“Esta es la culminación de mi arte; mis dos grandes pasiones se unen en el mismo sentimiento”, ofrece el fotógrafo y músico francés Romain Thiery al hacer sentida mención de Requiem pour pianos: proyecto personal donde este galo de 29 años captura la inquietante belleza de pianos abandonados a lo largo y ancho de Europa. “Siendo pianista desde los 5 años, la emoción se apodera de mí cuando descubro uno de estos instrumentos descuidado. Es una gran parte de mi vida. Toco todos los días en casa, en algunas exposiciones, incluso suelo dar clases”, cuenta quien se topó con un piano olvidado mientras exploraba un castillo en el suroeste de Francia cuatro años atrás, y desde entonces continúa buscando más y más ejemplares. De momento, suma su serie más de cincuenta, de diversa índole, forma, tamaño, siempre cubiertos por espeso polvo, generalmente retratados en las vaciadas habitaciones señoriales donde han sido dejados a su suerte. A veces, yacen allí con alguna que otra tecla faltante; a veces, sencillamente han colapsado, mostrando daños irreparables. “Puede que ladronzuelos hayan saqueado estos sitios, pero el instrumento permanece. Y aún en estado deplorable, no deja jamás de imponer respeto, de acusar nobleza”, se enfervoriza el romántico Romain, que ha hallado a su objeto de mil amores rastreando recónditos rincones de Francia, Italia, Bélgica, Alemania, Polonia, Ucrania, Romania, República Checa... ¿Cómo encuentra, por cierto, sus tesoritos decadentes? Pues, dándose maña. “No es una tarea sencilla”, asegura, y pronto pormenoriza: “Primero utilizo Google Earth para dar con lugares abandonados. Centro mi investigación en castillos y palacios antiguos; lugares en los que las familias solían tener pianos. También reviso fotografías antiguas”. De momento, ha tenido su eureka en mansiones galas, hospitales germanos, fábricas belgas... Vendrán más.