EL PAíS › OPINIóN

Los Grobo sonríen

 Por Alfredo Zaiat

Tarde, bastante tarde teniendo en cuenta la magnitud del conflicto que se generó, el Gobierno explicó en detalle por qué decidió establecer el mecanismo de retenciones móviles. Es probable, aunque no seguro, que el país se habría ahorrado semejante crisis si el ministro de Economía hubiera enseñado en su momento los motivos y los objetivos de una imprescindible intervención del sector público en el mercado de granos y oleaginosas. También tarde fue dispuesta esa medida que, con los precios internacionales en alza desde hace varios años y el avance de la sojización en el campo, se imponía desde bastante tiempo antes que el 11 de marzo pasado. Tarde implica reasignación de recursos, transferencia de ingresos, concentración de la riqueza y torpeza política. Rectificar ese error es mejor que prolongarlo, con todos los costos que han significado para la sociedad.

No es el caso de Eduardo Buzzi y Alfredo De Angeli, dirigentes visibles de la Federación Agraria, que reinciden en el mismo error desde el comienzo del lockout patronal: ser la voz, el rostro y el sostén del piquete verde en beneficio de los intereses de los grandes jugadores del negocio de la soja y de la cadena agroindustrial. No han mencionado nunca el papel de los pulpos exportadores multinacionales, como Cargill, Bunge y Dreyfus, que exprimen a los pequeños productores. No han reclamado públicamente la necesidad de reinstalar la Junta Nacional de Granos, que permitiría a esos productores recibir un mejor precio que el fijado por los acopiadores-exportadores. No han señalado ni una vez el papel de los grandes grupos, como Los Grobo, que por su posición dominante en el mercado y holgura financiera desplaza a los pequeños productores de sus tierras. Los Grobo poseen 17.700 hectáreas propias, pero arrendando cultiva en total más de 150 mil. Acopia un millón y medio de toneladas y comercializa 112 mil de harina. Entre las empresas del holding facturan cerca de 200 millones de dólares anuales. En su balance trimestral al 31 de enero de este año informó que su activo suma 388 millones de pesos, con un patrimonio neto de 96 millones.

Muchas cosas son raras en este conflicto, pero que la Federación Agraria sea el vocero más combativo de sus verdugos es un error que se ha repetido a lo largo de toda esta crisis. Ayer mismo volvieron a cometerlo. Si es por inocencia, que a esta altura parece inverosímil, los pequeños productores deberían evaluar si necesitan otros dirigentes. Si son conscientes de su rol funcional a los intereses de los reyes de la soja, como Los Grobo, los pequeños productores tienen un problema con sus dirigentes.

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