La disputa por la reorganización y la nueva conducción de la CGT no descansa. Distintas corrientes sindicales celebraron ayer una cumbre en busca de alternativas que unifiquen posturas y una suma de gremios que le permitan encumbrar a un hombre propio al frente de CGT. Con ese objetivo se reunieron en la sede porteña del Sindicato de Petroleros representantes de los “gordos”, “independientes”, de la Federación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), un sector de las 62 Organizaciones y del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA). Pero la convocatoria no tuvo la respuesta esperada y tampoco hubo definiciones, en medio de reclamos contra el Gobierno nacional y pedidos de “autocrítica” a los gremios cegetistas. A siete cuadras de ahí, el gastronómico Luis Barrionuevo realizaba su propio cónclave con los gremios disidentes de las 62 Organizaciones Peronistas en busca de arrebatarle el sello al sector “amarillo” (vinculado a Cambiemos) que encabeza la Uatre. 

La reunión en la sede de los petroleros, que encabeza el senador Guillermo Pereyra, para intentar unificar posturas en la búsqueda de un candidato común para conducir la CGT había despertado ciertas expectativas. Hasta allí llegaron ayer para el almuerzo y el debate el actual triunviro cegetista Héctor Daer (Sanidad), su hermano Rodolfo Daer (Alimentación) y Carlos Sueiro (Aduana) en representación de “Los Gordos”; los “independientes” Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias); Omar Viviani (Taxistas) y Sergio Sasia (Ferroviarios) hicieron lo propio por el MASA. En tanto que Ramón Ayala (Uatre) encabezó la comitiva de las 62 Organizaciones mientras que la delegación de la CATT no fue numerosa ni contó con la presencia de su titular y también triunviro cegetista Juan Carlos Schmid.  

La primera decepción fue cuando los comensales se sentaron a la mesa. De los 60 gremios convocados –la mayoría de los cuales habían comprometido su presencia– solo estaba la mitad. El debate se dio igual, aunque el temario tuvo otros condimentos. Abundaron las críticas al Gobierno, exposiciones sobre la precarización de los trabajadores que siguieron con pedidos de “autocríticas” por la turbulenta situación de la central sindical. Además, reclamaron el compromiso de no silenciar las críticas en el congreso cegetista que defina la nueva conducción y abrir las puertas a una convocatoria más amplia de sectores internos. Las ausencias tuvieron su peso: no solo la de los camioneros Hugo y Pablo Moyano, tampoco la Corriente Federal que encabezan los bancarios ni poderosos gremios industriales como la UOM y Smata. 

El dirigente del gremio de la AFIP y vocal de las 62 Organizaciones, Julio Estévez, ratificó que en el próximo encuentro de consejo directivo cegetista del 3 de mayo se determinarán “las fechas de realización del Comité Central Confederal (CCC) y del Congreso, que de forma definitiva reorganizará y fortalecerá a la CGT”. Estévez fue uno los más eufóricos y calificó como “histórico” el cónclave de ayer en la sede los petroleros de Avenida La Plata al 1700 al tiempo que aseguró que “el triunvirato de la CGT que ostenta el sello emblema de todos los trabajadores se despedaza”.

Tal vez, porque a pocas cuadras de allí, en avenida La Plata 754, Barrionuevo reunía en la sede de los textiles al anfitrión Hugo Benítez (AOT), Alfredo Palacio (Urgara,) y Horacio Valdez (Vidrio), Marcelo Pariente (Motoqueros), Marcelo Peretta (fermacéuticos) y Omar Rojas (maestranza). Todos disidentes de la conducción “amarilla” que encabeza Uatre en las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas. Un sello que el gastronómico quiere sumar a su condición de interventor judicial del PJ.