Empezó a usarse en el país un sistema por el cual se puede controlar a través de wifi la salud de pacientes con enfermedades cardíacas que tienen instalado un marcapasos o un desfibrilador. El control se puede ejercer tanto sobre la salud del paciente cuanto del funcionamiento del aparato. 

Los pacientes cardiológicos, especialmente aquellos que poseen un marcapasos o un desfibrilador implantado, deben ir al consultorio del médico cada tres o cuatro meses para monitorear el funcionamiento del dispositivo implantado y de su corazón. Este avance tecnológico permite realizar el control de manera remota mediante la telemedicina. Con los dispositivos de monitoreo remoto, los controles presenciales pueden hacerse una vez por año, lo cual redunda en una mejor calidad de vida para el paciente y en una mayor adherencia a los tratamientos y controles.

Se trata de un dispositivo que se ubica en la casa del paciente que tiene el marcapasos o el desfibrilador y que emite a través de wifi o red de datos una transmisión que le llega directamente al médico. Con usuario y contraseña, el médico puede acceder a un sistema en el que se sincroniza toda la información del dispositivo implantado del paciente.

Según el cardiólogo electrofisiólogo Sergio Dubner, los beneficios son múltiples: “Si los controles se hacen habitualmente cada tres o cuatro meses, entre un control y el otro pasa un tiempo relativamente largo. Si ocurre algún tipo de evento importante (un episodio de arritmia, por ejemplo, o algún problema en el funcionamiento del aparato implantado) van a pasar tres o cuatro meses hasta que nos enteremos. Ahora podemos enterarnos de estas situaciones inmediatamente. Entendámonos, no estamos hablando de un sistema de emergencias, pero sí de uno que permite reducir drásticamente los tiempos de respuesta terapéutica”.

–¿Cómo funciona?

–Se usa un transmisor, que se pone en la misma habitación que el paciente (no hace falta que lo tenga encima). Ese transmisor emite una señal que por wifi le llega al médico. Se programa el sistema para que las señales se reciban como correo electrónico o mensaje en el celular. Se usa un código de colores: verde, todo anda bien; amarillo, hay algún problema (alguna interferencia en el dispositivo, por ejemplo), y rojo, un problema serio.

–¿Qué tipo de problema?

–Los pacientes cardiológicos suelen tener problemas de retención de líquidos. Uno de los problemas más serios es la acumulación de líquido en los pulmones. Con el monitoreo constante, el médico recibe una señal y puede entonces comunicarse con el paciente e indicarle un cambio en la medicación mucho antes de que haya síntomas perceptibles, por ejemplo.

–Se recibe el alerta rápidamente y el problema puede tratarse apenas se manifiesta.

–Sí. Se puede indicar un cambio en la medicación, o indicar una visita urgente al cardiólogo, antes de que el paciente sienta que algo está mal. Entonces, esta acumulación de líquidos puede tratarse en forma ambulatoria, sin llegar a la internación. Y es obvio que es importantísimo para estos pacientes reducir las internaciones. Sin esta posibilidad del control remoto, muchas veces descubrimos los problemas sólo por las huellas que dejaron. No nos enteramos a tiempo para poder actuar. 

Una de las mayores ventajas de estos dispositivos es su uso en pediatría. “Los chicos también pueden usarlos, en las mismas condiciones que los adultos. El nene lleva el transmisor a la escuela, lo pone en su banco y desarrolla una actividad normal. No hace falta que lo lleve encima”, explicó Dubner. 

El paciente puede activar él mismo las alarmas, en caso de que sienta una palpitación o un evento anormal. De esta manera, puede despejar cualquier inquietud sin tener que recurrir a un centro de salud. Al funcionar con wifi, cuando el paciente está a tres metros de la base el dispositivo comienza a emitir los parámetros del funcionamiento del corazón. “Es un avance de la tecnología, es hacia donde se dirige el conocimiento. En todos lados intentan implementar este tipo de cosas justamente para reducir el tiempo entre un evento y su diagnóstico y mejorar la calidad de vida de los pacientes –sostuvo el doctor Dubner–. Cada día se implantan más dispositivos, cada día hay más pacientes para controlar y qué mejor que utilizar internet para poder hacerlo de manera remota y detectar cualquier alteración.”

En Latinoamérica actualmente se implantan más de 150.000 dispositivos al año y se calcula que hay más de 1,9 millón de pacientes cardíacos con este tipo de implantes. Esto supone un millón de hospitalizaciones anuales y más de 3,8 millones de visitas al médico por control. Con estos dispositivos, los pacientes cardíacos implantados pueden mejorar su tasa de supervivencia en más de un 50 por ciento, reduciendo en un 35 por ciento las visitas potenciales a urgencias.

Este dispositivo, además de conectarse por la red wifi tiene un chip de celular que posibilita que el monitoreo remoto pueda realizarse desde cualquier parte del mundo. El informe de incidentes puede pedirse en cualquier momento, ya que se conecta con un dispositivo móvil o a una casilla de correo electrónico, a donde llegarán los datos del informe. De esta manera, el chequeo en forma personal se realiza la primera vez a los seis meses y luego cada un año, reduciendo de manera realmente significativa la cantidad de consultas presenciales.

–¿Todos los pacientes que tengan instalado un marcapasos o un desfibrilador pueden acceder al monitoreo remoto?

–No, no todos. Algunos dispositivos son muy antiguos, de diez o quince años. Esos no tienen lo necesario para emitir la señal que pueda captar el transmisor. Pero los más modernos sí.