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El menemismo cree que en diciembre no hay comicios

 Por Diego Schurman

Para el menemismo, Parque Norte se asemejó a un patíbulo. No sólo porque el duhaldismo le extendió un certificado de defunción a la interna que pretendía realizar el 15 de diciembre –anoche los propios laderos del ex mandatario lo comenzaron a admitir por lo bajo–, sino también porque hirió de muerte su objetivo de manejar a piaccere el proceso electoral del justicialismo.
Pero el golpe a Carlos Menem aparece a primera vista imperfecto: si bien Eduardo Duhalde logró que el Congreso fijara como nueva fecha de interna el veraniego domingo 19 de enero, ahora deberá trabajar a contra reloj para llegar ese día con un candidato propio.
En la Casa Rosada están convencidos de que ya no hay tiempo para instalar a un nuevo postulante. Por lo tanto todas las alquimias se harán alrededor de José Manuel de la Sota y Néstor Kirchner, los declarados contrincantes de Menem que ayer hicieron de partenaires –el santacruceño a través de su mujer Cristina– en el Congreso partidario.
Con sonrisa Odol, De la Sota coqueteó demasiado con Chiche Duhalde, a quien se le pegaba. Las versiones fueron asimétricas. En el entorno del cordobés no dejaron de ventilar la posibilidad de transformar esa foto en una fórmula presidencial (ver aparte). Cerca de la primera dama, recordaron simplemente que ella “prefiere” no ser candidata a nada.
Sobre Kirchner hay menos novedades. Ya se habló de una eventual boleta compartida con el ministro de Justicia, el bonaerense Juan José Alvarez. Pero en las usinas duhaldistas tampoco descartan otra junto al gobernador del distrito Felipe Solá.
Más allá de la perorata de punteros, lo que más entusiasma al Gobierno es una fórmula entre De la Sota y Kirchner, sea cual fuere el orden. Por ahora, el gobernador de Santa Cruz se resiste.
Tanta indefinición debiera turbar hasta al más buda de los funcionarios oficiales. Pero, por el contrario, todos y cada uno de ellos exhibieron anoche lo que consideraron el mayor logro de la jornada: el llamado a renovación de las autoridades del Consejo Nacional Justicialista.
En buen romance, el 19 de enero además de votar a los candidatos a presidente y vice, se elegirá el nombre del nuevo conductor del PJ, cargo que hoy ostenta Menem. Es ahí donde el duhaldismo apostará su principal carta ya que el propio Duhalde –según admite entusiasmado su séquito– será quien competirá por ese cargo.
La estrategia consiste en arrastrar los votos que Duhalde consiga en la populosa provincia de Buenos Aires hacia el candidato a presidente de la Nación que éste ordene.
En las filas de Menem están más preocupados por este tópico que por la nueva fecha impuesta en el Congreso partidario. Y es probable que las negociaciones que se emprendan a partir de hoy apunten a dar de baja al conflictivo punto. Caso contrario, el menemismo no descarta motorizar la pelea en la Justicia
Nada será sencillo para el ex mandatario: no sólo está en minoría sino que para resguardarse de una virtual impugnación de las resoluciones, los duhaldistas volverán a hacer un Congreso el próximo martes con todas las de la ley. El objetivo: ratificar lo votado ayer. Se trata de un resguardo legal ya que la jueza María Romilda Servini de Cubría había dispuesto la suspensión de la cumbre, igualmente realizada.
Lo más granado del menemismo coincidía anoche en afirmar que si Duhalde se compromete a que las internas son el 19 –amén de la intrincada discusión sobre si ese día también se votarán las autoridades partidarias– Menem no tendrá ningún problema en estampar su firma de conformidad. Pero ni siquiera creen que en esa fecha se haga efectiva la puja interna.
Sospechan que se trata de una estrategia de Duhalde para patear el conflicto hacia adelante y así buscar un mejor escenario para su proyecto de continuidad, acuerdo con el Fondo Monetario Internacional mediante. En el medio todo puede pasar. Incluso un fallo judicial –haciendo lugar a una retahíla de causas que desembarcaron en las últimas semanas– que disponga la suspensión ya no de la interna del PJ sino de las generales convocadas para el 30 de marzo.
De ser así, nadie descarta una nueva postergación de la interna con excusas de tipo estacional. ¿Cómo hacer una interna en enero o febrero si mucha gente estará de vacaciones? ¿Para qué hacerlas tan rápidamente si en marzo no habrá comicios?
Así, Duhalde vería cumplir su sueño de quedarse en la Rosada hasta diciembre del 2003. Ese panorama no le resultó para nada extraño a un hombre que supo ser la sombra de Menem y que ayer hizo una evaluación positiva de lo que todos entendían como una sucesión de hechos negativos.
“Asumir el 25 de mayo es todo un riesgo porque habrá que tomar medidas duras y enseguida, en octubre, habrá que elegir legisladores. Perder esas elecciones, a cinco meses de asumir significaría un golpe irremontable y, en consecuencia, apuraría la renuncia de otro presidente más”.

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