EL PAíS › ACUERDO CON LA OPOSICION EN DIPUTADOS, QUIEBRE DE LANZAS EN EL SENADO

La pelea por la bicameral de DNU

Es la comisión que controla los decretos del Ejecutivo. Está conformada por ocho diputados y ocho senadores, con la oposición peleando la mayoría. En la Cámara baja serán mitad y mitad, en la alta sigue la discusión.

 Por Miguel Jorquera

Ya nada se resolverá sin dificultad en el Congreso. Ahora, la puja entre oficialismo y oposición pasa por la conformación de la Comisión Bicameral de control sobre los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) que dicta el Ejecutivo. El conglomerado opositor reclamó cinco de las ocho sillas que les corresponden a los diputados, pero después de algunas negociaciones por la representatividad de cada bloque, el presidente de la Cámara baja, Eduardo Fellner, designó –con el “consentimiento” de la UCR y el PJ disidente– a cuatro legisladores del Frente para la Victoria y otros cuatro por el bloque opositor. En cambio, la ruptura de negociaciones en el Senado postergaría la designación de los ocho senadores hasta febrero, cuando se resuelva el reparto de las comisiones legislativas de la Cámara alta. Lo que paralizaría el funcionamiento de la bicameral.

Con la inercia de la embestida por el control de la Cámara baja, el interbloque de la oposición fue por todo. En una nota dirigida a Fellner le reclamó que designara a los diputados de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo y propuso los cinco candidatos opositores sobre ocho diputados –los otros ocho los designa el Senado–, aunque la nota difundida por el propio conglomerado opositor tenía seis nombres, entre ellos los de Elisa Carrió y el macrista Federico Pinedo.

El oficialismo no resignaría el control opositor sobre la bicameral que regula el trámite y los alcances de la intervención del Congreso respecto de los decretos que dicta el Ejecutivo, como los DNU, por delegación legislativa o de promulgación parcial de leyes. Rápidamente trazó su estrategia y abrió la negociación en la Cámara baja con la oposición, cuyos interlocutores fueron el jefe del bloque radical, Oscar Aguad, y del PJ anti K, Felipe Solá.

Después de algunas discusiones sobre la proporcionalidad que le corresponde a cada bloque, Fellner completó ayer por la tarde la nómina de los ocho diputados con la anuencia –según su vocero– de la oposición. El reparto fue por partes iguales. Los oficialistas Jorge Landau, Luis Cigogna, Diana Conti y Agustín Rossi, y los opositores Juan Tunnessi y Rubén Lanceta por la UCR, Enrique Thomas por el PJ disidente y Marcela Rodríguez por la CC. El recorte de las aspiraciones opositoras fue por el orden de aparición en su propia nota dirigida a Fellner, en cuya corrección posterior ya no figuraba Carrió pero sí Pinedo, que finalmente quedó marginado de la comisión.

“El reclamo de 5 a 3 no representa la proporcionalidad de la Cámara, finalmente coincidieron que los números están mucho más cerca de la igualdad y se resolvió que fuera 4 a 4”, afirmaron cerca de Fellner.

“No es decisión irresponsable, además en una facultad, que por ley, queda en manos del presidente de la Cámara”, sostuvo Lanceta ante Página/12, aunque afirmó desconocer las negociaciones que encabezó Aguad. “Por sistema D’Hont sin piso, la proporcionalidad es de cinco a tres para la oposición, pero con piso es cuatro a cuatro. En realidad la ley no precisa la forma de reparto, y consideramos a Fellner un hombre ecuánime”, remarcó Lanceta, que tendrá uno de los dos asientos de los diputados radicales en la bicameral. “De todas maneras, la presidencia debe ser para la oposición. Es una comisión de control y el oficialismo no puede controlarse a sí mismo”, sentenció el radical bonaerense.

En el PRO cargaron las culpas de dejarlos afuera al oficialismo. Cerca de Pinedo prefirieron no criticar públicamente a los “aliados parlamentarios” que se encargaron la negociación y volverán a insistir en al incorporación del macrista en la Bicameral. Desde el PJ disidente prefirieron no referirse a la negociación y reclamaron mayoría opositora en la conformación de la comisión, pero desecharon cualquier posibilidad de ceder su silla en la misma al macrismo. Con Gerardo Morales de viaje, el presidente de la UCR Ernesto Sanz fue el encargado de subir la apuesta en el Senado. “Vamos a reclamar cinco lugares de los ocho senadores que tiene la comisión”, afirmó el senador mendocino después de conocer el reparto que Fellner selló en Diputados. “Es una comisión de control y debe estar en manos de la oposición”, remarcó Sanz.

El bloque K de senadores tiene otra opinión. El oficialismo tiene 32 senadores propios y cuenta entre sus aliados a otros tres, mientras que los distintos bloques opositores aseguran aglutinar 34. Otros tres peronistas, dos pampeanos y un chubutense, que no se sumaron a la bancada oficialista pero tampoco militan en las filas anti K, se convertirían en el fiel de la balanza. “Con estos números no pueden reclamar cinco lugares”, replican los kirchneristas, que hasta el recambio legislativo mantenían la proporción de 5 a 3 a su favor, igual que en Diputados.

Pero también condicionaron la integración de la bicameral. El bloque K no está dispuesto a cerrar nada hasta lograr un acuerdo con la oposición, que dio por rota todas las negociaciones. Así que su integración, sin la presencia de los senadores, se demoraría hasta el 24 de febrero, fecha fijada para la sesión preparatoria del Senado. Si no hay acuerdo, ahí se dirimirá en el recinto y por votación la conformación de las 25 comisiones permanentes y las siete bicamerales, entre ellas la de DNU.

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El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, logró acuerdo con la UCR y el PJ disidente.
Imagen: Bernardino Avila
 
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