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Coliseo

- Fuerza. El ingreso al Teatro Coliseo fue caótico. En las vallas sobre la calle Libertad los organizadores concentraron a los invitados y la prensa, generando un tapón humano que intentó entrar al teatro desde las 17. Así se podía ver a la diputada Diana Conti saliendo de la marea humana cansada de esperar, los integrantes de Carta Abierta Ricardo Forster, Damián Loretti y Jaime Sorín apretados unos contra otros y a funcionarios del Indec en la misma situación. El asunto se puso tan tenso que la gente empezó a gritar “¡Con la fuerza del pueblo!” mientras empujaba hacia adelante, “¡Fuerza Cristina!” y pechaba todavía más. Cinco minutos antes de las seis abrieron el paso y la correntada humana entró a los ponchazos.

- Chivo. Uno de los invitados más reconocidos por la gente en la sala de teatro fue el jefe de la bancada kirchnerista en Diputados, Agustín Rossi. Cuando subió al escenario y comenzó a saludar a los funcionarios y gobernadores empezó a sonar el “oleeé, oleeé, oleeé, Chivooo, Chivooo” que empezó desde un sector de la agrupación La Cámpora. De a poco la gente se fue sumando y el ex candidato a gobernador de Santa Fe terminó ovacionado de pie por casi todo el Coliseo.

- Valla. Al momento de ingresar, algunos funcionarios quedaron lejos del sector donde se encontraban los medios de prensa. Cuando entró el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, vio que no podía llegar fácilmente, así que se arremangó y, previo a una pequeña prueba de la maniobra, saltó la valla y se llevó el aplauso de unos cuantos.

- Terapia. Como siempre desde la muerte de Néstor Kirchner, la presidenta Cristina Fernández tuvo que hacer un esfuerzo para referirse a él en público sin dejarse arrastrar por sus sentimientos. Esta vez no fue la excepción, pero la mandataria acudió al humor para zafar de la situación incómoda. Luego de hablar del asunto (“Fue un tiempo difícil, pero lo apechugamos con dignidad, hidalguía y mucho orgullo”, evocó), y antes de quebrarse, se interrumpió: “Esto ya parece casi una sesión de terapia”, se disculpó, arrancando algunas carcajadas en la platea. Luego pudo retomar sin problemas su discurso.

- Lugares. En el pullman buena parte de los lugares estaban reservados para militantes de La Cámpora, lo que generó algunos cruces verbales con otros asistentes que llegaron primero pero no podían ocupar las localidades. Un señor de pelo cano llegó a gritar, indignado: “¿Para los jóvenes? ¡No están contentos con los lugares en las listas, también quieren quedarse con los lugares en el teatro!”.

- Fervor.Durante su discurso, Amado Boudou hizo un detallado repaso de los logros obtenidos por el kirchnerismo durante los ocho años de gobierno. Cuando llegó el turno de recordar la reforma que se hizo en la Corte Suprema, una mujer mayor, sensibilizada por las noticias de los últimos días, decidió expresar su apoyo a Raúl Zaffaroni. Y lo hizo a grito pelado.

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