que nos masoqueemos como frente a Lula: ahora los mercados están chochos. Lo mismo pasó en España con Felipe González, quien al final también hizo una política pro mercado”, se anima Amadeo Vásquez, directivo múltiple de diversas firmas y presidente de Telecom.
Lo que ningún hombre de empresa pone en duda es la legitimidad con la que asumirá Kirchner, a pesar de la modesta proporción de votos obtenida en la primera vuelta. El titular de la Caja de Valores, Norberto Gysin, ayer expresó casi con crudeza por qué: “Igual, los votos de la segunda vuelta no iban a ser propios”. El director del Hipotecario, Miguel Kiguel, y el banquero Alfredo Piano también minimizaron el impacto que tendría enlos mercados el ballottage abortado, ya que éste hecho no cambia el resultado previsto.
Quizás una prueba de ello es que el dólar subió ayer de 2,79 a 2,82 pesos en la última media hora de operaciones, justo cuando se confirmó la renuncia de Menem. Suba magra en relación a la que podría haber sufrido la divisa en época de gran incertidumbre política. Después de todo, los operadores financieros, al igual que otros hombres de negocios, saben que la pesada agenda económica heredada por Kirchner le dejará poco margen de creatividad.

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Cristiano Ratazzi, presidente de Fiat. Autor de la primera definición audaz respecto de Kirchner.
 
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