Desde Londres

Como las brujas no existen, en el Gobierno dicen no creer que la administración de Gordon Brown pudiera haber tenido mala intención en convocar a la cumbre del Grupo de los 20 justo el 2 de abril. De todos modos, para neutralizar cualquier hechizo, la delegación que encabeza Cristina Fernández de Kirchner preparó una serie de actos que buscan dejar en claro que la coincidencia de fechas no aplacará el reclamo de soberanía por las islas Malvinas. La Presidenta depositará una ofrenda floral frente a un monumento a San Martín en esta ciudad y luego hará una declaración sobre el tema desde la embajada argentina. Estará acompañada por un grupo de ex combatientes que viajó especialmente para la ocasión con el respaldo del Ministerio del Interior. Esos ex conscriptos que estuvieron en la guerra volverán mañana a la noche a Buenos Aires en el avión con la Presidenta y el resto de la comitiva.

El Gobierno resolvió que todo lo relativo a Malvinas, incluido el reproche al gobierno inglés por negarse a una instancia de negociación como exige la ONU, ocurrirá después de las reuniones del G-20. La razón es que la cumbre tiene carácter multilateral y “no corresponde” dirimir allí cuestiones bilaterales. Las Cancillerías de ambos países acordaron ese punto en el encuentro de líderes progresistas del último domingo en Santiago de Chile, ocasión en la que Cristina insistió ante Brown en que Inglaterra debe aceptar hablar sobre el tema.

“Se los vamos a decir cada vez que nos veamos y lo vamos a plantear en cada foro internacional que corresponda. Se tienen que convencer de que el reclamo va en serio. Recién ahora empiezan a convencerse”, dijeron altas fuentes de la comitiva argentina. Según explicaron, es la forma de contrarrestar la estrategia inglesa de los últimos años, favorecida en su momento por el menemismo, que consiste en aquietar las aguas en todo lo referido a Malvinas y fortalecer la relación en otros planos hasta que el asunto de la soberanía quede como una cuestión secundaria, que siempre estará ahí, pero sin que constituya un problema. “Ellos buscan igualar el caso Malvinas al de Gibraltar. Llegaron a un punto en el cual España todos los años repite su demanda, pero casi como una formalidad. Nosotros tenemos que mantenerla presente en todo momento”, revelaron.

En esa línea, la Presidenta dedicará sus últimas horas en Londres a reivindicar los derechos argentinos sobre las islas. La foto junto a un grupo de ex combatientes y el resto de la comitiva oficial depositando flores en la estatua del general San Martín será el gesto más contundente. El acto se realizará en una plaza que tiene un condimento especial, dado que se encuentra en el barrio de las embajadas, rodeada de delegaciones diplomáticas. Cristina completará la ceremonia ya dentro de la embajada argentina, con una declaración a la prensa para que el mensaje llegue al país.

Osvaldo Hillar, presidente del Centro de ex Combatientes de Malvinas en Ushuaia, es uno de los soldados del ’82 que llegaron ayer a Londres para sumarse al recordatorio. “Lo que más me produce estar acá es impotencia. Lo comentábamos con los muchachos cuando veníamos del aeropuerto. Nos pasa eso, nos da impotencia, mucha impotencia”, contó a Página/12 al llegar a su hotel, ubicado a media cuadra del de Cristina Fernández, en la calle donde se encuentran los locales de las marcas de ropa más exclusivas y por donde abundan, pese a la crisis, los autos de lujo. Hillar tenía apenas tres meses de conscripto en Córdoba cuando fue trasladado hacia las islas. Hoy vive en Ushuaia, pero no olvida. Con él también vino el periodista y ex combatiente Edgardo Esteban, autor del libro Iluminados por el fuego y coguionista de la película homónima que dirigió Tristán Bauer.

Además de machacar con el reclamo, el Gobierno adoptó la línea de mostrar el caso Malvinas no como una cuestión aislada que interesa sólo a Argentina, sino como parte de un problema internacional, por el incumplimiento de los países centrales de las normas que dicta la ONU. La Presidenta puso como ejemplo del mismo comportamiento lo que ocurre con Palestina. Por otra parte, un aspecto económico que en este momento juega a favor de Argentina es que el precio del petróleo haya caído de los casi 150 dólares del año pasado a 50. “Cuando estaba en 150 dólares no podía dormir, porque con ese precio la explotación de hidrocarburos en Malvinas es rentable. En el nivel actual es distinto”, reflexionó uno de los funcionarios que hoy estará en el acto en defensa de la soberanía.