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De la Sota fue a buscar consejos del amigo Duda

Dijo que el viaje a Brasil era por cuestiones familiares. Pero sus asesores confiaron a Página/12 que fue a reunirse con el asesor brasileño para ver cómo levantar en las encuestas. Duda Mendonça trabaja, actualmente, para Lula da Silva.

 Por Martín Piqué

La versión oficial fue que “viajó por cuestiones personales, para ir al casamiento de la hija de una amiga de su esposa en San Pablo”. Pero el motivo principal del viaje fue otro. El viernes, José Manuel de la Sota voló de urgencia a Brasil para encontrarse con “el amigo brasileño”, quien no es otro que su asesor de siempre, el publicista y “estratega” del marketing político José Eduardo Cavalcanti de Mendonça, más conocido como “Duda”. De la Sota emprendió el viaje relámpago con la esperanza de levantar en las encuestas y afianzarse ante la opinión pública. Y también para revisar su discurso, uno de los puntos que más le critican sus aliados del duhaldismo: “El Gallego no emociona, no enamora. Es demasiado intelectual”. Consciente de las críticas, De la Sota apeló a su gurú marketinero, aunque tampoco le garantiza un triunfo en las internas.
De la Sota decidió la gira casi en secreto. Interrumpió la campaña electoral, y se fue a San Pablo con su esposa, Olga Riutort, y el encuestador Heriberto Muraro, que le escribe los discursos. Cuando el vuelo a Brasil se hizo público, sus colaboradores lo atribuyeron exclusivamente a compromisos familiares. Sin embargo, el viernes, uno de sus hombres de confianza reconoció a Página/12 que la agenda de De la Sota incluía un encuentro con Duda Mendonça, con quien quería analizar “algunos aspectos de la campaña brasileña”.
La relación entre De la Sota y Duda Mendonça, que comenzó en 1990 cuando el cordobés era embajador argentino en Brasil, se mantiene inalterable. Desde julio de 1999 y hasta mediados de 2001, la empresa Duda Mendonça y Asociados tuvo un contrato con la gobernación por una suma superior a los 720.000 pesos anuales, que no sufrió ajustes a pesar de que De la Sota ordenó recortes en amplios sectores de su administración. Según los delasotistas, el convenio terminó hace unos meses. Que a partir de allí sólo asesoró en comunicación institucional, y que el brasileño ahora está concentrado en el tramo final de la campaña presidencial en Brasil.
Desde entonces, el responsable de las cuestiones de imagen y marketing que tanto le gustan a De la Sota fue Guillermo Raffo, un graduado de La Plata. Mientras que la estrategia la define un grupo compuesto por el propio De la Sota, su mujer, el ministro de Obras Públicas Carlos Caserio, el senador Juan Carlos Maqueda, y los diputados Eduardo Di Cola y Carlos Alessandri. Pero la pobre performance en las encuestas ha cambiado un poco las cosas. En la mala, De la Sota acude otra vez a su “amigo brasileño”.
“Ahora no nos va a dar bola”, se lamentaba el viernes el principal operador del Gallego, en referencia a Duda Mendonça. Es que el año pasado el publicista brasileño preferido del peronismo –que supo asesorar al propio De la Sota, a Eduardo Duhalde y también a Carlos Menem en aquellos famosos y regurgitados spots que decían “Menem lo hizo” (ver aparte)– fue contratado por el PT para conducir la campaña presidencial de Luiz Inácio Lula da Silva. Y está muy atareado tratando de llevar al dirigente metalúrgico de San Pablo a la presidencia del país más poderoso de Sudamérica. Algo que promete ser muy difícil, como lo indican las últimas encuestas que muestran al rival, Ciro Gomes, triunfando en el ballottage.
De todas formas, el asesoramiento de Duda no garantiza una victoria. Ni a Lula ni a De la Sota. Para probarlo basta repasar el pasado: el brasileño coordinó la campaña de la fórmula Duhalde-Ortega, que el propio Duda calificó después como una “derrota digna”, y también asesoró a De la Sota en 1991, cuando éste compitió con Eduardo Angeloz por la gobernación de Córdoba y perdió por nueve puntos de diferencia. Pero Duda también cuenta con un par de logros importantes. Logró que Paulo Maluf, quien fuera funcionario de la dictadura militar brasileña y había perdido muchas elecciones, ganara la “prefeitura” de San Pablo con spots prolijos y coloridos y un discurso para la clase media. Y analistas brasileños le atribuyen la suba en las encuestas de Lula a fines de 2001.
Más allá de lo que suceda con el candidato del PT, el estilo de Duda ya está presente en la campaña delasotista: fotos muy cuidadas, logotipos alestilo de una marca estadounidense y un acto de lanzamiento –el día que aceptó ser precandidato del PJ– que parecía copiado de las presentaciones de los presidentes norteamericanos ante la TV, en los jardines de la Casa de Gobierno, con toda la familia a su alrededor. La influencia del “marqueteiro” (así los llaman en Brasil) también se nota en la estrategia de campaña. “El PT tiene que comenzar a atraer para sus comicios a personas que no son petistas”, dijo Duda en una de sus últimas entrevistas. De la misma forma, De la Sota y su círculo de confianza apuestan a que el voto independiente defina a su favor.
Hoy al mediodía, cuando regrese de Brasil, De la Sota traerá consigo una serie de consejos que, supuestamente, tienen la autoridad del experto. Habrá que ver si con eso alcanza para fortalecer su candidatura. Y si le permiten definir de qué lado se lo ubica en el contrapunto entre “líder natural o fabricado” que en la frase que sigue –extraída de un reportaje a la revista Istoé– planteada por el propio Duda Mendonça. “Lula es una figura emocional. Es eso lo que puedo rescatar. Lula hablando, conmueve. Sin apoyo de marketing, de televisión, de nada. Sin ninguna orientación, es un líder por naturaleza. Todos los otros son, de alguna forma, fabricados.”

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