El gobierno nacional insistió con su repudio a la amenaza que su par británico efectuó sobre la embajada ecuatoriana en Londres, contra el pedido de asilo político solicitado por el creador de Wikileaks, Julian Assange. El canciller Héctor Timerman resaltó “el amplio consenso y el sentido de solidaridad que existe en la región, tanto en la causa Malvinas como ahora, en la situación planteada con Ecuador”.

“Debe quedarle claro al Reino Unido que hay una gran solidaridad y unanimidad en la región, y que atentar contra uno de nuestros países es atentar contra todos”, advirtió Timerman, apuntando al documento firmado ayer por la Unasur en solidaridad con los ecuatorianos, pero también poniendo el conflicto por la soberanía de las Islas Malvinas sobre la mesa. El Gobierno le reclama al Reino Unido que cumpla con las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas en las que instan a las dos partes a sentarse a negociar por el archipiélago.

El fundador de Wikileaks se encontraba en la sede de la embajada ecuatoriana en la capital inglesa, a la espera de que el gobierno de Rafael Correa le contestara su pedido de refugio político, que finalmente fue otorgado el jueves pasado. La policía británica estaba detrás de Assange por un pedido de extradición solicitado por Suecia y, tras conocerse el asilo, los británicos amenazaron, a través de una circular formal presentada en la embajada ecuatoriana, con que podrían utilizar una ley para revocar el status diplomático e ingresar a la sede para arrestar a Assange.

La actitud agresiva de parte de los británicos generó una respuesta inmediata de los países del bloque de la Unasur. El Ministerio de Relaciones Exteriores que encabeza Timerman emitió un comunicado en el que señaló que “la República Argentina repudia las expresiones del gobierno del Reino Unido, amenazando con irrumpir en la Embajada del Ecuador en Londres, violando su obligación de cumplir con la Convención de Viena que establece la inviolabilidad de las sedes diplomáticas”. En el escrito, la cartera recordó además que “miles de ciudadanos perseguidos por las dictaduras más abyectas del siglo XX encontraron refugio en las embajadas situadas en nuestro continente y pudieron rehacer su vida en países democráticos, protegidos de las persecuciones sufridas en sus lugares de origen”.

En momentos en los que la Argentina denuncia la militarización de la zona de las islas por parte del gobierno británico, y mientras el buque de guerra HS Dauntless arribó a las islas, la Cancillería consideró que “la amenaza entregada en forma escrita por la embajada británica en Quito pone de manifiesto una vez más la política del Reino Unido de ignorar las resoluciones emanadas por los organismos multilaterales, así como las normas y leyes del Derecho internacional”, haciendo eje en las resoluciones de la ONU para que se siente a negociar en el conflicto por Malvinas.