Con un cable doble alrededor de su cuello, y con una treintena de puñaladas aplicadas a traición sobre su cuello y pecho, fue asesinado Ariel "Tubi" Segovia dentro del penal de Coronda. Para el fiscal de Homicidios Raúl Marcelo Nessier los autores del delito de homicidio doloso triplemente calificado por ensañamiento y alevosía fueron Kevin Javier Duarte, Juan Manuel Almada, Pablo Nicolás Camino -sobrino de Pimpi- y Horacio Enrique Benaventos. Entre los cuatro lo apuñalaron el 24 de abril pasado en una celda del pabellón VIII con un cuchillo Tramontina de 13 centímetros y dos chuzas. Curiosamente, los cuatro fueron firmantes de puño y letra de un documento donde se aseguraba que Segovia sería bien recibido en ese pabellón de detención. Lo que nadie cuenta hasta el momento es qué pasó entre aquella buena recepción y el día del asesinato. Ni siquiera los abogados consultados por este diario que alguna vez defendieron al grupo, pero lo que es indudable es que algo se quebró entre los Camino y los Segovia, alineados hasta hace poco en la guerra contra los Funes y los Ungaro.

El fiscal Nessier explicó ayer que "están los videos de la cámara de seguridad de la planta baja donde en una diferencia de 35 segundos ingresan los cuatro imputados a la celda de Segovia. Obviamente que no tenemos filmaciones dentro de la celda sino del pabellón. Se ven sombras, ingresan dos a cara descubierta y dos encapuchados", reveló el acusador sobre los últimos momentos en la vida de Segovia, quien tres semanas antes había pedido el traslado a ese pabellón de la prisión de Coronda, dominado por personas vinculadas con la barrabrava de Newell's, Alexis Caminos -hijo del fallecido líder leproso Pimpi Camino- y su primo Pablo, uno de los criminales.

Nessier reparó en el registro fílmico: "Se ven muchos internos que están viendo lo que sucede, no dentro de la celda porque cuando ingresa el último de los imputados la puerta se cierra; pero hay movimientos previos: subidas, bajadas, internos que están afuera, abajo, mirando y que luego desistieron de brindar declaración testimonial. Obviamente, no quieren meterse", analizó.

Segovia murió de "al menos 36 heridas cortantes y punzocortantes, en distintas partes del cuerpo, pero la mayoría de ellas, el 80 por ciento en el paquete vasculonervioso de la tetilla para arriba, incluida la cara y el cuello".

Con 29 años, había sido detenido en octubre de 2016 cuando ingresó baleado al Heca. Tras su recuperación quedó alojado en la Unidad Penal 11 de Piñero y en febrero fue trasladado a Coronda. Cumplía prisión preventiva por tres homicidios en los que sólo había sido imputado, ya que en ninguna de las tres causas estaba hecha la acusación formal ni el requerimiento de elevación a juicio. Además, purgaba la última parte de una condena a diez años por distintos delitos acumulados. El Servicio Penitenciario determinó en febrero que quedara alojado en una celda de resguardo de Coronda -buzón- por considerarlo "recluso de alto riesgo". Su abogado, Gonzalo López Ocariz, presentó un habeas corpus debido por esas condiciones de prisión. En resguardo, los internos no se relacionan con otras personas y están en un espacio muy reducido. El 14 de marzo pasó al pabellón VIII del sector Sur.

Una requisa posterior al asesinato de Tubi halló un teléfono celular en su celda, junto con 7 chips, dijo Nessier, quien agregó que tres días después sacaron cuatro teléfonos celulares más de las celdas de tres de los imputados. "Hay una suerte de traición o de reorganización dentro de estas bandas pero eso excede la investigación del homicidio", refirió Nessier como deslizando una hipótesis del porqué de la muerte de Segovia.