EL PAíS › OPINION

El dueño del circo

Por Enrique M. Martínez *

A medida que se profundiza la crisis de credibilidad en la dirigencia política se consolida un círculo perverso, en que ante la compulsa electoral los candidatos se instalan con marketing y no con ideas y los ciudadanos votan ignorando qué hará en definitiva el elegido.
Pero después de la elección alguien gobierna. Y lo hace con ideas. Que alguien provee. En la Argentina de los últimos 25 años las ideas las puso el poder económico concentrado. Las tomaron como buenas los presidentes, sus ministros, y, justo es reconocerlo muchos argentinos, que sólo advirtieron que se perjudicarían luego que el daño se concretó. Ese trabajo de diseminación de ideas para pocos presentados como útiles para todos, no es mero fruto de confabulaciones y de compra de comunicadores. En realidad, es exitoso cuando cuenta como voceros a personajes que auténticamente creen que la lógica del poderoso es de validez universal: que con ella comerán los pobres y hasta verán los ciegos. Ellos son los que definen en frases simples y hasta obvias el camino a recorrer, con lógica docente, a disposición de todo político de sonrisa amplia y cerebro con espacios a llenar.
Tal fue el papel de Roberto Alemann hace 40 años. O Domingo Cavallo hasta hace un año. Hoy le toca a Ricardo López Murphy. El es quien difunde con convicción las ideas conservadoras y a quien seguramente llamará el candidato ganador de las próximas elecciones, cuando López Murphy pierda en las urnas y comience a triunfar en los pasillos del poder. Hemos creído, en consecuencia, que el mejor aporte que podemos hacer para al menos imaginar un futuro progresista, es difundir las ideas de López Murphy, señalar sus gruesas omisiones y falacias y poner a disposición de todo sector que se crea popular, algunas de las ideas que las reemplacen. Para construir una alternativa progresista hay que tener un plan sólido. Pero a la vez hay que quebrar esa facilidad con que los conservadores se ganan la mente de los compatriotas, especialmente la clase media, llegando a la paradoja de que millones sostienen ideas de personas a las que a la vez insultan.
La hoja web de Ricardo López Murphy (www.lopezmurphy.com) tiene como mensaje un documento titulado “La organización de una sociedad exitosa”. Allí están sus valores, que son los de los dueños del circo argentino. Las verdaderas ideas fuerza son dos: 1) Cada uno debe hacerse cargo de su destino. El Estado sólo debe ayudar a los realmente impedido. 2) Se deben restringir al mínimo los bienes en común. La propiedad privada debe ser un concepto a aplicar a todos los espacios.
Todo lo demás se deduce de allí ¿Cuántos argentinos de buena voluntad compartirían estas afirmaciones? Discutámoslo. Continuará.

* Encuentro Transformador.

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