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“Derechos humanos y seguridad no se contradicen”

Juan Pablo Cafiero, secretario de Seguridad y Justicia bonaerense, niega que haya hecho una purga y cuenta que va a “saturar” las zonas de riesgo con gendarmes y prefectos. La defensa de la fuerza y los malos policías.

 Por Raúl Kollmann

“No, no es paranoia. La sensación de inseguridad que tiene la gente es real. Han subido los índices de hechos y la violencia es altísima, en particular contra los propios policías. Son grupos muy jugados y en las razones se mezclan la crisis económica, la droga, la facilidad para conseguir armas. Además, vivimos el fracaso de la política del marketing electoral de la mano dura que llenó las comisarías y las cárceles de gente en la que no se diferencia la peligrosidad. Estamos dedicando el 30 por ciento de la policía a cuidar esas comisarías y esos presos. Nuestras estrategias pasan por poner los efectivos en la calle, agregar por primera vez la participación de fuerzas federales, especialmente Gendarmería, en territorio provincial y saturar de vigilancia las zonas con índices de delito más altos. Además, insistimos en que necesitamos penas más duras para la portación de armas, que actúe la Justicia provincial en las causas de drogas y que se reduzca la morosidad judicial: apenas el 10 por ciento de los presos tienen condena.” Juan Pablo Cafiero, quien cumple un mes como ministro de Seguridad y Justicia bonaerense, resumió así ante Página/12 el diagnóstico sobre la dramática situación de seguridad que se vive en el Gran Buenos Aires.
–La gente parece aterrorizada, hoy más que nunca, en el conurbano.
–El clima de inseguridad es real. Aumentó la cantidad de delitos y también la violencia. Al mismo tiempo tengo que decir que igualmente aumentó la proporción de esclarecimientos en todos los rubros: homicidios, robos, secuestros, juego clandestino, venta de drogas. Por ejemplo, hubo 17 secuestros extorsivos –no me refiero a secuestros express–, de los cuales en 16 casos la personas recuperaron la libertad. En la mitad de esos secuestros, ocho, las víctimas quedaron libres sin pagar el rescate. Hubo dos autosecuestros y por supuesto está el caso de Diego Peralta, que es el que todavía no se resolvió.
–Pero igual la gente percibe una situación dramática.
–Sin dudas la violencia es alta, en especial contra los policías, aunque estén de civil. Son grupos que se juegan la vida a todo o nada en cada hecho, parece que no les importara perder la vida. En eso toman ventaja respecto del ciudadano común o del policía, que por supuesto aprecian la vida más que nada. Las razones de ese cuadro, que se ve especialmente en los delincuentes jóvenes, están en la miseria, la droga, la facilidad de acceso a las armas. Estamos gestionando que se vote la ley para endurecer las penas por portación de armas no registradas. Necesitamos cambiar las penas en ese terreno.
–Se dice que por primera vez fuerzas federales van a trabajar en cuestiones de seguridad en la provincia.
–Sí, fundamentalmente Gendarmería. Prefectura va a colaborar en puestos fijos, los operativos que se están haciendo para controlar los vehículos. Pero combinando Gendarmería con la policía bonaerense vamos a saturar de patrullajes las zonas más conflictivas, las que tienen índices más altos de robos y homicidios. No queremos hacer shows ni crear sensaciones ni concretar operaciones virtuales de marketing de seguridad. Vamos a actuar en esas zonas de riesgo poniendo muchísima gente.
–Hay intendentes que piden tener más responsabilidad en cuestiones de seguridad.
–Tenemos intendentes que colaboran mucho. En algunos casos iluminando zonas, en otros aportando personal que haga tareas no policiales en las comisarías, lo que nos libera efectivos para que estén en la calle.
–Algunos piden que la policía entre a santuarios a los que no entra, como Villa Tranquila, en Avellaneda, de donde salió la banda que integraba ese adolescente Miguelito que protagonizó el asalto al supermercado.
–Nosotros actuamos como brazo de la Justicia. En esos lugares y en cualquier otro entramos con orden de un juez. No vamos a hacerallanamientos sin orden judicial. El otro día se vio cuando buscamos a Diego Peralta en Don Orione: fuimos casa por casa, con dos mil efectivos, por orden de un juez. No vamos a rodear tampoco los barrios carenciados. Eso parte de mentes prejuiciosas.
–¿Eso no es “mano blanda”? ¿Garantismo?
–Esas no son acusaciones. Tiene que haber un equilibrio. Debe garantizarse los derechos humanos, una actuación policial limpia y hay un derecho a un proceso penal. Al mismo tiempo, la sociedad tiene derecho a la protección y la seguridad. No son contradictorios estos dos aspectos y esa es mi filosofía, la del ministerio y la que ahora tiene la policía. En este aspecto y en todos los demás me siento totalmente respaldado por el gobernador Felipe Solá.
–Designó once nuevos jefes en departamentales. Se habló de purga.
–No, no. Hicimos cambios para mejorar la eficiencia. En algunos casos porque no nos conformaba el nivel de exigencia de esos jefes y queríamos actitudes más estrictas en el trabajo. En otros casos, recurrimos a rotaciones que en materia de seguridad están recomendadas.
–En esos cambios, se designaron al menos dos jefes cuestionados. El comisario Rodolfo Coronel viene de San Isidro, donde hubo un escándalo de corrupción en el Comando de Patrullas de Vicente López. También fue designado Juan Ramón Reynoso: ocho de sus hombres fueron detenidos por extorsión a un supermercado.
–En los legajos que nosotros estudiamos, esos oficiales no tenían implicancia en esos hechos. Sostengo las designaciones porque se hicieron sobre la base del profesionalismo y un estudio de los antecedentes.
–Se dice que tiene en contra una importante proporción de la fuerza.
–No, no lo veo para nada. Los veo trabajando. Por supuesto hay reclamos, necesidades, en primer lugar en materia salarial. Es cierto que debemos mejorar los ingresos de quienes están en la calle. En segundo lugar, está el problema del equipamiento. Esta semana entregamos 700 chalecos antibala. Y además está el problema de la tecnología: ya incorporamos un sistema de software para detectar las zonas y horarios de máximo riesgo. Está online todo el tiempo y nos permitirá un análisis riguroso para enfrentar la inseguridad en esas zonas y esos horarios. Hay reclamos, en el sentido de que son necesidades reales.
–El viernes, en el entierro del comisario Jorge Etcheverry, el virtual jefe de la Bonaerense, el comisario Oscar Sobrado señaló que “vamos a poner a los asesinos a disposición de la Justicia para que se pudran en la cárcel”. ¿Cómo le cayeron esas declaraciones?
–Me cayeron bien.

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