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“Se trata de salvar la democracia y la dignidad”

Joaquín Piña renunció como obispo de Iguazú al cumplir los 76 años. A la espera de la decisión del Papa, se postula para ser constituyente opositor a la reforma de Rovira.

 Por Washington Uranga

El obispo católico de Iguazú (Misiones), Joaquín Piña, admitió ayer que está dispuesto a convertirse en candidato a convencional constituyente de aquella provincia participando de una lista conformada por partidos políticos y fuerzas sociales que se oponen a la reforma constitucional propuesta por el gobernador Carlos Rovira, quien busca eliminar trabas legales para su reelección. Las elecciones para constituyentes se realizarán en Misiones el próximo 29 de octubre y para alcanzar su propósito de extender en forma indefinida la posibilidad de ser reelecto, el gobernador Rovira deberá asegurarse por lo menos 18 votos sobre un total de 35 posibles. Piña encabezaría una alianza integrada entre otros por organizaciones sociales, sindicatos, la CTA, la Unión Cívica Radical y el Partido Socialista.

“Yo siempre estuve en contra del proyecto reeleccionista porque me parece una aberración. Es un proyecto hegemónico que debemos frenar. Se trata de defender los derechos humanos y de salvar la democracia, la dignidad y las instituciones”, dijo el obispo. Piña, de 76 años, nacido en España y nacionalizado argentino, es un activo militante de la causa de los derechos humanos, defensor de la democracia e identificado con aquellas corrientes que en la Iglesia se caracterizan por “la opción por los pobres”. En el ejercicio de su gobierno pastoral en Iguazú, desde 1986, el obispo se transformó en severo crítico de la gestión política. En la decisión adoptada ahora, Piña asegura contar con el respaldo del cardenal Jorge Bergoglio, presidente de la Conferencia Episcopal. “A mí me habían pedido desde muchos sectores que participara como candidato, pero me parecía que no era lo mío. Hasta que hablé con (el cardenal Jorge) Bergoglio y él me dio a entender que me apoyaba. Después la gente también empezó a reclamarlo. Y bueno, hubo una aprobación muy grande y yo estoy dispuesto a sacrificarme, así que dije que sí”, sostuvo.

También el obispo católico de Posadas, Juan Martínez, ha expresado su posición contraria a la reelección de Rovira y apoyó públicamente la decisión de Piña de presentarse como candidato. El domingo anterior, el obispo Martínez llamó a “defender la democracia” y aclaró que “estas elecciones se refieren estrictamente a definir qué democracia queremos para la provincia de Misiones”, subrayando que “aquí no se va a votar a favor o en contra de una gestión”. Para Martínez, “centrar la discusión en la aprobación o desaprobación de la gestión sería un error o engaño grave”.

Piña integrará el frente Unidos por la Dignidad y condicionó su participación en la lista a que de la misma no participen “candidatos impresentables”. “Es una lucha de la sociedad, no de la política (partidaria)”, aseguró el obispo de Iguazú. Tanto el propio Piña como Martínez reivindicaron el derecho de la Iglesia de participar en política, contradiciendo de esta manera los señalamientos del gobernador Rovira, quien afirmó que “la Iglesia no debe meterse en política”. “Es una afirmación errónea”, dijo Martínez.

De esta manera, el obispo de Iguazú sigue el mismo camino que ya había iniciado en 1994 el ya fallecido obispo de Neuquén, Jaime de Nevares, quien fue elegido como convencional por el Frente Grande para la asamblea constituyente que reformó la Constitución nacional en aquel año. Piña tiene un perfil eclesial y de compromiso social muy similar al que en su momento adoptó De Nevares. Debido a su edad, el obispo de Iguazú ya presentó su renuncia al gobierno de la diócesis, siguiendo las directivas de la Iglesia, pero se mantiene en su cargo hasta tanto la dimisión le sea aceptada por el Papa.

El pasado 30 de julio, Piña pronunció una homilía sobre la “democracia real”. En esa oportunidad dijo, refiriéndose a la situación provincial, que “yo no puedo entender que sea democracia esto que estamos viviendo cada día más, de la concentración del poder en una sola persona, (porque) es de esencia de toda democracia el principio de división e independencia de los tres poderes del Estado: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Ahora bien, en los últimos años hemos asistido a un avallasamiento del primero sobre los otros dos poderes”. En esa ocasión el obispo se anticipó a decir que “volverán a decir que hago política”. Y frente a ello respondió que “no me importa lo que digan. La gente ya sabe quién es quién. Y mi única aspiración política es que la gente viva mejor. Con más dignidad. Que nadie tenga que vender su conciencia por un vil beneficio o un puesto de trabajo”.

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El obispo de Iguazú, Joaquín Piña, lanzado a la campaña electoral en Misiones.
 
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