SOCIEDAD › EN MéXICO HAY YA 149 MUERTES CONFIRMADAS Y SE DETECTARON CASOS EN ESTADOS UNIDOS, ESPAñA Y REINO UNIDO

“No hay región a la que no pueda expandirse”

La advertencia es de la OMS, que ayer decretó la fase cuatro del alerta epidemiológico, correspondiente al contagio entre personas. El brote tomó desprevenido al gobierno mexicano, que conocía el riesgo desde 2006. Un argentino entre las víctimas.

 Por Gerardo Albarrán de Alba

Desde México, D. F.

“El reloj de la pandemia está corriendo, sólo que no sabemos qué hora marca.” Así de claro y patético, la administración de Felipe Calderón asumió desde 2006 el riesgo de lo que podría ocurrir en cualquier momento en México, de acuerdo con un documento oficial. Lo que nunca previó fue la posibilidad de una mutación de gripe aviar. La gripe porcina los tomó tan desprevenidos que hasta anoche ya habían muerto 149 personas de las 1995 que ingresaron de urgencia a hospitales con cuadros de neumonía grave. Sólo en las últimas 24 horas fallecieron 46, y ni siquiera saben cuál fue el agente biológico que los mató en la mayoría de los casos. Por lo pronto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pasó a fase cuatro –de una escala del uno al seis– el alerta epidemiológica en México.

Por supuesto, tampoco existe vacuna, pese a que desde agosto de 2007 los gobiernos de México, Canadá y Estados Unidos pusieron en marcha el Plan para Norteamérica para enfrentar la gripe aviar o una pandemia de influenza. De hecho, la mutación del virus no ocurrió aquí, sino en Estados Unidos. La gripe porcina fue detectada por primera vez en Wisconsin y en Fox Dix en 1976. El brote fue controlado cuando sólo siete personas habían enfermado. Ayer, se confirmaron casos de gripe porcina en España y el Reino Unido de personas que habían viajado desde México. Mientras, en Estados Unidos se confirmaron cuarenta contagios.

Por lo pronto, la Organización Mundial de la Salud pasó a fase cuatro el alerta epidemiológica en México. Para medir el riesgo de que una epidemia se convierta en pandemia, este organismo ha establecido seis fases de riesgo. La fase cuatro se caracteriza por la transmisión verificada del virus de humano a humano y la capacidad de provocar brotes en comunidades.

El pronóstico no es bueno: la directora general de la OMS declaró ayer que “la contención del brote no es viable; en estos momentos, la atención se debería centrar en las medidas de mitigación”. “No hay región del mundo a la que el virus no pueda expandirse”, vaticinó.

En sintonía, el secretario de Salud, José Angel Córdova, aseguró que estamos en el momento más álgido de la epidemia y el número de casos seguirá aumentando. Por lo pronto, el gobierno decidió cancelar las clases en todo el país, a todos los niveles educativos, lo que dejará en sus casas a 33 millones de niños y jóvenes.

El gobierno de la Ciudad de México declaró el alerta máxima, que podría contemplar ceses laborales a lo largo de la semana, para lo cual ya se negocia con las principales empresas y cámaras de comercio. De por sí, México es uno de los países más afectados por la crisis financiera global; ahora esto podría acabar de hundir la ya seriamente debilitada economía nacional, que a estas alturas ya se ha contagiado.

La Bolsa Mexicana de Valores se desplomó ayer 3,34 por ciento. Los negocios en el DF pierden el equivalente a unos 54 millones de dólares diarios, pues las actividades disminuyeron en 60 por ciento tan sólo el fin de semana pasado. Los restaurantes, cines, teatros y operadores de aeropuertos son las actividades más afectadas.

Sin acceso a indicadores macroeconómicos, los comerciantes callejeros del centro de la ciudad acusan ya los efectos: “A nosotros nos está matando la crisis, no la gripe”, pareciera el consenso ante la dramática disminución de la actividad pública.

El turismo ya es víctima. Algunos operadores registran cancelaciones masivas. Si no les urge ir, mejor no vayan, han dicho los gobiernos de Estados Unidos, Alemania, Italia, España, Polonia, Rusia. “¿Pero quién quiere venir a México ahora mismo?”, dice una agente de viajes, que lo más que ha vendido en los últimos días son boletos para salir del país, pero no de turistas mexicanos, sino de gente que desde el extranjero quiere sacar a los familiares que tiene aquí.

Estados Unidos ha endurecido las precauciones en los más de 3 mil kilómetros de frontera con México. La secretaria de Seguridad Interior, Janet Reno, anunció ayer que echarán mano de sus reservas de antibióticos y antivirales, que empezaron a ser enviados a los principales cruces entre ambos países, donde ya restringen y controlan la entrada por tierra: hasta cinco horas para cruzar a pie y hasta siete para cruzar en auto en algunos puntos, como Ciudad Juárez y El Paso.

Y como eso, pareciera que ya nada está a salvo de la urgencia. Las campañas políticas para renovar la Cámara de Diputados y el Senado de la República tendrán que esperar. Oficialmente, el calendario electoral marca la próxima semana para el inicio del proselitismo en todo el país, previo a los comicios del próximo 6 de julio, pero ahora han quedado suspendidas hasta nuevo aviso.

Para este 1º de Mayo, el Congreso del Trabajo –que concentra a los principales sindicatos del país– anunció que los obreros no marcharán como cada año para conmemorar el Día del Trabajo.

Los deportes profesionales, que cada semana reúnen a no menos de dos millones de personas en los estadios, han sido alterados. Concacaf anunció que se posponen las semifinales y finales de las eliminatorias al mundial sub-17 de Nigeria, que se juegan en Tijuana, Baja California, donde también se ha cancelado la Olimpíada Nacional que estaba por arrancar. Tampoco habrá partido de vuelta en la final del torneo Concachampions, con miras al mundial de clubes. Tentativamente Cruz Azul y Atlante jugarán ahora el 12 de mayo en Cancún, y buena parte de los partidos de la próxima fecha del campeonato mexicano serán a puerta cerrada, como ya ocurrió en tres juegos el pasado fin de semana.

Y lo que nos faltaba: mientras el secretario de Salud daba el primer corte informativo de la mañana, un terremoto de 5,7 grados en la escala de Richter sacudió a la costa del estado de Guerrero, en el Pacífico y causó dos muertes. En la capital, el sismo provocó alarma y daños en media docena de edificios, pero no se registraron víctimas.

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Las pocas personas que circulan por la calle lo hacen con barbijos.
 
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