SOCIEDAD › GARCIA BELSUNCE PELEO ANTES DE MORIR Y LIMPIARON LOS RASTROS

Un escenario sigilosamente montado

Aunque siguen con la hipótesis de un crimen pasional, los investigadores también estudian como móvil una venganza contra el marido. La mujer no murió en el baño y alguien borró rastros.

Por Horacio Cecchi y Raúl Kollmann

Una sospecha y una serie de evidencias mueven por el momento los hilos de la investigación sobre el oscuro homicidio de María García Belsunce, fallecida el 27 de octubre pasado de muerte accidental –según la primera versión familiar–, de muerte natural –según el acta de defunción– y de cinco balazos en la cabeza –según la autopsia realizada 45 días más tarde–. Aunque la hipótesis más fuerte sigue la línea del crimen pasional, empezó a surgir la sospecha de una venganza no necesariamente dirigida contra la víctima: los investigadores analizan los negocios financieros de su marido, Carlos Carrascosa, a quien algunos vinculan de algún modo con los ex banqueros José y Carlos Rohm. La búsqueda sigue con lupa posibles negocios del financista con otros habitantes del mismo Carmel Country Club. Hay evidencias concretas de que la mujer ofreció resistencia, de que no fue asesinada en el baño y de que el escenario fue preparado. “Todo esto lo sabía la familia el mismo día de la muerte. Es imposible que no se hayan dado cuenta. A lo mejor trataron de evitar un escándalo”, sugirió un investigador a Página/12.
El 28 de octubre pasado, al día siguiente de la muerte de María García Belsunce y mientras se realizaba su sepelio en la bóveda familiar del Cementerio de la Recoleta, la casa del matrimonio en el Carmel Country Club se había llenado de especialistas en levantamiento de rastros. A esa altura, aunque la familia sostenía la versión del resbalón en el baño, ya existían serias sospechas de que la mujer había muerto en otras circunstancias. Esas sospechas estaban relacionadas directamente con el escenario con el que se encontraron los levantadores de rastros.
“El escenario del crimen fue preparado –reveló un experto a este diario y pasó a detallar sus impresiones–. En el primer piso de la casa solamente hay un baño y un dormitorio. La mujer fue encontrada vestida con un jogging, colgada del borde de la bañera, sólo con la cabeza en el agua. Había sangre en el baño, pero también había manchas en la puerta del dormitorio y en la escalera que lleva a la planta baja”.
Esas manchas pesan en la reconstrucción del crimen: las del dormitorio llevan a pensar a los investigadores que la mujer no fue asesinada en el baño. Y están convencidos de que ofreció resistencia: “Tenía golpes en el rostro y moretones en los brazos, todos demasiado notorios como para pasar desapercibidos y como para suponer que se trató de un accidente”, continuó el experto. Las manchas en la escalera tienen otra lectura: puede haberlas dejado el marido, Carlos Carrascosa, cuando corrió a buscar ayuda, pueden haberlas provocado cuando decidieron limpiar el lugar, o “puede haberlas dejado el responsable del crimen en su huida”. En ese sentido, el borrado de las huellas queda sumergido en un mar de dudas: aún no está determinado si fueron limpiadas ingenuamente y con posterioridad, si se realizó para borrar pruebas o uno o varios miembros del entorno familiar decidieron eludir el escándalo.
La hipótesis del robo está prácticamente descartada, pero no porque no faltaran objetos en la casa, sino porque no existe ninguna evidencia de cerraduras forzadas y porque la saña del crimen no coincide con los patrones de robo. “Si se mantiene esa línea es porque todavía no sabemos si alguna ventana estaba abierta –agregó el experto–. Las medidas de seguridad de los countries son perimetrales, pero dentro la gente vive con las ventanas abiertas y no pudimos descartarlo porque llegamos al día siguiente y no sabemos cómo estaban las ventanas en ese momento. Lo que mantenemos con más firmeza es que ella le abrió la puerta a algún conocido porque abajo no revolvieron nada”.
Respecto de los médicos de Paramedic y Emernor, las dos empresas que enviaron ambulancias al lugar, se aclaró el motivo por el que no firmaron actas de defunción: “Las empresas les prohíben que los firmen”, aseguró la misma fuente. Esto no libera a los médicos de responsabilidad, porque de todos modos tenían la obligación de realizar la denuncia. Los peritosconsultados por este diario confirmaron que es imposible que un médico no reconozca semejante muerte. “No tiene nada que ver un golpe con un grifo que cinco disparos en la cabeza, masa encefálica desparramada y alrededor de medio litro de sangre que perdió la víctima”, confió el experto. Respecto al médico de la cochería Sierra que firmó el acta de defunción por muerte natural, el investigador sostuvo que “es habitual que las empresas fúnebres paguen a un médico que firma sin mirar”.
La línea que sostiene el crimen pasional sigue siendo la más fuerte para investigar el caso. “Diría que ocupa el 60 por ciento de las posibilidades”, confió el veterano pesquisa. Cuáles son los argumentos que la sostienen: la violencia del crimen, la furia, que indican desequilibrio emocional. Vaciar el cargado sobre la víctima es un patrón conocido entre los peritos como saña pasional, como ocurrió en el caso de Adriana Facello de Portas, a quien un hombre, supuestamente su amante, le vació el cargador de 9 balas en el Lawn Tennis Club, 24 días antes de la muerte de García Belsunce. Pero hay un segundo dato que impide confirmar esa línea: todos los disparos impactaron en el mismo lugar, sobre la nuca. “Demasiada precisión indicaría que no hubo desorden emocional”, prosiguió la misma fuente. Además, los testimonios de las amigas íntimas de la víctima niegan la existencia de algún amorío ni sospechan sobre la figura del marido.
En cambio, empieza a tomar consistencia la idea de una venganza. Descartan la muerte por encargo porque el calibre 32 está en desuso, los profesionales lo desechan y además con un solo disparo cierran el asunto. Pero sí creen que el vengador fue quien participó directamente en el crimen. “Una venganza no necesariamente dirigida contra ella”, reveló la fuente. Los investigadores creen como muy probable que la venganza estuviera dirigida por elevación contra Carlos Carrascosa, ex agente de Bolsa y financista. Algunas versiones, en Pilar, señalaban que Carrascosa había mantenido algún tipo de negocios con los hermanos Carlos y José Rohm, banqueros procesados por irregularidades en el Banco General de Negocios. Carlos está detenido y José prófugo.
Los investigadores analizan con lupa negocios financieros que pudiera haber mantenido Carrascosa con habitantes del mismo country. Entretanto, la muerte real de María sigue en las tinieblas, mientras las versiones familiares reconocen ahora que había algunas lesiones en el cuerpo, aunque sólo después de que esos datos fueron publicados por la prensa. Todo indica que, por el momento, María Marta García Belsunce seguirá sufriendo su doble muerte.

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María Marta García Belsunce (en el centro) con dos integrantes de las Damas de Pilar.
 
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