Norma Birri de Vermeulen, una de las Madres de Plaza 25 de Mayo, en Rosario, murió el sábado a la noche, y su partida consternó a todo el colectivo que milita la defensa de los derechos humanos, como ella lo hizo desde que su hijo Osvaldo fue secuestrado a los 23 años, durante la última dictadura cívico militar.

Norma tenía 87 años y su salud se deterioraba cada vez más con el avance de los días. Pero eso no fue óbice para que faltara a ninguna causa que evocara la gesta de compromiso social de su hijo y de los compañeros de su generaición. Sus restos son velados en Casa Bassi, de Salta al 3000, y sus deudos han solicitado que no se envíen ofrendas florales y que, en cambio, ese dinero se destine a colaboraciones con la Biblioteca Juan Azurduy. Este luens a primera hora sus restos serán inhumados en el Cementerio de Ibarlucea.

Norma batalló por averiguar la suerte de su hijo. En 1977 conoció a Nelma Jalil, quien le dio informaciones acerca del secuestro de su hijo, y le avisó que otras madres en situació similar se estaban reuniendo en la casa de una compañera, Lucrecia Martínez con otros activistas como Fidel Toniolli o Angel Alba. Desde 1988 formaba parte de la organización Madres de la Plaza 25 de Mayo Rosario.