Una familia tipo compuesta por dos miembros adultos y dos menores necesitó en marzo 17.867,28 pesos para no ser pobre o 7090,19 para no caer en la indigencia, informó ayer el Indec. Los requerimientos mínimos para los hogares se encarecieron contra febrero 1,5 por ciento para la Canasta Básica Alimentaria y 1,9 por ciento si incorporan los servicios (Canasta Básica Total). Los aumentos para estas canastas se ubicaron por debajo de la inflación minorista para ese mes, que había sido de 2,3 por ciento, pero en el acumulado del trimestre la suba de la CBT, del 7,1 por ciento, fue superior a la del IPC, con 6,7 puntos. En tanto, la CBA quedó también en 6,7 por ciento entre enero y marzo. Estas cifras le ponen presión a los datos de pobreza, ya que el encarecimiento de los productos básicos va por arriba del nivel general de precios.

Los principales factores que explicaron el salto inflacionario de marzo fueron las categorías de servicios, como la educación y el rubro mantenimiento del hogar. Alimentos y bebidas, por impacto de la escalada del dólar, e indumentaria, por el cambio de temporada, también tuvieron ajustes mayores al promedio. En este mes había impactado parte del tarifazo de luz y transporte, pero no ingresó el efecto de la suba en el servicio de gas. En el primer trimestre, la inflación ya sumó 6,7 por ciento, cuando la meta oficial recalculada para todo este año es de 15 por ciento promedio.

La canasta alimentaria toma los requerimientos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que un varón adulto, entre 30 y 60 años, de actividad moderada, cubra durante un mes esas necesidades.

El mes próximo se espera el impacto de los aumentos en varios servicios regulados, lo que elevará también el valor de las canastas. “Si la inflación de abril es de 2,1 por ciento, como estimamos desde nuestro instituto, por las subas en transporte público, gas, prepagas y nafta; en estos cuatro meses se alcanzará la proyección inicial del gobierno de 10 por ciento que luego modificó a 15 por ciento, una meta que también queda desfasada”, dijo Nicolás Trotta, rector de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET).