EL PAíS › EL IRANI DETECTADO EN BELGICA NO ERA EL BUSCADO POR LA JUSTICIA

Dieron con el Mohsen Rezai equivocado

 Por Raúl Kollmann

Al final, el iraní que está en Bélgica no es el Mohsen Rezai que busca la Justicia argentina. La realidad es que si Interpol de ese país le hubiera echado una mirada, aunque fuera superficial, al sujeto, lo habría descartado desde el principio. El iraní vive asilado en Bélgica desde 1999 y ronda los 40 años. Si se tiene en cuenta que Rezai, el buscado, ya comandaba las Guardias Revolucionarias en los años ’80, un cálculo rápido concluiría que en esa época habría tenido entre 16 y 20 años, por lo que es imposible que sea el prófugo. La lógica –y la información de inteligencia– indica que los requeridos por la Justicia argentina viven en Irán y no salen del país porque imaginan que serán capturados. Es más, Rezai tiene un cargo importante en el Estado mientras que, como lo señaló ayer este diario, otros de los reclamados por el fiscal Alberto Nisman y el juez Rodolfo Canicoba Corral son importantes referentes de la oposición que se enfrentará al presidente Mahmud Ahmadinejad en las elecciones de marzo.

La noticia de que Rezai, el prófugo, estaba en Bélgica surgió de una comunicación hecha por un banco de Bruselas, el KBC Bank. El iraní recibió desde Teherán tres giros considerados sospechosos y eso puso en marcha una pesquisa. En realidad los nombres no coincidían del todo, pero la sospecha existió, al punto de que Interpol de Bélgica se comunicó con Nisman para conseguir más datos.

Ya el hecho de que el iraní detectado esté viviendo en Europa desde 1999 ponía en duda que fuera el buscado. Se trata de un individuo que pidió asilo ese mismo año y en caso de ser el ex jefe de las Guardias Revolucionarias la trascendencia habría sido mayúscula. En un artículo publicado en The Washington Post el 28 de septiembre pasado, se cita a Rezai como un hombre que sigue teniendo enorme influencia en la Guardia y que tiene posiciones moderadas. Incluso, que reivindica una reconciliación entre Estados Unidos e Irán.

En ese momento, hace seis meses, la querella representada por Memoria Activa pidió que se investigue lo señalado por The Washington Post e incluso le sugirió a Nisman que se indague si una fundación norteamericana estaba financiando a Rezai. Uno de los referentes de esa fundación, la Carnegie Endowment for International Peace, es el ex secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan. Otros de los prófugos de la Justicia argentina, el ex primer ministro Ali Rafsanjani o el ex canciller Alí Vellayati, son hoy en día referentes decisivos de la oposición moderada. Rafsanjani se impuso en las elecciones de Teherán, derrotando al candidato de Ahmadinejad. Y en marzo es el principal apoyo del candidato moderado Mohammad Khatami frente al ala dura que encabeza Ahmadinejad.

El fiscal Nisman se mostró ayer cauteloso. “En principio no se trataría de Rezai, sino de un homónimo. Sin perjuicio de ello, le estamos pidiendo al juez belga una copia de las actuaciones que está haciendo. Nuestras informaciones ubican al Rezai prófugo en Irán y, por otra parte, la edad no coincide”, sostuvo Nisman.

En realidad, los iraníes que busca la Justicia argentina podrían ser divididos en dos grupos: los que estuvieron en el país y los que nunca se acercaron a la Argentina. Entre los primeros está el ex agregado cultural Mohsen Rabbani, el ex tercer secretario de la embajada Ahmad Asgari y el ex embajador Hadi Soleimanpour. No se registran muchos antecedentes de que un país use a sus diplomáticos en una acción terrorista, porque significa dejar huellas indelebles. Pero, aun así, Nisman insiste en que –sobre todo Rabbani– está comprometido por llamadas telefónicas realizadas a la zona de la Triple Frontera y al Líbano, por la averiguación del precio de una camioneta Trafic seis meses antes del ataque y porque su celular estaba en la zona de Once en el momento de la explosión. El pedido de captura de Soleimanpour fue desechado por Interpol porque el ex embajador ya estuvo detenido en Londres y un juez británico sostuvo que las pruebas presentadas en aquel momento por el juez Juan José Galeano eran débiles. Respecto de Rezai, la acusación señala que estuvo presente en una reunión del máximo nivel del gobierno iraní en la ciudad de Pashad. En ese encuentro se habría decidido el atentado. Las fuentes de la información son referentes opositores al régimen iraní, un arrepentido y las centrales de inteligencia de Estados Unidos, Israel y la Argentina.

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El fiscal Alberto Nisman.
 
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