El presidente Mauricio Macri aprovechó el acto de inauguración de la muestra rural ExpoAgro 2018 para anunciar la eliminación del registro de operaciones de exportación y anular distintas mecanismos de regulación y control que, en opinión de los especialistas y dirigentes de pequeños productores, favorecerá en particular a los grandes comercializadores, ya que les facilitará la evasión fiscal. “Vamos a anular el Registro Fiscal de Operaciones de Granos; el Registro Fiscal de Tierras Rurales Explotadas también lo vamos a anular; otro que se llama, creo, Renspa, también, y el Registro de semillas (RUS) lo anulamos también. De siete declaraciones juradas que tienen que hacer, van a tener una sola por año, y vamos a seguir anulando todos los trámites que podamos”, proclamó el Presidente de la Nación frente al aplauso entusiasta de un pequeño núcleo de representantes del sector que compartían la tarde soleada de San Nicolás. 

El tono del discurso de Macri marcó una clara diferenciación con el trato que les dio a los dirigentes industriales el Ejecutivo en las últimas dos semanas. Frente a las acusaciones de “llorar” en vez de invertir y apostar por una agenda positiva, que lanzó contra la UIA el ministro de producción, Francisco Cabrera –avalado luego por el Presidente y su jefe de gabinete, Marcos Peña–, ayer Macri trató entre algodones a los productores, y no sólo a los que fueron víctima de la sequía. “Esta gran familia del campo se ha transformado en el gran motor que tiene la República Argentina, los felicito, señores, los felicito”, saludó al iniciar sus palabras. “Apostamos al campo sacando mayoritariamente las retenciones porque es un impuesto absurdo, y la verdad que ustedes respondieron, hicieron lo que ustedes saben hacer: todo lo que ganan lo vuelven a reinvertir, para crecer más, para hacer más; ese es el campo argentino”. El mensaje sonó a tiro por elevación al que le lanzó el gobierno a los industriales, que ante las quejas por las importaciones, le respondió que no hicieron las inversiones para mejorar su competitividad. 

En esa misma tónica, Macri destacó las cosechas de granos de las últimas dos temporadas –136 y 137 millones de toneladas–, “las dos más importantes de nuestra historia”, y que la actual arrancó con serias dificultades, “con inundaciones, incendios, heladas, y ahora estamos recorriendo tal vez la sequía más dura en los últimos cuarenta años”. Ante este panorama, prometió diversas medidas, que tendrán un efecto muy dispar de acuerdo al tamaño y características de las explotaciones agropecuarias. “Quiero decirles que el Banco Central está sacando una resolución por la cual prorroga automáticamente todos los vencimientos de los créditos, sin que caigan en mora aquellos que ya tienen crédito y, de esa manera, posibilitarles que adquieran nuevos créditos para cruzar este momento”, prometió, para luego arrancar con los anuncios de la serie de desregulaciones y eliminación de diversas instituciones de control del comercio. 

“Es un anuncio para los megaproductores, destinado esencialmente a facilitar la elusión o evasión fiscal de grandes contribuyentes agrarios”, sostuvieron ayer algunos círculos agrarios. Los pequeños productores, en cambio, recibirían poco o nada de la supuesta desburocratización. Estas medidas no facilitan la actividad agropecuaria, simplificando controles que, por otra parte, son lógicos y elementales. El gobierno prescinde de ellos, lo cual es diferente, ya que renuncia a una función esencial de control del Estado. La medida discrimina según el tamaño de la explotación. “En un sector como el comercio de granos, donde predominan las grandes cerealeras multinacionales, dueñas además de los principales centros de acopios (concentrador de la compra de granos en el campo) y de los puertos exportadores, los auténticos beneficiarios de la falta de controles serán ellos, porque no van a pagar nada: así, se sigue desfinanciando el Estado en beneficio de los más poderosos”, sostuvo la Agrupación Grito de Alcorta, organización de base de Federación Agraria. 

“La medida está orientada a unos cinco mil megaproductores que concentran el 70 por ciento de la producción para que, cualquiera sea su forma jurídica, puedan eludir el fisco con más comodidad” sostiene la citada agrupación, “y  que los 22 puertos privados, 30 muelles para buques, 6 muelles para barcazas y 9 amarraderos para barcazas, todos a la vera del Paraná, de Timbúes a Villa Constitución, puedan recibir el poroto verde lo más negro posible”, agregó, a su vez, Pedro Peretti, uno de sus principales dirigentes. “Estamos convirtiendo a la Argentina en un país solamente comparable, por su falta de regulaciones y controles, a Nigeria. Los Estados Unidos, Europa, Canadá, Australia, cualquier país serio tiene hoy muchísimos, pero muchísimos más controles que la Argentina”, agregó.