El Barcelona de Lionel Messi se coronó por cuarta vez consecutiva como campeón de la Copa del Rey al golear por 5-0 al Sevilla. Es la trigésima vez que el club catalán se alzó por trigésima vez en su historia con ese galardón extra que da el fútbol español y le sirve para levantar el ánimo tras su eliminación de la Champions League.

El primer tanto del partido que se jugó en el estadio Wanda Metropolitano lo marcó el uruguayo Luis Suárez, el segundo lo hizo Messi y el tercero fue nuevamente para el delantero de la selección “celeste”. Andrés Iniesta ratificó la goleada con el cuarto y el brasileño Philippe Coutinho puso el sello final.

El azulgrana capitaneado por un espectacular Iniesta recuperó la excelencia y arrasó a un Sevilla irreconocible. Fue la mejor versión del conjunto de Ernesto Valverde, muy distinta a la que le costó la eliminación de la Champions en Roma y no tuvo rival, porque los hombres de Vincenzo Montella plantearon muy poca oposición, todo lo contrario que ocurrió hace dos años cuando debieron definir el título en tiempo complementario.

Es el primer título de el Barça obtiene en el año. El segundo podría La Liga. La buena señal es que la actuación de hoy volvió a ser una lección de fútbol. La concentración con la que salió a la cancha, el esfuerzo por la presión y la recuperación rápida de la pelota anunció que su rival andaluz quedaría desbordado.

El festival azulgrana encontró el premio de los goles de Leo Messi -tras recibir de tacón de Jordi Alba- y de nuevo de Luis Suárez, que se desquitó de la mala fortuna que había tenido en sus anteriores finales coperas. La sentencia había llegado antes de que comenzara el segundo tiempo.

No es la primera vez que el Sevilla sufre goleadas esta temporada. Volvió a mostrar su peor cara y lo pagó ante un Barcelona inspirado, concentrado y ansioso por recuperar el crédito y la ilusión perdidos en Roma.

Aunque Montella buscó en el descanso la solución, estaba claro que ya la historia sería saber hasta cuánto quería llegar el Barcelona, que pese a bajar la velocidad encontró todas las facilidades del mundo. Iniesta anotó el cuarto y se llevó el premio que mereció por el partido que jugó. Recibió una ovación de parte de las dos hinchadas y alzó su trigésimo primer título en el Barcelona, tantos como Messi.