El trabajo del CEOP, exclusivo para PáginaI12, empezó a sondear el panorama electoral, pese a que no se conocen todavía los candidatos de 2019. El único que ya se anotó en la carrera presidencial fue el propio Mauricio Macri. Pero el ejercicio de preguntar sobre alternativas electorales trata de plantear un mapa inicial. 

Roberto Bacman explica que “en primer lugar buscamos la dimensión descriptiva, que se refiere a la propia pregunta en sí misma. De los resultados duros, es posible obtener las primeras conclusiones. El oficialismo logra un 36,5 por ciento de intención de voto. La mayor parte de estos entrevistados seguramente pensaron en Macri cuando contestaron la pregunta. El valor en sí mismo es más que lógico: con popularidad y gestión del presidente en el eje del 41/42 por ciento, el voto concreto redondea 36 por ciento. Y desde esa perspectiva no es un mal resultado para el oficialismo. Lo mantiene en carrera y aunque no le promete un lecho de rosas, le permite suponer que la reelección es posible .En el valor que redondea la intención de voto, cohabitan un 12,5 por ciento que representan el núcleo duro del oficialismo, un 15,4 por ciento de macristas periféricos y hasta un 8,1 por ciento de independientes con tendencia hacia el macrismo. Su desafío de crecimiento será convencer a los independientes que aún no han tomado partido. Y por lo que se está viendo por estos días, la estrategia será la construcción de una renovada mística con respecto al cambio, a la ruptura con el populismo kirchnerista y al éxito de la economía, que incluye reducción de inflación y la pobreza. En esa dirección se explica el anuncio de días pasados con respecto al descenso de la pobreza, expresada en un índice que genera un bajo nivel de credibilidad”.

Cuando se le pide a la gente opinión sobre la gestión de Mauricio Macri, la mayoría opina mal o muy mal. Y eso se expresa en que los que dicen que votarían a candidatos opositores superan en 9,5 puntos a los que votarían al oficialismo. Claro que no hay en la mente de los que opinan un único candidato opositor sino varios. O sea que hoy la dispersión opositora es una de las mayores ventajas del oficialismo. “De este cuadro de situación –dice Bacman– se desprenden desafíos y oportunidades para la oposición. El principal desafío es la búsqueda de la unidad y la construcción de un frente opositor. Esta es una idea que seduce al electorado opositor en su conjunto y a un importante sector de los independientes.   El hecho de que la mayor parte de sus potenciales votantes de hoy sean ideológicamente opositores y que la participación de los independientes sea prácticamente residual, potencia notablemente este desafío”.

La otra dimensión a analizar es de dónde viene el voto. El oficialismo y la oposición retienen aproximadamente siete de cada diez votos obtenidos por Macri y Scioli en 2015. Y entonces los independientes serán nuevamente el fiel de la balanza. Como se sabe, este segmento en 2015 votó mayoritariamente por Sergio Massa en la primera vuelta. En el ballotage, se volcaron más a Cambiemos. En la actualidad, cuatro de cada diez de los que votaron a Massa en 2015 optan por candidatos opositores y una proporción similar permanece indeciso.

“¿Existen decepcionados con la gestión de Cambiemos?”, se pregunta Bacman. “Obvio que los hay. Más precisamente representan alrededor del 15 por ciento de los que votaron a Macri en la primera vuelta. Sin embargo, con las voluntades que Cambiemos está consiguiendo hoy de electores que optaron por Scioli o por Massa, les permite compensar la pérdida. Pero igualmente, es un llamado de atención”.

La conclusión es que Cambiemos y Macri serán un hueso duro de roer. Tienen deserciones pero menos que las que se cree. De acá a 2019, según la mirada de Bacman, lo decisivo serán los niveles de unidad de la oposición y la evolución de la economía. 

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